¿A QUÉ SE
COMPROMETIÓ CHILE EN LA CUMBRE DEL CLIMA EN PARÍS?
Santiago contaminado |
Desacoplar el crecimiento económico del de las emisiones de
gases de efecto invernadero (GEI), principalmente del CO2, es la meta a la que
Chile debe llegar, no sólo para cumplir con su parte del compromiso del Acuerdo
de París, sino para tener una economía más sostenible. Un objetivo que está
calculado y es alcanzable, dice el subsecretario de Medio Ambiente, Marcelo
Mena, desde la capital francesa.
“Es un objetivo de la economía completa, todos los sectores
tienen que hacer un esfuerzo de acuerdo al impacto y las oportunidades que
tiene cada uno”, dice quien lideró a los negociadores chilenos en la parte
final de las reuniones.
Para cumplir con su Contribución Determinada
Nacionalmente (INDC, sigla en inglés de
las contribuciones que cada país se comprometió a hacer en materia de reducción
de gases) a la Comisión Marco de Naciones Unidas por el Cambio Climático
(Cmnucc), en términos de emisiones de GEI, el país deberá bajar 30% lo que
emite hacia 2030 (o 45% si logra financiamiento internacional), tomando como
base lo que emitió en 2007, y según el crecimiento económico.
Para calcular esa rebaja, las toneladas emitidas por año son
divididas por el PIB anual, y a ese cuociente, se le resta el porcentaje
comprometido. Así, si en 2007 el cálculo daba 1,019, hacia 2030, bajando 30% de
emisiones, ese número debería dar 0,71.
Sin embargo, este capítulo del acuerdo sólo es
“voluntario”. “El no cumplimiento de un
compromiso como el INDC no reviste sanciones, aunque sí tiene una sanción
social en la comunidad internacional”, explica Mena.
Lo que sí es exigible, tiene que ver con la revisión de los
compromisos cada cinco años.
“Hay varios artículos que dicen ‘debe’, es decir, que
debemos cada cinco años actualizar nuestra información de cómo van los
compromisos, que debemos entregar cada cinco información sobre planes de
adaptación y las necesidades que tenemos”, dice Mena.
Según Dieter Linneberg, director del Centro de Líderes
Empresariales contra el Cambio Climático, las empresas chilenas tendrán que ir
adaptándose a las metas auto impuestas por el gobierno pero con el suficiente
tiempo para no provocar problemas en sus cadenas productivas”. “Lo veo como una oportunidad para provocar
innovación y aumentar la productividad ya que vivir en un ambiente con
contaminación no puede ser bueno para nadie.
Según el cálculo del proyecto Maps (que evaluó distintas
medidas para bajar las emisiones en Chile), lograr la rebaja de CO2 significa
llegar a una escenario donde las energías renovables no convencionales (ERNC)
dominen la matriz. Eso incluye, por ejemplo, incentivar la energía eólica y solar
fotovoltaica en el sector energético y modificar la ley de ERNC, poniendo como
meta que el 30% de la energía inyectada al sistema hacia 2030 sea renovable
(hoy la meta es 20% a 2025), además de aumentar su uso en la industria, la
minería y en el sector agropecuario.
Mena dice que el sector energético es uno de los que más
impacta, por lo que es donde están las mayores oportunidades de reducción y con
el Ministerio de Energía ya se ha adelantado el trabajo. “Hoy tenemos un
impulso fuerte hacia un mercado de energías renovables. Eso va a continuar con
el tiempo”, sostiene. “La política energética es un corazón importante, hay una
hoja de ruta trazada por el comité directivo en la cual se propone llegar al
70% de energías renovables al 2050, más el establecimiento de mercados de
carbono o fortalecer el impuesto verde. La agenda de energía es un pilar
importante de la estrategia climática”, indica el subsecretario.
Hoy se prepara un nuevo plan de acción al cambio climático y
una ley de eficiencia energética, que además de exigir rendimientos mínimos
para vehículos y electrodomésticos, tiene metas para la industria, lo que
también ayudará a bajar las emisiones. Además de los planes de descontaminación
y lo que se está invirtiendo en vivienda y urbanismo para aislación térmica, informó "La Tercera".
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