OPINIÓN POLÍTICA-CHILE-KRADIARIO
“SER DE LAS DERECHAS, COMO SER DE LAS IZQUIERDAS…….”
Por Hugo Latorre Fuenzalida
“SER DE LAS DERECHAS, COMO SER DE LAS IZQUIERDAS…….”
Por Hugo Latorre Fuenzalida
El conocido filósofo español Ortega y Gasset, sentenciaba en
su libro, no menos famoso, “La rebelión de las masas”, que en política…. “ser
de la derecha, como ser de la izquierda es una de las mil formas que tiene el
hombre de ser un imbécil”. Esta frase que parece extrema en su conclusión,
surge casi profética, toda vez que un
ciudadano cualquiera, con pleno desprejuicio, se da la molestia de analizar
químicamente el agua que ha corrido bajo los puentes de este río turbulento, que es la historia
moderna.
.
Porque la historia moderna es -como sabemos- la de las
grandes promesas ideológicas, de los megarrelatos, de las reivindicaciones
refundacionales, de las cortinas de hierro, de los becerros monetaristas y
mercadistas, de los batallones como argumento, de las revoluciones proletarias
y las revoluciones oligárquicas, del arrasar y el restaurar, de los yihadistas,
de los camisas pardas, negras, azules o verde oliva.
.
Es decir, todo un
enfrentamiento militarizado y enguerrillamiento del alma de los pueblos contra
los pueblos (contra los kurdos, contra los palestinos, contra los tutsi, contra
los armenios, contra los bosnios, contra los mapuches, contra los selknam,
etc., etc.), de los ciudadanos contra los mismos paisanos, de “los de arriba”
con “los de abajo”.
.
Marx anunciaba de manera profética que con el capitalismo “…Todo lo sagrado sería profanado
y todo lo establecido sería arrasado”. Si consideramos que los regímenes de
izquierda, que se dieron cortamente en la historia (conocido como socialismos
reales), forman parte de la lucha por el poder bajo la égida del capitalismo
como dominación planetaria (Wallerntein), concluimos que estas formas de
ejercer el poder como dominación se hacen poco diferenciadas en sus medios y en
sus resultados.
.
Pero este mundo moderno no ha sido solo puñales, sables y
ballonetas, pues también se ha dado una organización universal del trabajo, de
la mujer, de la infancia, de etnias, de minorías, es decir de todos aquellos
sectores tradicionalmente explotados y
sometidos por un sistema pragmático y despiadado. También se han ido
estableciendo “derechos humanos” que abarcan diversas dimensiones: salud,
educación, sexuales, de género, de religión, de expresión, de justicia,
trabajo, descanso, etc. Es decir, que a
fuerza de padecimientos y horrores es que se fertiliza el derecho en su nobleza
pretendida, así como fue exigido el sacrificio de Jesús para el surgimiento del
Cristo.
.
En consecuencia, este panorama antagónico, contradictorio y complejo no
puede juzgarse desde una postura unidimensional o unilateral. De hecho hay
mucho arrasamiento, sangre y violación de derechos elementales, pero también se
dan procesos de construcción de nuevas bases de convivencia humana..
Como señala el decir popular: ”la vida no es fácil”, tampoco
es simple, de ahí la sentencia de Ortega
y Gasset; porque las derechas como las izquierdas simplifican los diagnósticos
y las propuestas; miran al hombre desde una pura dimensión (son necesariamente
unidimensionales); ven las sociedades desde un integrismo excluyente, cuando la
realidad es siempre matizada y plural; apuntan a soluciones totalistas, que
derivan siempre en situaciones totalitarias (sojuzgamiento desde los
plutócratas y tecnócratas, por un lado, como de los comisarios del régimen por
el otro).
.
La “democracia de masas” ha sido propicia para estos
regímenes de derecha y de izquierda; para marxistas y para los fascistas. Lo que se debe buscar como
solución, ahora, dado el desastre de estas fórmulas pretéritas, es una
“democracia ilustrada”, es decir conformada por ciudadanos integrales, bien
formados, con autonomía económica, capacidad de discernimiento e independencia
de juicio; pero eso no basta, pues también se debe dar en un clima plural y
dialogante, de tolerancia plena y responsable, de respeto humano transversal.
.
Nunca la aspiración griega clásica del ciudadano “sabio” se
presenta más auspiciosa que en nuestros días, pues el dominio de una tecnología
de la información universalizada permitirá saltos culturales imposibles de
imaginar en otros tiempos. La tecnología que hoy se usa por las masas como
divertimento, pronto se instalará con un uso más serio y disruptivo. El uso
seductor de masas, que se da a estos
instrumentos informáticos, pronto se transformará en instrumento de sabio
enjuiciamiento crítico de los poderes y sus vicios.
.
El Estado y su
fórmula organizativa para el futuro deben ser necesariamente participativa,
integradora, descentralizada y flexible. El poder debe ser revocable de manera
permanente, transparente hasta lo microscópico, rotatorio en su ejercicio
(“circulación de las elites”) y revisable en su forma y en su fondo.
.
Las derechas y las izquierdas no se pueden sentir cómodas en
un sistema abierto, pues sus esquemas son restrictivos; no pueden aceptar la
desdogmatización de la política, pues su sustento es el dogma; no pueden querer
la integración, pues la exclusión antagónica y la segmentación es su
consigna en el poder; no aceptarían
nunca la descentralización a menos que se someta a un centralismo
superestructural; no toleran la discusión y cuestionamiento de las ideas, pues
eso les deslegitima en su férrea defensa de lo inconmovible; no pueden promover
la “ilustración” del ciudadano, pues se aleja de la masa, transformándose en un ser indómito, crítico y autónomo.
.
Es justamente desde esta perspectiva que el mentado filósofo
español expresó esa frase memorable, y su vigencia permanece inalterada,
incluso cuando nos acercamos al siglo de su manifiesto (1929).
.
En consecuencia, para no seguir tropezando en las dos
piedras de la imbecilidad –a lo cual somos propensos los humanos-, debemos
agudizar la mente y abrirnos a otra propuesta. Es tiempo de hacerlo, ya que
luego puede ser muy tarde.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario