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lunes, 8 de junio de 2015

DESDE LAS ALTAS CUMBRES-KRADIARIO

DOS GRANDES TRIUNFADORES EN LA CUMBRE DEL G-7: MERKEL Y HOLLANDE

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Por Martín Poblete

Reunidos teniendo por marco escenográfico los bosques  y jardines del Palacio Elmau en Baviera, los jefes de estado y gobierno del G-7 abordaron su habitual agenda de temas con variables grados de alta complejidad:  Grecia; Ucrania; cambio climático; debilidad de la recuperación económica mundial; como sacar al sector bancario-financiero de tasas de interés ligeramente sobre cero de los últimos seis años, haciéndose eco de los planteamientos frente a la desigualdad del francés  Thomas Piketty, las relaciones  entre las prioridades del capital financiero, la evasión tributaria sistemática, y la cuestión de la desigualdad; a lo anterior, David Cameron agregó las perturbaciones provocadas por la corrupción en todos sus niveles.

Grecia se ha mostrado intratable para este tipo de reuniones, su deuda es impagable tal como está estructurada;  Ucrania obtuvo dos menciones, reiteración de la condena unánime a la anexión de la Península de Crimea por Rusia, y disposición a mantener y reforzar las sanciones a Rusia por su intervención en las regiones orientales de Ucrania;  los otros temas recibieron tratamiento superficial sin mayores compromisos, no hay una visión común sobre ellos, los Estados Unidos quisieran enfatizar el crecimiento por sobre reducción del déficit, Alemania y el Reino Unido priorizan la disciplina fiscal, la excepción estuvo en el cambio climático.

Con una Encíclica del Papa Francisco anunciada para fines del presente mes, y una reunión global en el marco de las Naciones Unidas programada en París en diciembre, era difícil para los gobernantes reunidos en el Palacio Elmau soslayar  la cuestión del cambio climático; abordaron el problema con énfasis y precisión sorprendentes.
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Empezaron por reconocer las verificaciones de la investigación científica, expresando su determinación de reducir las emisiones de gases conducentes al recalentamiento de la atmósfera, como paso previo necesario para lograr la "descarbonización de la economía global en el curso del presente siglo", en este sentido anunciaron su decisión de reducir las emisiones entre 40 y 70% al 2050 respecto de los niveles el 2010, la primera vez en apoyar un objetivo preciso de largo plazo en esta materia.
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A lo anterior se agregó el compromiso un tanto difuso de juntar cien mil millones de dólares al año para el 2020, entre fuentes públicas y privadas,  para ir en ayuda de los países mas pobres en sus programas de control de riesgos por el cambio climático.

Ahora vendrá la implementación, los detalles  probablemente serán afinados en la reunión de diciembre en París, acompañados por el entusiasmo de las ONGs especializadas y la comunidad científica, algunos ya están hablando del fin de la era de combustibles fósiles,  desde China, el principal emisor de gases contaminantes,  su gobierno ofrece colaboración sin entrar en la precisión del G-7, a esperar cual será su actitud en la reunión de París.

Las decisiones anunciadas  representan victorias personales para dos de los gobernantes concurrentes, la Canciller Angela Merkel  quería precisiones para darle contenido a las resoluciones de una reunión de la cual fue anfitriona; el Presidente Francois Hollande, quería recibir un impulso previo a la reunión de diciembre en París.      

En la cumbre del G7 participaron los líderes de EE.UU., Alemania, Japón, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá se centro en la economía internacional.

La canciller alemana, Angela Merkel, ejerció de anfitriona de la reunión y comenzó su jornada con una entrevista bilateral con el presidente estadounidense, Barack Obama.

Merkel, Obama, los primeros ministros de Reino Unido, David Cameron; Italia, Matteo Renzi; Japón, Shinzo Abe; y Canadá, Stephen Harper; y el presidente de Francia, François Hollande, abordaron anoche también las principales crisis internacionales en una cena de trabajo. El foco de atención estuvo según fuentes del Gobierno alemán en la guerra en Siria, tras los últimos avances del Estado Islámico (EI), y a la crisis de Ucrania, donde los enfrentamientos entre el ejército de Kiev y los separatistas prorrusos se han recrudecido en las últimas semanas.

Este es el segundo año consecutivo en el que el presidente ruso, Vladimir Putin, no participa en la cumbre del G7, después de que los líderes del G7 decidieran aparcar el formato G8 ante la anexión de Crimea por parte de Moscú.

La cita se celebró rodeada de extraordinarias medidas de seguridad, con más de 22.000 agentes implicados en el dispositivo diseñado para evitar que los activistas contrarios al G7, un foro de carácter informal que representa al 11% de la población mundial y un tercio de la economía global. El dispositivo policial incluyó el bloqueo de varias carreteras locales, la reintroducción temporal de los controles fronterizos y el cierre parcial del espacio aéreo en un área de 100 kilómetros de radio alrededor del palacio de Elmau.

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