kradiario.cl

lunes, 9 de abril de 2012

CHILE: A CAMILITA SE LE PASÓ LA MANO - ¿MAL ACONSEJADA?

Por Walter Krohne
Director-Editor de Krohne Archiv

A Camila Vallejo se le pasó la mano al elevar a los “cielos” al líder de la revolución cubana Fidel Castro hasta el extremo de decir que “para mí y para toda la juventud comunista en Chile (Fidel) es uno de los liderazgos más importante en el mundo, un gran visionario. Para nosotros lo que diga, reflexione y lo que nos señale es como una carta de ruta”.

Fue un error porque en primer lugar el Chile de hoy está muy lejos de ser un país como el que existía cuando triunfó el Presidente Salvador Allende en las urnas y luego asumió el poder tras recibir el apoyo mayoritario del Parlamento en pleno, en 1970. Si entonces muchos chilenos admiraban el modelo cubano, hoy la realidad en Chile es completamente distinta, tanto económica, social y política enmarcada en un modelo de mercado que si bien es cierto está muy lejos de ser la más deseada hoja de ruta, existe plena consciencia de que debe perfeccionarse lo que hay y no buscar un modelo nuevo o uno ya probado para aplicarlo en el país.

Todas las fuerzas vivas en el país están justamente en eso: analizando lo que hay para corregir muchos errores, falencias o grandes abusos, existiendo una lucha interna para cambiar la mentalidad o ganarle en las urnas a los sectores más conservadores y ultras. Mantenemos en nuestra estructura política numerosos errores e imposiciones de la dictadura de Pinochet, como la misma Constitución, contra las cuales lucha hoy un pueblo chileno nuevo y  empoderado que ha tomado la “sarten por el mango” y que hoy insiste en que debe ser escuchado y los problemas deben ser resueltos, respetando si los cauces democráticos. Los mejores ejemplos han sido los últimos conflictos de Magallanes y Aysén o en la misma reforma educacional impulsada por los estudiantes, que han hecho rodar cabezas en los cuadros superiores del Gobierno.

Sin lugar a dudas hay mucho por hacer, pero eso no significa que una mayoría de chilenos, que critica a las instituciones y a la forma como se ejerce el poder, esté de acuerdo en volver atrás en nuestra historia para llegar a tener un modelo al estilo cubano que el país ya ha superado con creces. Chile ha servido en años como un laboratorio de experimentación de sistemas políticos e ideologías y ahora lo que mayoritariamente se quiere es mejorar lo que hay y eliminar lo que en consciencia está totalmente equivocado.

Por lo demás sabemos muy bien que en Cuba no hay libertad plena (en Chile tampoco pero nos podemos mover mucho mejor que los cubanos), no es posible manifestarse como lo hacen los estudiantes liderados por Vallejo y otros dirigentes jóvenes en Chile, la situación económica es mala y muy difícil, y la población en general está impedida de salir de la isla caribeña.

Al régimen castrista no le ha quedado otro camino que comenzar a utilizar elementos del capitalismo puro para permitir la mini-empresa privada y otras garantías como adquisiciones de propiedades y manejos de ciertas sumas de capital. Luego vendrán las reformas políticas, como lo que ocurre en China, y finalmente lo que quede de la maravilla del comunismo de Fidel será un recuerdo histórico,  bueno para los que estuvieron en el poder y malo para los que lucharon contra el poder establecido.

Es realmente curiosa la actitud que ha tomado la joven Camila, porque con este tipo de declaraciones sólo se está arruinando una potencial carrera política, que iba creciendo de semana a semana el año pasado cuando desafiaba al gobierno. Muchos analistas la vieron como la líder que podría sustituír a la fallecida Gladys Marín, quien, sin embargo, a pesar de su carisma no tuvo éxito en sus aspiraciones presidenciales en 1999 (obtuvo el 3,19 por ciento de los votos), lo que indicó ya en esa época, aparte del binominal aún vigente, que Chile definitivamente ya no quería volver a sistemas políticos radicales.

Con lo que dijo el jueves pasado en La Habana o su justificación de la vía armada, en enero de 2012, (“vía que nunca hemos descartado, siempre y cuando estén las condiciones”), obedecen a una razón de fondo, quizá a una nueva estrategia que le ha impuesto el Partido Comunista obligándola a volver a una época de casi guerra fría y estalinista o quiza sea una actitud personal sobre la percepción que ella tiene del panorama y del electorado chileno, equivocada o no, donde la que se supone como su hoja de ruta para escalar en la política sería hablar con el tono fuerte y en una sola dirección como hablaron los comunistas más ortodoxos durante muchas décadas en Chile.

En esta estrategia, ya sea del Partido o personal, habría que situar igualmente la insólita ocupación de la sede del Partido conservador UDI, el 15 de marzo pasado, encabezada por Camila Vallejo al frente de la Juventud Comunista.

Lamentablemente este tipo de estrategias sólo le dan muy buenas oportunidades a la derecha de responderle a la joven dirigente como ha ocurrido en estos días. Por el Gobierno, lo hizo Andrés Chadwick: “lamentamos mucho que una dirigente joven pueda pensar que Fidel Castro representa una luz para Chile” y el conservador Felipe Ward (jefe de la bancada UDI en la Cámara)  señaló con mucha ironía: “Camilita da para concurso de belleza y nada más”, lo que fue criticado por la Ministra del Sernam, Carolina Schmidt, quien sostuvo que "todo comentario basado en el físico de una mujer para descalificarla es lamentable y no ayuda a erradicar el machismo en Chile".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario