KRADIARIO

DRAMÁTICO RELATO DE LA VIUDA DE VÍCTOR JARA SOBRE EL MOMENTO EN QUE RECIBIÓ EL CADÁVER DE SU ESPOSO EN 1973

“Uno de sus ojos estaba amoratado y ensangrentado. Sus manos colgaban en ángulos extraños y estaban ensangrentadas. Creo que vi 20 grandes agujeros de bala en todo su cuerpo y una enorme herida en el centro. “Siento que fue, literalmente, el fin de mi primera vida […] Cambió mi vida, y la vida de mis hijas, para siempre”, expresó en su testimonio en una Corte Federal del estado de Florida en Estados Unidos la viuda de Víctor Jara, Joan Jara, relatando el momento en que le entregaron el cadáver mutilado de su esposo en septiembre de 1973 en el Servicio Médico Legal de Santiago. Tras su declaración Joan tuvo que ser asistida, como también al arribar al tribunal por la emoción, el dolor y las dificultades que tiene para caminar.

Hasta el 29 de junio se espera que se extienda el juicio civil en Estados Unidos contra el exoficial del Ejército chileno  Pedro Pablo Barrientos Núñez, inculpado como autor del crimen del cantautor  Víctor Jara el 16 de septiembre de 1973.

El juicio se inició ayer lunes, en lo que es la primera oportunidad en que el otrora militar que reside fuera de Chile desde 1990 (en EE UU)  comparece ante la justicia por el homicidio del músico.

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En 2014,  la Corte Suprema ratificó la solicitud de extradición enviada a Estados Unidos contra Pedro Barrientos, pero la demanda permaneció sin respuesta.

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Por esto, tanto Joan Jara como sus hijas, Amanda Jara y Manuela Bunster, se acogieron a la Ley de Protección a Víctimas de la Tortura para presentar la denuncia en el estado de Florida.

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El abogado de los denunciantes, Mark Beckett, explicó al jurado que podrán ver entrevistas en video a civiles y militares que vivieron el caos instalado en Chile tras el golpe militar de Pinochet, que se concretó el 11 de septiembre de 1973 con el respaldo del gobierno de Estados Unidos.

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Es la primera vez que Barrientos responde ante un tribunal por la muerte de Jara. Por esta vía, su viuda Joan, de 89 años, y sus dos hijas, Amanda Jara y Manuela Bunster, intentan obtener algo de justicia 43 años después del crimen.

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El juicio tiene carácter civil, y el jurado puede decidir sanciones monetarias. El abogado de los denunciantes, Mark Beckett, explicó a los ocho miembros del jurado que podrán ver entrevistas en video a civiles y militares que vivieron el caos instalado en Chile tras el golpe de Estado de Pinochet con respaldo del gobierno de Estados Unidos.

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“El 12 de septiembre de 1973 Barrientos condujo a soldados de la segunda compañía de combate al Estadio Chile” y “fue visto dando órdenes a los reclutas y guardias colocados en toda la zona. La evidencia mostrará que Barrientos le disparó dos veces en la cabeza” a Jara, dijo el defensor, integrante del bufete Chadbourne y Parke, con sede en Nueva York.

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El popular folclorista fue detenido y torturado junto a otros 5 mil prisioneros un día después del golpe de Estado. Murió cinco días después en el entonces Estadio Chile, hoy llamado Víctor Jara.

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Beckett dijo que luego Barrientos exhibió “con orgullo” la pistola con que acababa de asesinar al músico ante otros oficiales y reclutas.

La viuda de Jara, que camina con ayuda de un bastón, debió ser asistida para subir al estrado. Recordó la desaparición de su compañero y cómo, después de que se enteró de su asesinato, su vida cambió.

La demanda contra Barrientos fue presentada inicialmente en 2013 en Jacksonville, Florida, por el Centro de Justicia y la Responsabilidad (CJA, por su sigla en inglés), un grupo de derechos humanos radicado en San Francisco.

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Once exmilitares han sido procesados en Chile por la muerte del cantautor, aunque Barrientos es señalado como el principal responsable del crimen.

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Jara era militante del Partido Comunista y ferviente defensor del proyecto de Unidad Popular que encabezó entre 1970 y 1973 el presidente socialista Salvador Allende.

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El asesinato del cantante, que inspiró a decenas de músicos en todo el mundo, desde Joan Báez a Bono, es uno de los más emblemáticos casos de violación de derechos humanos cometidos durante la dictadura de Pinochet (1973-1990), que dejó más de 3.200 muertos, y se volvió símbolo internacional de los detenidos, torturados y asesinados de las dictaduras latinoamericanas del siglo pasado, acotó Radio Biobío.