Según Plubio Sciro, poeta cómico, [Malum consilium est, quod mutari non potest], es decir:“no es un plan excelente aquel que no puede modificarse”.
Entonces en el campo de la educación –como en casi todos los otros que rige la Constitución pinochetista, avalada con la firma del presidente Ricardo Lagos- la normativa inmodificada que nos rige, incluso contra la totalidad de los estudiantes del país y a pesar de la advertencia que ha significado las asonadas formidables de los “Pingüinos”, primero, y de los universitarios, después, contiene esta rigidez cadavérica de los sistemas en decadencia, en su etapa previa a la descomposición (rigor mortis).
El sistema se las ha arreglado para cooptar y burlar (caso Pingüinos) y desgastar y burlar nuevamente (caso de los universitarios) sin que se les mueva un pelo ni un músculo en su momificado rostro. Consideran una nueva victoria ante las arremetida de estos “mocitos” que pretenden dar lecciones de gobernabilidad a ellos, duchos discípulos de la dictadura y también “fluidos” acomodadores del “mejoramiento en la medida de lo posible”, que en conjunto forman ese duopolio político que el galardonado poeta Parra consigna con su ya famosa frase-slogan: “La izquierda con la derecha unida, jamás serán vencidas”.
Pero en toda esta política que rige, rígidamente –y valga la redundancia- a Chile por casi cuarenta años, vale la pena traer el consejo de un viejo, pero además ducho en sabiduría, como es el filósofo Demóstenes, quien señaló hace ya varios siglos que “El fundamento de toda virtud es la consultación y la deliberación; su fin es la perfección y constancia”. Con ello el filósofo advierte que sin deliberación, sin perfeccionamiento, ninguna normativa o institución humana puede permanecer mucho tiempo.
Si eso es así para los tiempos de Demóstenes, en que todo transcurría con cadencia, cómo puede imaginarse que en nuestros tiempos algo pueda permanecer en pie siquiera un par de años sin sufrir los embates del cambio; en este siglo donde todo parece precipitarse en una especie de tifón que jala hacia adelante todo lo que encuentra a su paso, como tan bien lo dibuja el pintor Klee en su cuadro:“Angel de la historia”.
El mismo sabio Montaigne, también de varios siglos atrás, señalaba y advertía: “En atención a la natural inestabilidad de nuestras costumbres y opiniones, me ha parecido frecuentemente que hasta los buenos autores hacen mal en empecinarse en formar del hombre una contextura sólida y constante, pues cuando no lo deforman, terminan enviándolo a la simulación.”
En nuestro caso nos han enviado a la deformación de las estructuras y a la simulación de los políticos. Tenemos un sistema educativo monstruoide y tenemos unos políticos portando máscaras de satisfacción, simulando una especie de imperativo categórico de la institucionalidad, cuando ellos mismos, confesos portalianos, hacen oídos sordos del grito rebelde que un día lanzara justamente quien fuera y es hasta nuestros días su referente y líder histórico, cuando disparó esa sentencia famosa: “La doncella “Constitución” se debe violar las veces que sean necesarias”. Es decir, el mismo prócer del constitucionalismo conservador, reconoce finalmente, en una retractación explícita– al igual que un día se retractara Galileo Galilei-, que todo se mueve: “Epur si muove”, aunque se quiera y diga lo contrario.
Pero acompañando a Epícteto en su decir, que “Nada injusto es razonable ni viable”, es conveniente advertir que este sistema irracional, injusto, pero además mediocre y sin destino, que es la educación en Chile, debe ser modificado antes que el nivel del agua amenace un rebalse; porque si hay algo que el gobierno y la Concertación deben tener claro es que las aguas no están bajando, más bien están subiendo de nivel; sino vean quiénes han ganado las elecciones en la Fech, y vean dónde fueron a parar los dirigentes estudiantiles de los partidos afines al sistema de poder, que ha conducido de manera tan lamentable a Chile.
Incluso Camila fue castigada por ir a sentarse a parlamentar con los congresistas y por pertenecer a uno de los partidos que pretende instalarse en el sistema como “culo entre dos sillas”; es decir que la próxima oleada de protestas puede ser ya sin intermediarios, frontal y terminal: de todo o nada. No sabemos si Chile está en capacidad de sostener un movimiento tan total y totalista, por parte de los movimientos sociales, pero que los senderos por los que el sistema ha ido arriando al movimiento social llevan, indefectiblemente, a un desfiladero tan estrecho que no les deja muchas alternativas.
Esto es lo que se suele llamar un triunfo a lo Pirro, Rey guerrero, de ese nombre, que luego de vencer a los romanos en la batalla de Ausculum, expresa de manera lapidaria que “Otra victoria como esa y estoy liquidado”. Eso enseña que hay triunfos que son el preludio de una gran derrota, y de hecho Pirro fue derrotado a la siguiente batalla y con ello terminó su fama de invencible estratega militar.
Bueno, el hombre es el único animal que le da con pensar que la historia comienza con él, por eso es tardo en aprender y sacar lecciones de cómo otros más grandes que él han fracasado antes que él.
La realidad chilena va cambiando, lo que era miedo y aversión a participar se cambia a un deseo creciente de que Chile sea otro: fraterno, con equidad y donde se respeten los derechos humanos.
ResponderBorrarVer: http://derechoshumanosyjusticiaparatodos.blogspot.com/2011/12/puntocrucial-entre-el-chile-represivo.html