PEÑAILILLO ES YA CARTA PRESIDENCIAL EN ESPAÑA TRAS SU INTERPELACIÓN DE AYER EN EL CONGRESO CHILENO
Duro fracaso en los objetivos de la oposición derechistas
El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, ha sido
considerado por el diario español El País como posible carta presidencial del
oficialismo, dedicando un amplio reportaje a la figura del secretario de Estado
chileno. Todo esto debe considerarse en
relación a la destacada respuesta ministerial a la interpelación ayer en la
Cámara de Diputados realizada por la oposición de derecha.
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El artículo destaca que en la interpelación "Peñailillo
se defendió bien y salió fortalecido" de los cuestionamientos que realizó
el diputado José Manuel Edwards, habiendo tenido tiempo suficiente para
contraatacar en contra del ex gobierno de Sebastián Piñera.
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El Pais consigna que Peñailillo es el ministro con más
influencia en La Moneda y destaca la cercanía con la presidenta Bachelet, a
quien considera una "gran aliada" para una hipotética carrera
presidencial del secretario de Estado.
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"Es el ministro más influyente del Gobierno y ha
logrado, en poco tiempo, darse a conocer ante la ciudadanía. Tiene una
valoración del 61%, según la última encuesta Adimark, y es el cuarto secretario
de Estado con mayor nivel de conocimiento. Lo anteceden, justamente, tres
ministros con afanes presidenciales: el propio Eyzaguirre; la titular de la
Presidencia, Ximena Rincón, y el secretario de Justicia, José Antonio Gómez. La
carrera presidencial para 2017 está comenzando a arrancar prematura y
solapadamente en Chile y en el oficialismo señalan que aunque Peñailillo no lo
explicita, a estas alturas no es descartable que se anime a postular para
suceder a Bachelet. Tendría seguramente a una gran aliada: la propia
presidenta", se señaló en el diario hispano.
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El artículo hace un pequeño recorrido sobre su vida e
inicios en la política y también se centra en el hermetismo de sus funciones
durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, a la que califica como una
"dirigente desconfiada".
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"Los chilenos no conocían ni siquiera el timbre de su
voz porque, en los cuatro años en que acompañó a la presidenta en su primera
administración, actuó tal y como lo requiere la mandataria socialista a su
círculo: con una discreción y cautela que raya en el secretismo. Fue en esos
años donde Peñailillo creció políticamente y, en forma paralela, se ganó la
confianza extrema de Bachelet, una dirigente desconfiada que no le abre la
puerta a cualquiera.
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