Estos hechos de violencia extrema podrían ser recurrentes, a menos que Carabineros efectúe, únicamente, su función constitucional, legal y reglamentaria de policía militarizada, uniformada y preventiva, y la PDI realice su labor de policía civil, técnica e investigativa establecida por ley. Porque ese fue el criterio que tuvieron las autoridades hace 78 años, durante la administración del Presidente Jorge Alessandri Palma, para escindir del antiguo Cuerpo de Carabineros la Sección Pesquisas y crear la Policía de Investigaciones.
El escenario del misterioso tiroteo de San Miguel |
Numerosas interrogantes deberá esclarecer la investigación del Ministerio Público sobre el enfrentamiento a tiros en el frontis de una estación de servicio, transformada en bodega de una fábrica de plásticos, en la comuna de San Miguel de Santiago y que terminó con un carabinero de civil muerto alcanzado por tres balas, otro herido y un detective también lesionado en el intercambio de disparos.
No es nuevo este episodio que transformó las calles en un verdadero “Far West Policial”. Han ocurrido incidentes de violencia similar entre las dos policías y en distintas épocas. Incluso en pleno paseo Ahumada (centro de Santiago). Hace algunos años, una patrulla del Departamento OS.7 Antidrogas de Carabineros vestida de civil mató de un disparo a un detective que salía de un motel en la comuna de Estación Central, cuando ambos bandos erróneamente creyeron que enfrentaban a supuestos delincuentes armados.
Hay coordinación entre los mandos de ambas policías. Pero en las calles el uso de las armas queda a criterio personal. Y esta es la cuestión de fondo que obliga a revisar los procedimientos y las normas. Esa fue la enseñanza ya olvidada que dejó hace dos décadas el enfrentamiento entre efectivos de Radiopatrullas de Carabineros con miembros del Mapu Lautaro que escapaban con el botín robado a un banco en Apoquindo con Manquehue, en Las Condes, a bordo de un taxibús secuestrado con pasajeros, quedando un carabinero y dos asaltantes muertos, además de numerosos inocentes heridos por disparos.
Y estos hechos de violencia extrema podrían ser recurrentes, a menos que Carabineros efectúe, únicamente, su función constitucional, legal y reglamentaria de policía militarizada, uniformada y preventiva, y la PDI realice su labor de policía civil, técnica e investigativa establecida por ley. Porque ese fue el criterio que tuvieron las autoridades durante la administración del Presidente Arturo Alessandri Palma, en el siglo pasado, para escindir del antiguo Cuerpo de Carabineros la Sección Pesquisas y crear la Policía de Investigaciones.
Es preciso hacer la diferencia entre policía uniformada y policía civil. Porque los enfrentamientos más graves entre ambas han ocurrido cuando todos sus participantes vestían de civil, realizaban labores encubiertas, caracterizados o disfrazados, justamente por la confusión en los procedimientos en las calles, tanto en la prevención como en la investigación de los delitos. En definitiva han sido verdaderas comedias de equivocaciones, con resultados deplorables o trágicos. Y cuando los choques han sido de palabra o “desinteligencias”, han acrecentado la rivalidad entre los efectivos de ambas instituciones.
Los hechos recientes
En la madrugada del martes 3 de abril último en calle Santa Rosa los roles otra vez estuvieron cambiados. Los carabineros actuaban vestidos con ropas de civil, a bordo de un automóvil común, sin ningún distintivo, en funciones aparentemente detectivescas. Los detectives llegaron equipados con chalecos antibalas a bordo de un carro policial con baliza y colores institucionales, tal como es el procedimiento habitual de los carabineros, cuando concurren a fiscalizar a los ocupantes de un vehículo. Habían sido enviados por su Central de Comunicaciones después de recibir el llamado telefónico por el fono 134 de los guardias de la bodega. Estos reportaron a individuos sospechosos en el vehículo estacionado en las afueras del recinto entregado a su custodia.
Miguel Faúndez, la víctima fatal |
La Fiscalía Metropolitana Sur comenzó a recopilar los antecedentes para esclarecer el hecho. Dirigió las indagatorias en el sitio del suceso e inició las entrevistas de los involucrados en calidad de testigos, sin imputar delitos. Solicitó investigar a la Brigada de Homicidios de la PDI y dispuso que el Laboratorio de Criminalística de Carabineros, Labocar, realizara los peritajes balístico y planimétrico, entre otros.
Dudas e incógnitas
Las policías intentan aclarar el misterio |
- Los guardias de seguridad de la bodega habrían consultado a las personas a bordo del vehículo sospechoso qué hacían allí. Estos se habrían identificado sin convicción como carabineros. Tampoco exhibieron sus tarjetas de identificación, haciendo dudar a los guardias sobre su verdadera condición. Esto explica el llamado al fono 134 de la PDI, que por lo demás quedó grabado como evidencia.
- En la coordinación de los mandos, Carabineros respondió a la PDI que carecía de información sobre la presencia de un vehículo con personal de su dependencia en el lugar de los hechos. Por lo tanto, los detectives fueron predispuestos a encontrar a supuestos delincuentes o al menos antisociales.
- Tras el enfrentamiento a tiros, los detectives se comunicaron con su Central de Comunicaciones manifestando su confusión con lo sucedido, sin saber aún si se habían tiroteado con carabineros. La conversación también quedó grabada.
- La superioridad de Carabineros debería explicar el servicio que efectuaba su personal en las afueras de esa bodega, deshabitada a esa hora de la madrugada y custodiada por la pareja de nocheros.
- Trascendió que los peritos del Labocar habrían hallado marihuana elaborada en el carro de la PDI. Ello alentó suspicacias sobre la procedencia de esa droga y los detectives involucrados ofrecieron someterse a exámenes antidrogas para tomar distancia del supuesto hallazgo.
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