ELECTORES BRASILEÑOS PIDEN EL REGRESO DE LULA A LA PRESIDENCIA DE BRASIL Y RESTAN APOYO A DILMA
No sólo los movimientos sociales afectan al gobierno de la
presidente brasileña Dilma Rousseff, sino también un bajo crecimiento y una fuerta
baja del apoyo con el que cuenta la jefa de Estado en la población del Brasil.
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Rousseff, según análisis internacionales, registraría un crecimiento económico anual promedio que llegaría a sólo 2,1 por ciento que representa el más bajo desde la presidencia de Fernando Collor, que debió renunciar por cargos de corrupción en 1992.
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Por otra parte, el porcentaje de aprobación de Rousseff en las encuestas cayó en picada al nivel más bajo de su mandato, y desde mediados de junio la presidente fue abucheada en un partido de fútbol y por docenas de alcaldes en un acto público. Más de un millón de brasileños salieron a la calle en momentos en que el costo de vida trepa vertiginosamente y caen los pronósticos de crecimiento económico. Las protestas sufrieron una escalada de irritación por el aumento de las tarifas de transporte sumadas al descontento por la corrupción, la calidad de los servicios públicos y las prioridades del gasto público.
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Quienes apoyaron a Rousseff demandan ahora el retorno de Luiz Inacio Lula da Silva, para lo cual piden al Partido de los Trabajadores que el ex Presidente sea el candidato oficial en 2014. Durante su gobierno el crecimiento promedio fue de 4,1 por ciento en sus ochos años al frente del país y llegó a 7,5 por ciento en su último año, mientras que 23 millones de habitantes salieron de la pobreza.
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Rousseff, según análisis internacionales, registraría un crecimiento económico anual promedio que llegaría a sólo 2,1 por ciento que representa el más bajo desde la presidencia de Fernando Collor, que debió renunciar por cargos de corrupción en 1992.
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Por otra parte, el porcentaje de aprobación de Rousseff en las encuestas cayó en picada al nivel más bajo de su mandato, y desde mediados de junio la presidente fue abucheada en un partido de fútbol y por docenas de alcaldes en un acto público. Más de un millón de brasileños salieron a la calle en momentos en que el costo de vida trepa vertiginosamente y caen los pronósticos de crecimiento económico. Las protestas sufrieron una escalada de irritación por el aumento de las tarifas de transporte sumadas al descontento por la corrupción, la calidad de los servicios públicos y las prioridades del gasto público.
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Quienes apoyaron a Rousseff demandan ahora el retorno de Luiz Inacio Lula da Silva, para lo cual piden al Partido de los Trabajadores que el ex Presidente sea el candidato oficial en 2014. Durante su gobierno el crecimiento promedio fue de 4,1 por ciento en sus ochos años al frente del país y llegó a 7,5 por ciento en su último año, mientras que 23 millones de habitantes salieron de la pobreza.
El índice de
aprobación del gobierno de Rousseff se desplomó de 54,2 por ciento en junio y
un máximo de 56,6 por ciento en julio del año pasado a 31,3 por ciento, según
una encuesta de MDA publicada por la Confederación Nacional de Transporte el 16
de julio de este año. El sondeo mostró que el 44,7 por ciento de los
encuestados no votarían por Rousseff en ninguna circunstancia. MDA entrevistó a
2.002 personas entre el 7 y el 10 de julio y el margen de error de la encuesta
fue de más o menos 2,2 puntos porcentuales.
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En un sondeo de Ibope publicado por el diario O Estado de Sao Paulo el 19 de julio, el 41 por ciento apoyaba a Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil y 30% respaldaba a Rousseff.
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En un sondeo de Ibope publicado por el diario O Estado de Sao Paulo el 19 de julio, el 41 por ciento apoyaba a Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil y 30% respaldaba a Rousseff.
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