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viernes, 5 de agosto de 2016

La columna del periodista Fernández





TIEMPO DE PAYASADAS

Por Enrique Fernández

- Dejémonos de payasadas, por favor… Un poco más de moral, un poco más de ética...
Ésa fue la petición que lanzó entre lágrimas de impotencia la diputada Camila Vallejo, durante la interpelación, el martes pasado, a la ministra de Justicia Javiera Blanco. La emoción de la joven legisladora brotó espontánea, al evocar la trágica suerte de los niños del Sename (Servicio Nacional de Menores), en manos de concesionarios porque el Estado no tiene capacidad ni recursos suficientes para atenderlos. 
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Las payasadas a que se refería la parlamentaria son los argumentos falaces de quienes, por intereses políticos a menos de tres meses de una elección, quieren destituir a la ministra, de cuya cartera depende el Sename. Pero Javiera Blanco lleva un año en su cargo y los problemas del servicio de menores –incluidas las 185 muertes detectadas en los últimos 11 años- se arrastran desde mucho antes que ella llegara al ministerio.  

Más que una payasada es una bajeza querer obtener votos en las próximas elecciones de octubre utilizando la desgracia de niños marginados de la sociedad.
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En esa misma sesión, cuando la fuerza pública desalojó las tribunas de la Cámara por los gritos e insultos que lanzaban algunas manifestantes, el diputado Marcelo Schilling las despidió con epítetos impropios de un honorable caballero. Más que una payasada fue una vulgar grosería.
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También es una payasada que estudiantes secundarios, agotadas sus demandas a estas alturas del año, se manifiesten ahora contra las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFPs), como lo hicieron el miércoles en Apoquindo con Manquehue, en la zona oriente de Santiago. ¿Es  por falta de tema que decidieron preocuparse de sus futuras jubilaciones, cuando en promedio apenas sobrepasa los 15 años de edad? Más que una payasada es un burdo pretexto para salir a las calles y evadir las clases.

Al día siguiente y por segunda vez en menos de dos meses atacaron con bombas incendiarias el templo de la Gratitud Nacional. El fuego que brotó en la puerta de la Iglesia fue sofocado y no hubo mayores destrucciones, a diferencia del saqueo del pasado 9 de junio, cuando una turba de jóvenes encapuchados destruyó  la histórica imagen del Cristo crucificado, que sacaron del interior del templo.
¿Saben esos estudiantes que la Orden de los Salesianos –a la que pertenece esa iglesia- es la que encabezó el Cardenal Raúl Silva Henríquez? No lo saben, porque no habían nacido cuando Monseñor Silva Henríquez desafió a la dictadura de Augusto Pinochet, denunció las violaciones a los derechos humanos, creó la Vicaría de la Solidaridad y salvó miles de vidas  ¿Por qué entonces atacar ese símbolo de los sacerdotes salesianos? Más que una payasada es un atentado contra la memoria histórica del país.
Sinónimos de payasadas son los términos “tonteras”, “leseras”. “estupideces” o un improperio más grueso vinculado con los huevos, muy común entre la gente joven y los ejecutivos de cuello y corbata. Podríamos también calificar de payasadas las “piñericosas” del ex presidente Sebastián Piñera, de las cuales existen decenas de ejemplos.
Pero la payasada que mayor publicidad tuvo en el último tiempo fue la espectacular llegada a Chile, con profusos anuncios previos, de su hermano José Piñera, el mismo que fue ministro del Trabajo de Pinochet, que fue candidato a la Presidencia del país en 1993 y uno de cuyos grandes orgullos en la vida es la creación de las AFPs. Por eso dijo que volvería al país, para defender su invento, después de las multitudinarias manifestaciones contra las administradoras efectuadas el domingo 24 de julio en Santiago y otras ciudades.
La noche del 3 de agosto, José Piñera apareció en las pantallas de dos estaciones de televisión: TVN y Mega, para afirmar que el promedio de las pensiones en una AFP determinada, después de 30 años de trabajo, es de 650.000 pesos mensuales. Lo que no dijo es cuánta gente se ha jubilado en esa AFP con esa pensión y cuántos jubilados obtienen menos de 220.000 pesos mensuales, que es el promedio que reconoce la asociación que agrupa a las administradoras.
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Tampoco explicó por qué no incluyó a las Fuerzas Armadas dentro de este sistema, si es tan beneficioso como anunció hace 35 años. No las incluyó porque Pinochet se opuso y hoy los militares obtienen pensiones equivalentes a sus sueldos en actividad y que, al morir, dejan como herencia a sus viudas e hijas solteras. Por eso las hijas de militares, marinos y aviadores prefieren “emparejarse” y no casarse, para seguir percibiendo la pensión “del papá”.

José Piñera admitió que el sistema de las administradoras en manos de empresarios privados se puede perfeccionar. Y como fórmulas mágicas entregó algunas propuestas que desde hace tiempo figuran en el debate nacional. Entre ellas, el aumento de la edad de jubilación de las mujeres, de 60 a 65 años y un incremento gradual de las cotizaciones. Pero no profundizó en sus proposiciones, porque quiere que la Presidenta lo llame, para colaborar en la creación de una AFP estatal.
¿Lo llamará la Presidenta? Ésa sí que sería una payasada gigantesca.

1 comentario:

  1. LA MIRADA OBJETIVA DE UN GRAN PERIODISTA ANTE LOS ACONTECERES DEL DIARIO VIVIR EN NUESTRO PAÍS.!!!!

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