KRADIARIO

OPINIÓN DEL EDITOR-KRADIARIO

CHILE, UN PAÍS A LA DERIVA

Por Walter Krohne

Es difícil que un gobierno sin su estructura completa funcionando pueda esperar  buenos resultados. Es  cierto que muchas veces en estos casos pueden darse una serie de argumentos para querer justificar el no nombramiento de los cargos que están vacantes. 

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Por ejemplo cuando se le consulta al portavoz de La Moneda  Marcelo Díaz  de cuándo se nombraría al reemplazante oficial del ministro general de la Presidencia Jorge  Insunza, renunciado ya hace diez días, responde repetidamente que el nombramiento de ministros es una atribución exclusiva de la Presidenta, quien fija también la forma de elegir a la persona que debe ocupar  el cargo. Es una facultad privativa de la Presidenta, subraya Díaz, y, por lo demás tenemos una ministra subrogante que es la ex subsecretaria Patricia Silva.

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Insunza renunció a ministro de Estado tras denunciarse una serie de asesorías que realizó para Codelco y Antofagasta Minerals (propiedad de Luksic) mientras era diputado y ocupaba, al mismo tiempo, la Presidencia de la Comisión de Minería de la Cámara baja. En este contexto, también esta pendiente el reemplazo de Jorge Insunza como diputado por el distrito 9 de la región de Coquimbo, cargo que él dejó voluntariamente para ocupar el de ministro en La Moneda. 

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Algunos observadores han indicado que así como están la cosas en Chile  cada nombramiento debe hacerse  con mucha prolijidad ya que no se quiere repetir el "papelón" jugado con Jorge Insunza  que directa o indirectamente estaba “contaminado”, si nos basamos en los esquemas  o parámetros de lo que debería significar “la moral política”.

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Sin embargo, el caso actual es que no solamente el cargo de Insunza está vacío, sino también el importante puesto de Contralor General de la República.  El 10 de abril de este año, Ramiro Mendoza ejerció por última vez en este cargo ingresando a la vida académica como Decano de Derecho de la Universidad Central.  Desde esa fecha se espera una reacción de la Presidenta Michelle Bachelet que debe enviar  al Senado la terna de nombres para llenar nuevamente este cargo. Según La Tercera, durante abril el gobierno dio inicio a las negociaciones con los senadores tanto de la Nueva Mayoría como la Alianza, pero que finalmente se vieron estancadas tras el cambio de gabinete. De hecho, es el ministro de la Segpres, que ahora no existe, el encargado de llevar a cabo estas conversaciones.

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A nivel del gabinete faltan también otros nombramientos, como el de subsecretario de Previsión Social, cargo que quedó  vacante luego que  Marcos Barraza (PC) lo dejara  para asumir como ministro de Desarrollo Social durante el último cambio de gabinete, hace 37 días.

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Igualmente por el cambio ministerial quedó también vacante  el cargo de presidente del BancoEstado, que ocupaba  Rodrigo Valdés, quien es hoy el ministro de Haciendo en reemplazo de Alberto Arenas. El  reemplazante en la entidad bancaria, como  subrogante, es Guillermo Larraín.

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Otro de los cargos que también quedó libre a raíz de la modificación del gabinete es el de la importante Embajada de Chile en Argentina , que ocupó hasta el 11 de mayo  el actual vocero del gobierno, el ex diputado Marcelo Díaz.

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También en La Moneda  no hay un titular en el cargo de director de la Secretaría de Comunicaciones, cargo que dejó la periodista Paula Walker el 10 de marzo pasado.  La profesional fue removida de este puesto para integrarse al equipo del área de estudios de la Presidencia,  aunque se comenta que el motivo central fueron discrepancias graves entre ella y el ex ministro del Interior  Rodrigo Peñailillo.

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Tampoco hay director titular de Impuestos Internos, lo que que se extiende ya por 28 días. El 19 de mayo Michel Jorratt fue removido de su cargo tras una serie de polémicas en el marco de la investigación del caso Soquimich y su vinculación con el operador político Giorgio Martelli. Hoy este puesto lo ocupa Juan Alberto Rojas en calidad de subrogante. Esta vacante debe ser resuelta a través del sistema de Alta Dirección Pública. De hecho, solo un mes antes de su salida, Jorratt había sido confirmado en el puesto de director a través de este mismo concurso público, pero luego las cosas se complicaron como consecuencia del cambio de gabinete y la salida de Alberto Arenas de Hacienda.

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Esta tendencia  gubernamental de postergar los nombramientos y decisiones importantes origina desorientación pública, aunque el portavoz  declaró hoy que el gobierno sabe perfectamente los compromisos que tiene con el país y que así como hoy se designó al nuevo director de la Policía de Investigaciones, prefecto general Héctor Espinosa  en reemplazo de Marcos Vásquez,  paulatinamente se irán llenando los cargos que siguen vacantes. Sin embargo, hay que destacar  que la PDI, como organismo de la seguridad nacional, no debería estar ni un solo día sin un titular que, en el fondo resulta ser irremplazable en comparación a los restantes cargos civiles mencionados.

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Para la oposición  se trata de un “desgobierno” de la Presidenta Michelle Bachelet que enfrenta una situación muy crítica por la ola de escándalos registrados dentro y fuera de La Moneda y que han afectado a su propia  familia con el caso Caval de su hijo y su nuera que ayer, para peor, rehusaron declarar ante la Comisión Investigadora de este caso en la Cámara de Diputados.

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Hay que considerar que Chile está viviendo un clima extremadamente convulsionado con la huelga de profesores que mantiene a centenares de escuelas, liceos y  alumnos sin clases; huelgas de una empresa del  transantiago que ha dejado a más de 200 buses sin circular en Santiago; marchas por el centro de Santiago y en Regiones de estudiantes y otros gremios que la mayoría de las veces terminan en graves incidentes callejeros con pérdidas millonarias, tanto para el sector privado como el público;  la anunciada huelga de la salud que se viene en protesta por el deplorable estado de los servicios de hospitales y servicios médicos y el fracaso del gobierno en este campo (leer en Kradiario subedición de ayer); y todos los casos visibles e invisibles de corrupción que son denominadas ahora como “irregularidades serias en la vinculación entre el dinero y la política”, pero que presumiblemente no tendrán ningúna condena  punitiva, lo mismo podría ocurrir con la colusión de las farmacias, cuyos veredictos se conocerían el martes.  Todo esto ocasiona inseguridad e indignación en la población chilena.

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Es decir un país al borde del caos que va navegando a la deriva por falta de liderazgo.