EL POLÍTICO DC QUE FUE DESPLAZADO POR OTRO DC: LIBRO DE FRANCISCO HUENCHUMILLA
El periodista de origen mapuche Pedro Cayuqueo escribió un libro sobre un valioso personaje de la política chilena que fue finalmente anulado y separado por el gobierno de Michelle Bachelet, dejándolo en una situación personal muy difícil. Se trata del ex intendente de la Araucanía y ex Parlamentario Francisco Huenchumilla. La Presidenta tomó la decisión de pedirle la renuncia tras ser aconsejado por el ministro del Interior, Jorge Burgos, de quien se dice que fue uno de sus principales errores como secretario de Estado.
La obra de investigación y relato se titula "Huenchumilla, la historia del hombre de oro”, publicado por la editorial Catalonia. En 294 páginas, el periodista y escritor cuenta los años de niñez de la ex autoridad en los cuales tuvo que lidiar con la disciplina de su padre y varias pérdidas familiares.
“Francisco Huenchumilla Jaramillo nació en Temuco el 15 de junio de 1945. Fue el menor y único varón en una familia golpeada por las enfermedades. Y la muerte. De los cinco hijos de Francisco Huenchumilla Pichihueche y Blanca Jaramillo Ribera, tres murieron de enfermedades hoy curables. Graciela, de meningitis a los 11 años. Irene, de tuberculosis a los 21. Y una tercera antes de nacer”, dice el libro de Cayuqueo (foto abajo).
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En un año marcado por los atentados incendiarios en el sur
del país, la protesta de camioneros y el permanente conflicto en La Araucanía,
Francisco Huenchumilla se alzó como una de las figuras claves del Gobierno
acercándose al mundo mapuche más que cualquier otra autoridad. Eso hasta agosto
cuando la Presidenta decidió removerlo de la Intendencia de
manera sorpresiva, lo que generó un amplio rechazo mapuche.
"De carácter fuerte y estampa seria, Huenchumilla siempre
destacó por su poco filtro a la hora de responder a críticas incluso a su mismo
sector. Sin embargo, detrás de esa presencia de político duro, el ahora ex
intendente arrastra una cruda historia familiar que incluye muertes y
discriminación.
Pero eso no fue todo. Y es que “cuando Huenchumilla, igual que el autor del libro también de origen mapuche, tenía 11
años, murió su madre, también de tuberculosis. Fue un golpe devastador para la
familia, cuenta Yolanda”, hermana del ex intendente. “Fue lo más terrible que nos pasó. Francisco
tenía 11 años y yo 17 y juntos vimos morir a nuestra madre. Ella se despidió de
nosotros, lloraba, sabía que le quedaban pocas horas, minutos de vida, estaba
ya desahuciada, muy mal por su enfermedad, sufrió mucho. A Francisco no le
gusta recordar ese momento, lo evita. Él lloraba desconsoladamente al pie de la
cama, era un mar de lágrimas ese día”, cuenta su hermana.
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Como si todas las muertes anteriores no fueran suficientes,
cuando Francisco Huenchumilla cursaba sexto año de preparatoria en Padre Las
Casas, también murió su abuela Juana en Licanco, a quien la ex autoridad
apreciaba mucho.
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El siguiente en la lista de la muerte que rondaba a la
familia parecía ser el propio Francisco Huenchumilla Jaramillo. El hecho
ocurrió en 1960, cuando el ex intendente se fue internado de Padre Las Casas al
seminario de San José de la Mariquina para ser sacerdote. Cayuqueo cuenta que
“a poco de llegar, Huenchumilla enfermó gravemente de tuberculosis y comenzó a
pasar más tiempo en el hospital que en el internado”.
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“Estuve cerca de cuatro años enfermo, de los 13 a los 17, en
ciertos periodos muy grave”, recuerda el ex jefe regional.
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En 1961, el médico que lo atendía le señaló a los curas que
la enfermedad avanzaba sin control, que no había nada que hacer ahí y que
debían enviarlo a Santiago cuanto antes, al Sanatorio el Peral.
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Con ese complicado panorama en la espalda, Huenchumilla prefirió callar y no contar nada a su padre.
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“Fui un adolescente triste, melancólico, increíblemente solitario. Viví una soledad tremenda, con momentos, de mucha pena. Mi estado normal era de decaimiento”, recuerda en el libro.
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Con ese complicado panorama en la espalda, Huenchumilla prefirió callar y no contar nada a su padre.
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“Fui un adolescente triste, melancólico, increíblemente solitario. Viví una soledad tremenda, con momentos, de mucha pena. Mi estado normal era de decaimiento”, recuerda en el libro.
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En medio de esa desesperación, Huenchumilla decidió
escribirle al padre Pío. Lo hizo en latín contándole su historia de vida. En
febrero del 62, el joven recibió la respuesta de Roma: “Con todo gusto el padre
Pío orará por tu salud. Y las hermanas también. Ten fe”.
“Creo que Dios me salvó para algo (…) Mi apellido significa
'hombre de oro'. Y así me siento, soy ante todo un optimista. Yo tengo energías
positivas. Todo lo que toco le va bien y se lo digo a la gente, a las personas,
a las señoras, a las viejitas en los campos. ¡Tengamos energías positivas!, les
digo. La gente sufre mucho por la pobreza, por las enfermedades, por las
injusticias. Yo viví todo eso con mi familia de origen y lo logramos superar”,
cuenta.
Como tantos niños mapuches, Huenchumilla también vivió en
primera persona la discriminación y fue un episodio que se le quedó grabado
hasta ahora.
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