Según Villatoro, el éxito del plan salvadoreño se sustenta en separar a la población penal según su nivel de peligrosidad. En su país, explicó, existen cárceles exclusivas para quienes cometen delitos comunes y otras destinadas a criminales violentos que han atentado contra la vida, la libertad sexual o el patrimonio.
Además, aseguró que los recintos de máxima seguridad están reservados solo para miembros de organizaciones como la MS-13.
"Esta clasificación, sostuvo, evita que quienes cometen delitos menores terminen convertidos en pandilleros al salir en libertad, al impedir que compartan espacios con líderes o integrantes de de bandas criminales.
Ante el debate chileno sobre el avance del crimen organizado, el ministro planteó que cualquier país que busque enfrentar mafias o bandas debe “ordenar su sistema penitenciario para impedir que los delincuentes comunes se mezclen con quienes responden a una organización criminal”.
Otra clave es controlar comunicaciones dentro de los penales
Villatoro afirmó que otra clave del modelo salvadoreño es impedir que los líderes criminales sigan operando desde la prisión. Aseguró que, por ley, ninguna empresa de telecomunicaciones puede proveer señal dentro de los recintos penitenciarios.
“Todo operador móvil tiene prohibido radiar señal en una cárcel. Si lo hace, las multas son millonarias y pueden perder la concesión”, señaló. Con esta medida, sostuvo, se corta la relación entre internos y redes activas en el exterior. “Ellos no tienen cómo comunicarse con el mundo de los buenos”, agregó.
Críticas internacionales
Villatoro defendió con dureza su política frente a organismos de derechos humanos que denuncian detenciones arbitrarias y limitada defensa judicial para los reos. Sostuvo que el enfoque de El Salvador prioriza la protección de la población por sobre la opinión de terceros.
“No tenemos empatía con terroristas. Les respetamos la vida y les damos comida, pero si las críticas vienen hacia nuestras cárceles de terroristas, no nos importa lo que digan”, afirmó.
También enfatizó que el objetivo del régimen de excepción es capturar “al último asesino serial” y que este se mantendrá vigente mientras existan pandilleros sin detener. “La democracia es hacer lo que el pueblo manda”, señaló, y destacó el apoyo popular al modelo del presidente Bukele, que supera el 90% según encuestas salvadoreñas.
El ministro del régimen dictatorial de
Nayib Bukele, Gustavo Villatoro, declaró en la Radio "Pauta"
(en Santiago de Chile) que en El Salvador no tenemos empatía con terroristas,
pero les respetamos la vida y les damos comida”.
Bukele nombró a Villatoro
como director general de la Superintendencia del Sistema Financioero (SSF) tras
la renuncia de Nelson Fuentes como ministro de Hacienda. El
ministro defendió este lunes en Santiago de Chile el mundialmente
criticado modelo penitenciario vigente en su país, calificado de
extraordinariamente severo y hasta criminal al atentar contra los derechos
humanos mundiales de los prisioneros. Bajo este régimen de excep`ción han sido
capturados más de 90 mil personas asociadas a pandillas delictuales que
operaban abiertamente en los distintos barrios de la capital salvadreña de San
Salvador.
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