SIGNOS PRODRÓMICOS DE LA RETRACTACIÓN EN EL
FUTURO GOBIERNO DE BACHELET
Por Hugo Latorre Fuenzalida
En medicina los signos prodrómicos son
aquellos que aparecen antes que la enfermedad manifieste su proceso. En la fase de parto, por ejemplo, pueden ser contracciones
y dolores en la zona del bajo vientre; en las gripes, puede ser el decaimiento
y malestar gastrointestinal, descenso de temperatura, hasta que aparece
finalmente la temperatura alta y el cuadro característico.
En política, haciendo la similitud, podemos
señalar que ya la campaña delata ciertos signos prodrómicos de lo que puede
ser el desarrollo del cuadro de gobierno
de Bachelet.
.
Las retractaciones tempranas de su entusiasmo
de arribo a Chile, ya va siendo un signo prodrómico de una gobierno que se
manifestará en tono menor, es decir un cuadro de transformaciones casi
subclínicas en sus manifestaciones.
.
Luego la salida a escena de personajes que
representan los intereses del sector más conservador de la antigua
Concertación, en cargos de relevancia dentro del comando de Bachelet y la
salida del presidente del PS, señor Andrade, quien manifiesta muy suelto de
cuerpo que no es nada raro que se morigera o enfríen las propuestas de
Bachelet, en aras de dar tranquilidad objetiva a todos los sectores.
.
Todo esto viene ocurriendo después del relax
que ha significado el amplio margen obtenido por Bachelet en las primarias. Es
decir, ya está tan confiada en el triunfo que se puede imponer el sello de “realismo”, conducente a
una gobernabilidad no problemática, es decir sin tener que pedirle votos a los
de los movimientos sociales ni a los de la izquierda en el espectro.
.
Las cuentas que se vienen sacando es que para
ganar en primera vuelta, Bachelet debe morigerar su discurso para atraer a los
segmentos que estuvieron en intención de votar por la derecha, pero dado
su borrascoso fracaso prefieran salvar
su voto, adjudicándolos a la Nueva Mayoría.
En consecuencia, de no producirse una
sorpresa en la votación de la primera vuelta, el sector de la oposición, actual,
virará la puntería de sus baterías hacia
objetivos más cercanos y precisables. Estos objetivos pueden ser una “pequeña”
e insensible reforma tributaria, una parcialísima reforma en la educación, si
es que una reforma al binominal, donde los partidos mantendrán, de todos modos,
su hegemonía electoral, si es que una AFP estatal, pero no muy diferente a las
privadas.
Es decir, en este Chile que ha reclamado una
cirugía radical, se le tratará con una dosis pequeña que alcanzaría apenas para
aliviar un gas en el vientre.
.
La decepción puede ser enorme o los chilenos
se resignarán a que todo esfuerzo quedará aprisionado dentro de los límites de la llamada
“institucionalidad” que no es otra que la dominancia oligárquica de los
partidos y los empresarios, quienes pagan generosamente a sus guardianes para
que den pan y circo a la chusma y contengan toda salida de madre de los
“gritones” de la calle.
.
Por eso han llegado los Cortázar, los De
Gregorio y esa pléyade de sicarios de los poderes fácticos, como signo
prodrómico de que lo que viene es apenas
un estornudo y que todo lo que se diga al calor de la campaña no son más que
flatus vocis.
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