REFORMA TRIBUTARIA: ANÁLISIS Y
REFLEXIÓN
Por Maruzzella Rossi (*)
Una reforma tributaria profunda y efectiva requiere de
una discusión que logre un amplio consenso y este proceso necesita tiempo.
Realizar investigaciones que permitan medir los efectos de cada medida parece
indispensable, al igual que generar instancias de discusión con los diferentes
agentes económicos.
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Aplicar cambios inmediatos podría implicar un fracaso en el logro de los objetivos propuestos, afectando las perspectivas de crecimiento. La reforma tributaria tiene, además, un momento apropiado para ser ejecutada y éste depende de las condiciones económicas, políticas y sociales existentes. Quienes plantean propuestas de reforma tributaria hoy, deben considerar el tiempo de análisis, discusión e implementación que ésta necesita y tener conciencia de que cualquier reforma de este tipo genera incertidumbre en algunos agentes económicos, lo que podría inducirlos a tomar decisiones inapropiadas e ineficientes.
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Los niveles actuales y las proyecciones de crecimiento del país deben tomarse en cuenta. El PIB creció 5,7% en 2012. El primer semestre de 2013 presenta un crecimiento de 4,1%, y las perspectivas para el año se ubican en torno al 4,9%. Para 2015 las proyecciones de crecimiento alcanzan a 4,5%. En este contexto, es importante medir los posibles efectos de la reforma planteada y los plazos en los cuales se pretende que esté operando y mirar con especial atención las consecuencias posibles sobre la inversión y el ahorro del país.
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La génesis del FUT, por ejemplo, se sustenta en las necesidades de ahorro e inversión que Chile requería en un instante preciso, las que aún parecen no estar totalmente resueltas. Esto debe tomarse en cuenta al adoptar decisiones en torno a la aplicación, plazos y aceptación de cualquier reforma tributaria profunda.
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Aplicar cambios inmediatos podría implicar un fracaso en el logro de los objetivos propuestos, afectando las perspectivas de crecimiento. La reforma tributaria tiene, además, un momento apropiado para ser ejecutada y éste depende de las condiciones económicas, políticas y sociales existentes. Quienes plantean propuestas de reforma tributaria hoy, deben considerar el tiempo de análisis, discusión e implementación que ésta necesita y tener conciencia de que cualquier reforma de este tipo genera incertidumbre en algunos agentes económicos, lo que podría inducirlos a tomar decisiones inapropiadas e ineficientes.
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Los niveles actuales y las proyecciones de crecimiento del país deben tomarse en cuenta. El PIB creció 5,7% en 2012. El primer semestre de 2013 presenta un crecimiento de 4,1%, y las perspectivas para el año se ubican en torno al 4,9%. Para 2015 las proyecciones de crecimiento alcanzan a 4,5%. En este contexto, es importante medir los posibles efectos de la reforma planteada y los plazos en los cuales se pretende que esté operando y mirar con especial atención las consecuencias posibles sobre la inversión y el ahorro del país.
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La génesis del FUT, por ejemplo, se sustenta en las necesidades de ahorro e inversión que Chile requería en un instante preciso, las que aún parecen no estar totalmente resueltas. Esto debe tomarse en cuenta al adoptar decisiones en torno a la aplicación, plazos y aceptación de cualquier reforma tributaria profunda.
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También es importante tener conciencia de que hay un
sentimiento generalizado sobre la necesidad de alcanzar no sólo el mejoramiento
de la distribución del ingreso, sino también la equidad tributaria, tanto
vertical como horizontal. Esto implica que los agentes económicos con mayores
recursos tengan una carga impositiva proporcionalmente más alta. Además, es
fundamental que los agentes económicos que ganan lo mismo tengan el mismo nivel
de tributación.
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Tomarse el tiempo necesario para evaluar los impactos de
la reforma, alcanzar consensos amplios respecto de su aplicación y realizarla
de manera gradual, puede permitir el logro de los objetivos planteados. Por lo
tanto, es preciso que cada una de las propuestas sea analizada y evaluada antes
de su aplicación, de forma tal que no afecte las perspectivas de crecimiento
del país. Es indispensable tener una visión de Estado (a largo plazo) y no caer
en la demagogia o en la aplicación de una reforma, por intereses particulares o
partidarios, afectando los niveles de crecimiento y desarrollo de la economía
nacional.
(*) Vicedecana de Economía y Negocios de la UNAB
-La Segunda
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