23-7-2013- KRADIARIO N°
863
Visita papal en Brasil
EL PAPA MISIONERO LLAMA A LOS JÓVENES A EVANGELIZAR A LAS NACIONES
Con un “tuit” agrdaeció hoy el Papa Francisco la "acogida tan cálida" que tuvo la
víspera en Rio de Janeiro y las autoridades analizan los fallos de la seguridad
que permitieron que la gente lo cercara en su automóvil así como la violencia
en que terminó una manifestación de protesta por los gastos de su visita.
"Gracias. Gracias. Gracias a ustedes y a las
autoridades por haberme dispensado una acogida tan cálida en tierra
carioca", dijo el Papa en su cuenta Twitter.
La llegada de Francisco a Rio en un coche de paseo que quedó
atrapado tres veces durante varios minutos en el tráfico, mientras una multitud
delirante le tiraba regalos por la ventanilla y hasta le tocaba para
desesperación de sus guardaespaldas, provocó que se cuestionara lo efectivo del
operativo de seguridad. Las autoridades admiten peligrosos errores de
comunicación entre diferentes organismos encargados de la seguridad, y la
alcaldía de Rio dijo que el chofer del automóvil se equivocó en el recorrido.
La secretaría de Seguridad para Grandes Eventos -dependiente
del ministerio de Defensa- sostuvo que el propio Papa pidió al chófer disminuir
la velocidad para saludar a la gente. "No hay que dramatizar lo que
sucedió. Todo salió bien, nadie fue allí para hacer daño al papa", indicó
el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi. Sin embargo, cualquier cosa que
afectara al Papa podría haber ocurrido en este trayecto.
El primer papa latinoamericano, que defiende una Iglesia
cercana a los pobres, está empeñado en tener contacto con el pueblo, y en un
trayecto posterior por el centro de la ciudad en un papamóvil semidescubierto saludó
a varios niños, estrechó manos y no perdió la sonrisa ni la calma.
Francisco, de 76 años, que realiza una pausa en su agenda
pública este martes, rezó por la mañana una misa en una capilla de la magnífica
residencia del cardenal de Rio en el morro de Sumaré, donde se aloja, rodeada
por la selva tropical atlántica, y tomó helado en el desayuno, informó la
prensa local.
Poco después de la reunión del Papa con la presidenta
brasileña, Dilma Rousseff, ayer en el palacio Guanabara, sede de la gobernación
del Estado de Rio, centenares de manifestantes que protestaban cerca de allí
contra el gasto público de 53 millones de dólares que implica su visita y la
Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra esta
semana en Rio fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y chorros de agua.
Tres personas fueron heridas, incluido un fotógrafo de
AFP que recibió un bastonazo de un policía en la cabeza. Ocho personas fueron
detenidas.
El Papa, que hace hincapié en una Iglesia misionera, llamó
el lunes a los jóvenes a evangelizar a las naciones en su primer viaje al
continente americano que alberga a la mitad del total de católicos del mundo, y en
momentos en que la Iglesia pierde terreno frente a los evangélicos y el
laicismo.
"La Iglesia es joven, y en la Jornada Mundial de la
Juventud (JMJ), eso se ve muy bien. Que el Señor siempre nos mantenga a todos
jóvenes de corazón", dijo el Papa en otro mensaje en su cuenta Twitter
este martes.
"La visita del papa a Brasil tiene un significado
especial porque en Latinoamérica vive el 49% de los católicos, entonces
lógicamente este continente es de importancia para la Iglesia católica
actual", comentó a AFP Iván Esperança Rocha, historiador y especialista en
religiones de la Universidad estatal de Sao Paulo.
La presidenta brasileña, cuya aceptación cayó casi 25 puntos
porcentuales tras las masivas protestas de junio, aprovechó la popularidad de
su ilustre visitante para destacar la lucha común contra la desigualdad. En
junio, más de un millón de personas tomaron las calles de varias ciudades de
Brasil para exigir mejores servicios públicos y protestar contra los
millonarios gastos de la Copa del Mundo y la corrupción rampante.
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