COLUMNA DE PSICOLOGÍA SOCIAL Y FAMILIAR
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MINDFULNESS, UNA MANERA DIFERENTE DE
ENCONTRARSE CONSIGO MISMO
Por Jessika Krohne
Hay pacientes que llegan a mi consulta por el solo hecho de
sentirse perdidos en su existencia y querer ordenarse en la vida. No tienen
claro hacía donde apuntar y necesitan una guía para orientarse. Yo les digo que
a veces uno se pierde en el día a día y es necesario detenerse y pensar lo que
está ocurriendo en su ser interior y alrededor suyo. Uno vive una vida tan
estresante diariamente y hay muy poco tiempo para reflexionar sobre su existencia y
lo que uno de verdad quiere y necesita.
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Solo 5 minutos diarios para detenerse y mirarse a si mismo y su
entorno sirven para ordenarse un poco y sentirse mejor.
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Hay diferentes técnicas para lograr encontrarse consigo mismo, una
es el mindfulness. Se trata de un tipo de meditación que experimenta desde hace
años un tremendo auge globalmente no sólo porque está de moda entre deportistas
de élite, celebridades y en el mundo corporativo, sino que también porque
la ciencia ha acumulado suficiente evidencia que benefician mucho realizar esta
práctica. De alguna manera fomenta una suerte de espiritualidad sin religión.
Entrenar la mente se ha vuelto un pequeño superpoder al alcance de todos dicen
algunos aunque también un ejercicio que empieza a trivializarse.
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Se dice que el mindfulness es un antídoto para la ansiedad, que
reduce el estrés y mejora la concentración. También es una forma de observarse
uno mismo y que permite tomar mejores decisiones en la vida. Mucha gente se ha
dado cuenta que es muy beneficioso ejercitar la mente.
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El mindfulness que significa “atención plena” se basa en diversas
prácticas meditativas que consiste en mantener la atención en el momento
presente. En general se ejercita prestando mucha atención a la respiración, las
sensaciones físicas y en etapas más avanzadas a los pensamientos, las emociones
y lo que sea que emerja en la conciencia.
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Este ejercicio introspectivo permite
ir desarrollando habilidades aplicables cotidianamente como saber lo que pasa
en la cabeza sin dejarse atrapar por ello o responder más sensatamente a los
estímulos en vez de meramente reaccionar. Aparenta ser sencillo pero expertos y
practicantes coinciden en que requiere práctica y constancia. No es fácil al
comienzo porque la mente no está acostumbrada a sostener la tensión tanto
tiempo en un objeto como la respiración y segundo porque no es cualquier tipo
de atención la que se busca. Es una atención consciente de sí misma y ecuánime,
que no enjuicia lo que observa.
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Los especialistas coinciden de que el boom del mindfulness se debe
a la enfermedad de estos tiempos: la hipertecnologización y el
hiperaceleramiento de la temporalidad. Somos una máquina de producción que no
para nunca. Y lo primero a lo que apela el mindfulness es hacer un alto en la
vida diaria.
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Vale
la pena aprender esta técnica y practicarla regularmente para mejorar la
calidad de vida.
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