Por Hugo Latorre Fuenzalida
.
El apellido Pey es sinónimo de progresismo, en el buen sentido de la palabra. Victor Pey, su tío es, todos sabemos, un renombrado refugiado de la guerra civil española y un exitoso empresario en Chile.
.
.
El apellido Pey es sinónimo de
progresismo, en el buen sentido de la palabra. Victor Pey, su tío es, todos
sabemos, un renombrado refugiado de la guerra civil española y un exitoso
empresario en Chile.
Roxana, es una científica
destacada y académica que ha tenido desempeños importantes en el retorno a la
democracia, pero en el ámbito universitario. Tuve la suerte de conocerla cuando
se lanzaron los Cursos de Formación General en la Universidad de Chile y Roxana
era la directora y coordinadora de esos cursos, conducidos desde la vicerrectoría
académica. Luego ha trabajado como parte del equipo del ministerio de
educación, en roles de evaluación académica de la educación superior y desde
ahí ha estado pujando porque en Chile se den los pasos necesarios para avanzar
hacia un modelo de universidad más democrático y más moderno.
Más democrático, pues Chile es
un país que condenó a gruesa parte de la población a una especie de “apartheid”
cultural (además del económico), lo que deja a esa población y a sus
generaciones sucesivas, condenados a reproducir su marginalidad e
incompetencia.
.
Roxana era consciente de este
drama de los menos favorecidos en Chile y se dio en idear un sistema que fuera
disminuyendo las barreras de acceso de los más pobres a niveles de educación
superior, al cual tienen derecho, siempre y cuando se les otorguen las facilidades de integración cultural y de
aprendizaje.
Este proyecto de la
Universidad de Aysén, tiene la misma lógica que representa la lucha por el
ingreso de los menos favorecidos, pues sabemos que Chile hace también una
especie de “apartheid” territorial, fruto de un centralismo monstruoso y
castrador. La formación escolar y cultural de las regiones alejadas de la
capital son muy diferentes de la de los de
las regiones centrales, por tanto, dada la disposición del gobierno de Bachelet
de crear nuevos centros de educación superior en regiones, con una marca del
Estado integrador, Roxana crea esta idea de un centro experimentalmente
innovador, diferente y desafiante de la norma que Chile ha seguido de manera
persistentemente pasiva hasta nuestros
días: mercantilización, segmentación, elitismo conservador e inmovilismo
estructural.
La propuesta para la
Universidad de Aysén reúne esas cualidades tan necesarias para las regiones:
integración a la comunidad local (mediante el Consejo social), integración de
los estamentos (Consejo universitario).
Se sabe que las universidades de regiones tienen sentido siempre y
cuando representen una capacidad de crear y promover procesos de desarrollo
local, junto con la elevación de la iniciativa conjunta, compartida y
participativa de su medio académico y de las fuerzas activas de la comunidad.
De lo contrario sería una oferta de escaparate más que ya han hecho las universidades privadas,
como si se tratara de un bien de consuma más y con los resultados que ya todos
conocemos: la mediocridad afortunada de los sostenedores junto a la degradación
de la educación superior.
Para hacer lo que ha propuesto
Roxana se requiere valor e inteligencia, ambas virtudes las posee; lo que no
sabemos es si las autoridades del
ministerio de educación estarán a la altura de los desafíos que tiene Chile
ante un mundo global del conocimiento, donde el actualizar e innovar es la
única manera de sobrevivir. Claro que los viejos hábitos son las camisas de
fuerzas más apretados y las luchas contra uno mismo, de las que hablaba
Nietzsche, refiriéndose justamente al lastre de los hábitos, costumbres y
creencias, son las más heroicas pero las más raras, menos cuando los que
sostienen el poder,se amañan en una suerte de propiedad en vez de un sentido de
guía de destinos abiertos a los transitorios pasajeros de la historia.
La sociedad del conocimiento
es una sociedad “AURORAL”, caracterizada por estar bien dispuestos mental y
anímicamente para acoger los desafíos de cada mañana. Si esta disposición no
las asumen los universitarios, perderán
esa feracidad que se les reclama y exige, terminando en parecer más una
infértil solterona. Pues las universidades son instituciones flexibles,
tremendamente adaptables; existen en la historia en diversas formas y estilos y
hoy, además, deben hacer frente a poderes del conocimiento organizados desde el
gran empresariado y de los gobiernos industriales, que intentan sustituir a las universidades en la promoción del saber relevante.
Pretender dejar a las universidades sujetas al corsé burocrático centralista y ritual, representa una torpeza intelectual y una extemporalidad peligrosa. Nadie más imperativamente que las universidades deben renovarse día a día, de lo contrario caerán en la burocratización estéril o degenerada, propia de toda vida que se ata al poste del tiempo pasado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario