El plan de paz de seis puntos de Kofi Annan para Siria está colgando de un hilo porque las fuerzas beligerantes ya no respetan ningún acuerdo, situación que podría derivar en una guerra civil, que para algunos analistas sería larga y cruente.
Este vaticinio no es nuestro sino de la cabeza visible del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abdul Rahman, que funciona en Londres.
A pesar de que el plan fue aprobado por unanimidad en el Consejo de Seguridad el 21 de marzo pasado, parece destinado al fracaso. Una de sus condiciones es la retirada de las tropas del Ejército de las ciudades y otra un alto el fuego, pero ninguna de ambas se ha cumplido.
El régimen del presidente Bachar el Assad (derecha) puso nuevas condiciones el domingo como fue un compromiso escrito de Annan con la garantía de que la oposición no recurra a la violencia. El coronel Riad al Assad, que desde Turquía dirige el Ejército Sirio Libre, integrado por desertores, aseguró ayer que respetaría el alto el fuego, pero al caer la noche del lunes los carros de combate y vehículos blindados del Gobierno se replegaron y los helicópteros ametrallaron los barrios rebeldes de Homs
Damasco se ha esforzado además por acabar durante los primeros días de abril con la resistencia armada en las ciudades. Si lo consigue podría fingir una retirada de su Ejército como ya hizo en su día cuando desembarcaron en el país los observadores de la Liga Árabe.
Por eso la Semana Santa ha sido especialmente sangrienta. Desde que hace ya casi 13 meses empezó la revolución en Siria han muerto, según la ONU, más de 9.000 personas, en su mayoría civiles indefensos.
La oposición siria asegura que las víctimas mortales superan las 10.000 a las que hay que añadir unos 100.000 detenidos de los que varios miles están, si es que siguen vivos, en paraderos desconocidos.
Por mucho que haya prometido cumplirlo el plan de paz es inaceptable para Damasco. Establece, por ejemplo, el derecho de los sirios a manifestarse pacíficamente. Si se respetase este derecho se producirían en las ciudades manifestaciones masivas contra el presidente Bachar el Asad cuya renuncia al poder no exige el plan de Annan.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), que reagrupa al grueso de la oposición, respaldó inicialmente el plan de paz, pero ayer ya lo dio por finiquitado pese a que Rusia intentaba convencer al ministro sirio de Exteriores, Walid al Moualem de que lo aplicase.
Un presunto fiasco del plan de Annan tendría otras consecuencias. Los más firmes aliados de la oposición siria, Arabia Saudí y Catar, no solo van a seguir financiando a las fuerzas rebeldes, sino que las ayudarían a adquirir armas con las cuales luchar contra el régimen de Damasco, vaticinan fuentes diplomáticas. Esto agravaría la guerra civil en Siria.
Las balaceras no terminaron hoy martes como contemplaba el llamado plan de paz de Kofi Annan. Los ataques del Ejército continuaron desangrando a Siria sin provocar excesiva sorpresa, debido al recrudecimiento de la violencia de los últimos días. Casi nadie esperaba que el milagro se produjera y que el régimen de Bachar el Asad cumpliera lo prometido y acatara la tregua pactada con el enviado de Naciones Unidas y la Liga Árabe.
El opositor CNS denunció que la campaña militar continúa su curso. Los rebeldes contaron al menos medio centenar de muertos en el día en que se suponía que se iban a dar los primeros pasos para lograr un alto el fuego definitivo. “Más tiempo significa más sangre”, indicó Basma Kodmani, la portavoz opositora a los periodistas en Ginebra. La coalición de Kodmani y el resto de opositores aspiran a derrocar al régimen de El Asad para reemplazarlo por una democracia.
En virtud del plan de seis puntos de Annan, que en teoría cuenta con el apoyo tanto de Damasco como de los rebeldes, el martes comenzaría la tregua con la retirada de tropas y dos días más tarde, el cese de las hostilidades debería ser completo. Annan visitó hoy los campos de refugiados sirios en el lado turco de la frontera, donde se han asentado cerca de 30.000 personas huyendo de la violencia. Desde allí, dijo que el Ejército sirio se había retirado de algunas localidades, pero solamente para trasladarse a otros lugares y que por tanto la amenaza no había disminuido.
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