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martes, 16 de julio de 2013


16-7-2013-KRADIARIO N°862

EN CHILE LOS NIÑOS NUNCA HAN SIDO PROTEGIDOS COMO CORRESPONDE

Por Dr. Jose Venturelli    

Terminar con esta rutina implica que todos los derechos humanos sean puesto antes que el modelito electorero que permite estas violaciones y dejar de lado tanto candidato que nada han hecho hasta ahora.

En Chile los niños nunca han sido protegidos como corresponde. Antes de la dictadura  el sistema estaba basado en el poder económico de una sociedad clasista que nunca estableció políticas de equidad y que su independencia no fue real: fue la derrota de los españoles a favor de un sector (de hijos, nietos y extranjeros que se apoderaron del país para seguir saqueándolo en su beneficio).
Pero, en los años posteriores aparecen formas de denuncia y ciudadanos, organizaciones políticas, sindicales y sociales, incluso en algunos gobiernos, que se han jugado en esa defensa. El sistema de salud, aunque modesto, buscaba acceso con equidad y recursos habían aparecido para que eso fuera eficiente. A la aparición de la dictadura en 1973 vino la destrucción del sistema de salud, del educacional y los recursos mayores del país que habían sido dedicados a un desarrollo social más equitativo,  fueron reprivatizados en forma vergonzosa.
Este estudio sobre los niños “olvidados y escondidos de la pobreza chilena, de los cuales estos menores son prueba de que Chile no es ni transparente ni es un país avanzado, desarrollado… como lo dicen los magnates, presidentes incluidos: es una herida abierta que demuestra la situación actual. Los derechos de los niños, de estos niños que son los más desvalidos, abandonados por la sociedad basada en inequidad, han sido violados y, a ellos, debemos los que lo han sido mediante la violación represiva y la exclusión adicional, planificada por el aparato del Estado, sigue siendo mantenido por un Estado pro-lucro que se sostiene en la especulación y la represión de quienes exigen sus derechos.
Debemos sumar a los perseguidos políticos, a los cesantes a quienes viven con salarios de miseria, por cierto a la masa de niños y adolescentes del pueblo mapuche (y de los otros pueblos indígenas, pensando incluso en los pueblos desaparecidos por la injusticia de Chile y por el lucro impuesto.
Me refiero, específicamente a los Kawésqar (o alacalufes) pueblo de los canales (al sur de Chiloé) que los gobiernos han mantenido parqueado en Puerto Eden, fuera de su vida natural y de su cultura. Hoy, los núcleos familiares incluyen 50 personas, aunque kawésqar originarios “puros” sólo sean 14.. No tienen escuelas ni desarrollo por lo que los jóvenes, luego de la educación primaria, son llevados a ciudades lejanas (Punta Arenas, Puerto Montt u otras) desde donde el retorno es casi imposible dada la enajenación que existe al "sacarlos de allí". Todo esto por ausencia de dedicación de recursos para los pueblos indígenas y solo para buscar explotar sus recursos para el enriquecimiento de unos pocos. En la actualidad, los pocos Kawesqar que sobreviven son sitiados porque el Estado de Chile favorece la explotación de los bosques originarios, del mar en forma masiva para unos pocos, de la madera y de los ríos... todo en función de las ganancias de los magnates que controlan el país. Bueno, estos son derechos a recuperar si queremos un país justo.
El futuro de los niños de Chile, -de todos ellos- es responsabilidad de todos y de cada uno. Los gobiernos, partidos y personajes, con sus leyes inmorales deben ser puestos en juicio por haberlo permitido. Las elecciones que se hagan a futuro deben responder estas preguntas y no “seguir creyendo en las falsas declaraciones de los presidentes pasados y candidatos que hoy juran cambiar".  Por ello las leyes, la Constitución toda, debemos rechazarlas y no aceptar candidatos trasnochados que ya probaron su incapacidad y cuyas inquietudes políticas han sido de coludirse al poder. Los menores mapuches encarcelados y que deben hacer huelgas de hambre son el resultado de una infamia que ni el Presidente ni los candidatos hacen nada por impedir o corregir. Los salarios inmorales no los arreglan en el parlamento ni los gobiernos permitidos.
Es inquietante ver como los candidatos (¡y muchos en la prensa y radio, y TV! y hasta personas responsables) sólo se dedican a discutir los pronósticos “de las carreras del hipódromo”, que ya han corrido antes y que nada han aportado al país, al pueblo o a los derechos de nuestro paisito. Espero que se vayan identificando con la realidad y no con los planes dejados por el dictador como forma de mantener un sistema que asegura que los niños sigan siendo marginados y reprimidos.

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