CONFLICTO-IGLESIA-KRADIARIO
AUTORIDAD Y LIBERTAD DE CÁTEDRA
Al separar de su cargo al profesor de la Facultad de
Teología Padre Jorge Costadoat SJ, el
Canciller de la Pontificia Universidad Católica, Cardenal Ricardo Ezzati ha
dado un golpe de autoridad sin justificación alguna. En su pobremente redactada declaración, el
propio Cardenal Ezzati reconoce carecer de razones propiamente académicas para
respaldar su proceder, agregando un
elemento de considerable incertidumbre a sus actos en el cargo de Canciller
universitario, trayendo inevitablemente el recuerdo de tiempos cuando la
universidad estuvo intervenida y las libertades
suspendidas.
.
Como no parece haber causales académicas ni de doctrina de
la Fe para separar de su cargo al Padre Costadoat, la decisión del Cardenal
Ezzzati queda como un acto arbitrario y a la vez autoritario, ajeno al quehacer
intelectual de la universidad, y gravemente atentatorio a los principios
básicos sobre los cuales se construye y sostiene la libertad de cátedra, sin la
cual no es posible fomentar la creatividad, la imaginación y la investigación
en las universidades, como ha quedado fehacientemente demostrado en el curso de
los siglos una y otra vez.
El autoritarismo del Cardenal Ezzati deja en difícil posición
al Rector Ignacio Sánchez, el guardián del derecho a la libertad de expresión y
opinión en todos los ámbitos del recinto
universitario, desde la sala de clases
al claustro hasta los jardines; el Rector no puede eludir su obligación, ante
su Facultad y sus alumnos, de dar a
conocer su opinión sobre el caso del Padre Costadoat.
En historia y tradición, la Iglesia siempre ha reclamado el
derecho de supervisar, celosamente, el trabajo intelectual y académico de las
facultades de teología. Los conflictos,
y los han habido, han sido sobre cuestiones fundamentales de doctrina,
interpretación de textos, y la expresión
de la identidad católica mas allá de lo meramente conceptual.
Por lo mismo, éstos tienden a ser conflictos de
largo aliento superando el tiempo de un Pontificado, como fueron los generados
en torno a los Padres Hans Kung y Edward Schillebeex en Europa, y al Padre
Charles Curran en los Estados Unidos, cada una de esas situaciones dieron lugar
a vigorosos debates intelectuales en círculos religiosos y seculares. Ninguna de las condiciones descritas
pareciera darse en el caso del Padre Costadoat.
.
La libertad en cuanto valor por si misma, y la libertad de cátedra en las universidades católicas,
figuran con fuerza en una Encíclica del
Gran Papa Juan Pablo II, Ex Corde
Ecclesia / Desde el Corazón de la Iglesia, escrita para reforzar las ideas constitutivas
particularmente de las universidades
pontificias, y su relación con la identidad católica.
.
Sería muy lamentable si esos valores
terminaran cuestionados por un gesto autoritario cuya racionalidad
ignoramos; peor aún, si a consecuencia de una combinación de arbitrariedad y autoritarismo,
la facultad de teología fuese una especie de compartimiento estanco ajeno a los
principios básicos esenciales a la vida universitaria.
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