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lunes, 24 de noviembre de 2025

LOS PROGRAMAS ECONÓMICOS

Por José Gabriel Palma (1)

<jgp5@cam.ac.uk>

Krugman (2) identificó el enigma del bajo rendimiento de América Latina como uno de los mayores desafíos analíticos de la teoría económica actual. De hecho, en comparación con otras regiones y países principales, desde la implementación de sus reformas económicas neoliberales, América Latina se ha convertido en una región de extremos: si bien su creación de empleo en el sector servicios desde 1980 ocupa el primer lugar a nivel mundial, su crecimiento de la productividad ocupa el último lugar.


A su vez, si bien la proporción de ingresos de mercado (es decir, antes de impuestos y transferencias) del 1% y el 10% más ricos de América Latina también se ubica entre las primeras del mundo, su inversión como porcentaje del PIB ocupa el último lugar a nivel mundial. 

Una narrativa que ayuda a comprender este escenario contrastante es la del economista clásico David Ricardo (quizás el más destacado de los economistas clásicos), quien fue el primero en analizar por qué las economías rentistas se verían frenada precisamente por el efecto debilitador de una probable "trilogía" de alta desigualdad de mercado, bajas tasas de inversión y escaso crecimiento de la productividad. Seguir exportando “más de lo mismo” de materias primas sin procesar o productos de operaciones de ensamblaje manufacturero “superficiales” ya no es una opción válida para el crecimiento de América Latina; es solo una receta para seguir atrapada en la trampa del ingreso medio. Sin embargo, las rigideces internas, las imperfecciones y los fallos de los mercados (tanto nacionales como internacionales) impiden la necesaria “actualización” de estas estrategias productivas agotadas.

Sin embargo, la opinión hegemónica convencional aún espera que estos países pasen de la mitad de la tabla a un mayor ingreso per cápita mediante políticas basadas en el mismo entorno institucional, las mismas preferencias de las élites y la ideología que los mantuvieron atrapados en la mitad de la tabla; esta no es una solución realista. 

Además, la vía de escape para América Latina de su “trampa neoliberal” y de casi medio siglo de estancamiento de la productividad requiere algo más que una macroeconomía keynesiana/estructuralista, junto con una política industrial (basada en incentivos); estas pueden ser condiciones necesarias para un crecimiento sostenible, pero ciertamente no son suficientes. También es necesario involucrar a los rentistas: a menos que se les pueda imponer un comportamiento "productivo", el crecimiento sostenible no es una opción. 

El desafío clave en las economías rentistas, por lo tanto, proviene de lo que me gusta llamar una perspectiva "postricardiana": cómo "disciplinar" a los rentistas para que puedan redirigir sus ingresos hacia estrategias de inversión socialmente deseables.

(1) Doctor en economía de la Universidad de Oxford. Este artículo es un resumen compacto de un estudio científico de la Universidad de Cambridge sobre América Latina. (economía) publicado por el autor José Gabriel Palma, arrib a en la foto.

(2) Paul Robin Krugman es un economista estadounidense laureado con el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel.


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