Perú, adelante
PRESIDENTE, PÓNGALE EL CASCABEL
AL GATO
Por Roberto Mejía Alarcón
En un momento en que Perú libra una batalla
contra el feminicidio, las declaraciones lanzadas por el ultraconservador
cardenal Juan Luis Cipriani insinuando que la mujer es víctima de abusos por su
propia culpa provocaron la ira de las peruanas.
Conocido por sus posiciones políticas de derecha
y cara de las campañas antiaborto de la Iglesia católica y contra la unión
civil entre personas del mismo sexo, Cipriani dijo en su programa radial
Diálogos para la Fe que si hay abusos se debe "muchas veces, a que la
mujer se pone como en un escaparate, provocando".
"En un país que ocupa el tercer lugar en el
ranking mundial de violaciones sexuales, una declaración de esta naturaleza no
merece solo mi rechazo como mujer sino también como ministra (...) Aquella
declaración invisibiliza y quita de toda responsabilidad al agresor", le
respondió la ministra de la Mujer, Ana María Romero.
La segunda vicepresidenta del flamante gobierno
de Pedro Pablo Kuczynski, Mercedes Aráoz, le espetó: "Yo puedo usar una
minifalda y nadie tiene derecho a tocarme (...) Una mujer puede dedicarse a la
prostitución y no quiere ser violada, no puede ser violada. Nadie tiene derecho
a afectar nuestra dignidad y no la provocamos las mujeres".
En las redes sociales, los comentarios de
Cipriani desataron la indignación el fin de semana, con mujeres y hombres
exigiendo su renuncia. Muchos los ven como un intento de restarle importancia a
la marcha contra la violencia machista, convocada en todo el país para el 13 de
agosto y a la que han anunciado que asistirán la vicepresidenta Aráoz y la
primera Dama, Nancy Lange.
Bajo el lema #NiUnaMenos, la marcha denunciará
las agresiones y asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o exparejas y
contra la laxitud de la justicia peruana, que no sanciona con firmeza a los
agresores en un país con una fuerte cultura machista y conservadora.
"Cipriani (...) ya hizo declaraciones desde el púlpito contra la marcha 'Ni una menos', diciendo que esas campañas que pretenden imponer la 'ideología de género' no son 'humanas'", escribió el psicoanalista Jorge Bruce en el diario La República.
Malinterpretado
Tras la polémica levantada, el arzobispo de Lima
y cabeza visible del Opus Dei en América Latina, aseguró el lunes que había
sido malinterpretado.
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"Realmente he estado fastidiado, leyendo
interpretaciones que, utilizando una frase totalmente desafortunada y
equivocada, pretenden criticar de una manera francamente baja la
responsabilidad que tengo como pastor", aseguró el lunes en radio RPP.
"Estoy seguro de que él no ha querido decir
lo que se está interpretando", dijo también el lunes Kuczynski, aunque
aseguró que su gobierno trabajará para combatir la agresión contra la mujer.
"La violencia contra las mujeres, los
feminicidios, violiones de menores, asesinatos de mujeres y otro tipo de
discriminación (...) son fenómenos que no deben estar en una sociedad
moderna", dijo el presidente para quien "hay culpa de los
agresores".
Perú es un país de abrumadora mayoría católica
(85%), y de grandes confrontaciones teológicas: aquí nació hace más de cinco
décadas la Teología de la Liberación. Para frenar ese embate, Juan Pablo II
nombró en 1999 a Cipriani como arzobispo, convirtiéndolo en el primer primado
del Opus Dei en el mundo.
Al controvertido cardenal, de 73 años, le quedan
un par de años antes de presentar su renuncia al cargo, como exige el derecho canónico.
Integrante también de la curia romana, como
parte de una comisión que revisa la economía del Vaticano, Cipriani se ufana de
contar con el respaldo del papa Francisco.
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