La columna del periodista Fernández
LLORAR POR LAS NOTICIAS
Los vecinos de Jole y Michele, un matrimonio de ancianos de
un barrio de Roma, llamaron alarmados a la policía cuando escucharon sus
prolongados sollozos. Era un llanto incontenible, acompañado de gritos
desesperados.
.
Cuatro agentes llegaron presurosos hasta la comuna romana de
Appio. Esperaban encontrar una escena de violencia intrafamiliar o los efectos
de un asalto en el departamento de la pareja. Pero cuando tocaron a la puerta y
entraron, no vieron destrozos ni huellas de algún crimen. Sólo se encontraron
frente a dos abuelos que no podían contener su llanto al ver las noticias de la
televisión, que era su única compañía.
.
Jole, de 89 años, y su esposo Michele, de 94, contaron a los
policías que mientras veían el noticiario ella comenzó a llorar al ver notas
sobre atentados, maltrato infantil y otros episodios de violencia que iban
desfilando por la pantalla. “¿Por qué tanta maldad?”, se preguntaba entre
sollozos impotentes. Su esposo se contagió con la pena de ella y el llanto de
ambos fue tan grande que traspasó los muros de su departamento y provocó la
alarma de sus vecinos.
.
Así fue como llegaron los cuatro agentes, Andrea, Alejandro,
Ernesto y Mirko. Pidieron permiso a Jole y Michele, casados hace 70 años, para
prepararles una cena y conocer sus muchas historias de vida mientras pedían una
ambulancia para entregarles atención médica. El relato de los policías,
publicado esta semana en la página de Facebook de la prefectura policial
romana, continúa así: "Es un verano sofocante el romano. Jole está en casa.
Como todas las noches. Quizás desde hace mucho tiempo. En el noticiero
transcurren distraídamente las noticias.Atentados, niños maltradados en el
jardín. Jole se pregunta el por qué de tanta maldad. Pero la TV le hace
compañía. Es todavía una noche solitaria para pasar con Michele. Sí, porque
Michele, 94 años, es su marido desde hace casi 70. Ella, que tiene 89
primaveras, ¡tendría tantos recuerdos para contar! Pero, ¿a quién? Hace tanto
que nadie pasa a saludarlos...".
.
"No siempre es fácil la vida. Sobre todo cuando se
vacía la ciudad y los vecinos están de vacaciones, a veces la soledad se
disuelve en lágrimas. Puede ocurrir, como en esta ocasión, que alguien llore
tan fuerte por la desesperación que alguien acabe llamando a la policía. Jole y
Michele no fueron víctimas de un crimen o una estafa, ningún ladrón entró en su
casa. No hay nadie a quien salvar. Esta vez, para los agentes hay una tarea de
enormes proporciones: dos almas solitarias que necesitan ser
reconfortadas".
.
“Todo en el departamento cuenta de la larga vida juntos,
pero también de la desolación por la cual los agentes están allí. Un mísero
racimo, del cual penden tres uvas, sobre la mesa de la cocina, dan cuenta de un
ayuno que lleva ya demasiado tiempo. Los policías se impregnan de la ternura.
Entienden que esta vez es distinto. Esta noche, las leyes no sirven. Sirve ser
hombres. Sirve ser verdaderos".
"Sólo un poco de calor humano podrá restaurar la paz en
Jole y Michele. Así que les pidieron permiso para acceder a la despensa e
improvisar una cena, un plato de pasta con manteca y queso, nada en particular,
pero con un ingrediente valioso: toda su humanidad".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario