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miércoles, 27 de marzo de 2024

FRANCIA Y BRASIL AVANZAN EN LA CONSOLIDACIÓN DE UNA ALIANZA MILITAR



"Estoy aquí para celebrar 16 años de cooperación en la producción de submarinos y para decir que en las próximas décadas queremos ir más lejos y lanzar proyectos más ambiciosos", afirmó el mandatario francés Emmanuel Macron junto al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en la ceremonia de botadura al mar del tercer sumergible construido como parte de un programa de cooperación bilateral en  el marco de una visita de tres días en territorio brasileño.

El contrato que Brasil firmó con los astilleros estatales franceses DCNS exigió una inversión de 40.000 millones de reales (unos 8.163 millones de dólares) y permitió la construcción de un moderno astillero para submarinos en el Complejo Naval de Itaguaí, en el litoral sur del estado de Río de Janeiro.

En materia de defensa, Francia y Brasil cooperan en la fabricación de cuatro submarinos de propulsión clásica y el tercero de ellos, llamado “Tonelero”, fue inaugurado por ambos líderes en la base naval de Itaguaí, cerca de Rio de Janeiro.

El acuerdo, encargado a Naval Group, también prevé la construcción de un quinto submarino de propulsión nuclear para Brasil, pero hasta ahora sin transferencia de tecnología francesa respecto al reactor.

Otros asuntos serán más complejos: Macron también insistirá en que la guerra en Ucrania sea discutida este año en el seno del G20.

Pero Lula, que ha incomodado al defender una política de no aislamiento a Rusia, se ha mostrado hasta ahora evasivo.

Lula y Macron rubricarán esta visita con un encuentro este jueves en el palacio presidencial de Planalto en Brasilia.

Otro gran avance







El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y su par francés, Emmanuel Macron, lanzaron este martes un plan para recaudar más de 1.000 millones de dólares para invertir en proyectos de economía sostenible en la Amazonía brasileña.

La idea es conjugar la “conservación y la gestión sostenible de los bosques” con la “valorización económica” de sus territorios, poniendo a los “pueblos indígenas y las comunidades locales en el centro de la toma de decisiones”, añadió el documento.

El anuncio ocurrió durante la visita de tres días del presidente francés en Brasil, que en un gesto simbólico se encontró con Lula en Belém, la ciudad amazónica del norte del país que en 2025 acogerá la COP30 contra el cambio climático.

Ambos presidentes se subieron a una embarcación que los llevó hasta la cercana isla de Combu para visitar una microempresa de producción de cacao, un ejemplo de bioeconomía.

Lula ha hecho de la lucha contra la deforestación en la Amazonía una prioridad de su tercer mandato. La destrucción de la selva brasileña disminuyó hasta la mitad en 2023 respecto al año anterior.

El mayor bosque tropical del mundo desempeña un papel clave en la lucha contra el cambio climático, al absorber emisiones de dióxido de carbono. El 60% de la Amazonía se ubica en Brasil.

Además, la hoja de ruta propone el desarrollo de un “mercado de carbono que remunere a los países selváticos que inviertan en la recuperación de los sumideros naturales", los ecosistemas que capturan grandes volúmenes de emisiones de carbono.

Se trata del primer viaje oficial de un presidente francés en once años al gigante sudamericano.

Ambos dirigentes asentarán un nuevo comienzo, tras los años de tensión entre los gobiernos de Macron y del presidente Jair Bolsonaro (2019-2022).

Francia, séptima economía mundial, y Brasil, novena, se consideran actores clave en una escena internacional marcada por la rivalidad entre China y Estados Unidos.

París ve a Brasilia como un puente con los “grandes emergentes”, cuya voz los brasileños tratan de hacer oír cada vez más por medio de su actual presidencia del G20 de las economías avanzadas y el grupo BRICS.

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