Un grupo de 40 países, entre los cuales se encuentran Estados Unidos y la Unión Europea, presentaron hoy ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Ginebra un durísimo comunicado contra la política comercial que está impulsando la Argentina.
"Expresamos en forma conjunta nuestra continua y profunda preocupación ante la aplicación de medidas restrictivas al comercio tomadas por la Argentina, las cuales están afectando negativamente las exportaciones a la Argentina desde un creciente número de miembros de la OMC", señala el texto.
La queja, presentada por el embajador ante la OMC de EE UU, Michael Punke,
fue firmada también por Australia, la Unión Europea en representación de sus 27 miembros, Israel, Japón, Corea del Sur, México, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Suiza, Taiwán, Tailandia y Turquía.
El texto no solo denuncia el bloqueo a las importaciones que viene implementando la Argentina a través de distintas medidas impulsadas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y su par de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, sino que además se queja de la "falta de transparencia" en el régimen de licencias de exportaciones. Y sostiene que eso genera una "profunda incertidumbre" tanto entre los "exportadores y potenciales exportadores" de productos a la Argentina como entre eventuales inversores.
Argentina está aplicando fuertes trabas a su comercio exterior, que incluyen medidas para entorpecer el ingreso de productos importados, para proteger un erosionado superávit comercial.
Una nueva normativa, en vigor desde el 1 de febrero, exige para las importaciones un registro previo, y la revisión y aprobación de cada transacción importante, dijeron los críticos en la declaración.
"Se ve que el nuevo sistema opera en los hechos como un mecanismo de restricción a todas las importaciones", dijo Punke durante una reunión en el Consejo de la OMC.
El grupo demandó que Argentina tome inmediatamente medidas para revertir sus políticas o se arriesgaría a futuras acciones en la OMC.
El lunes pasado, Estados Unidos anunció la suspensión de preferencias comerciales para Argentina debido a que el país se niega a pagar más de US$300 millones en fallos arbitrales por dos disputas de inversión.
Las políticas intervencionistas del gobierno de la presidenta Cristina Fernández irritan a inversores, que se quejan de un constante cambio en las reglas de juego en el país.
Argentina necesita preservar su superávit comercial, ya que no tiene acceso a financiamiento en los mercados internacionales de deuda desde el masivo incumplimiento de pago del 2001/2002.
El vicepresidente argentino, Amado Boudou, dijo que la política comercial argentina busca proteger a su industria.
"Esta es una política que le sirve a todos los argentinos: cuando nosotros estamos cuidando en la frontera algún producto es porque estamos cuidando el trabajo de los argentinos", aseguró.
El grupo también se quejó por la "falta de transparencia" de Argentina en la implementación y administración de su régimen de licencias de importaciones que, según expresaron, crea "profunda incertidumbre tanto para exportadores como para potenciales exportadores hacia Argentina, así como para inversores en Argentina".
El embajador argentino ante los organismos internacionales en Ginebra, Alberto D´Alotto, informó esta semana a la cancillería sobre renovadas presiones en la OMC para que el país sudamericano revise su restrictiva política comercial, según dijo la fuente diplomática.
Exclusión de las preferencias arancelarias de EE UU
La prensa de los Estados Unidos consideró que la medida del presidente Barack Obama de excluir a la Argentina del sistema de preferencias arancelarias, conocida el lunes pasado, es el "último esfuerzo" para que el país "acate los arbitrajes internacionales" que lo condenaron a resarcir a empresas norteamericanas.
El diario especializado Wall Street Journal presentó la noticia con un artículo firmado por Ken Parks desde Buenos Aires y Tom Barkley desde Washington, en el que remarcaron que "Estados Unidos suspendió el acceso libre de aranceles para algunas importaciones argentinas, exigiendo a su Gobierno pagar sentencias pendientes a dos empresas de Estados Unidos por disputas vinculadas a inversiones".
"La medida es el último esfuerzo para forzar al país sudamericano a acatar los arbitrajes internacionales. El año pasado, Estados Unidos anunció que se opondría a los préstamos a la Argentina en el marco del Banco Mundial y cualquier otra organización multilateral, como el Banco Interamericano de Desarrollo", agregó el texto.