EL NEGOCIO REDONDO DE CAVAL EN MACHALÍ IBA A LLEGAR A UN MONTO DE 14.700 MILLONES DE PESOS
La revista Qué Pasa en su edición de hoy da a conocer un
hecho hasta el momento desconocido en el caso Caval, el negocio inmobiliario
realizado por el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos y su nuera Natalia Compagnon
en torno a 44 hectáreas de terrenos agrícolas ubicados en Machalí, Sexta
Región, que ha originado una crisis de
proporciones en el gobierno.
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El semanario informa ahora
sobre un segundo contrato firmado , que establece una nueva posibilidad de
negocios para la sociedad que Compagnon controla con Mauricio Valero, quien en
esta pasada asume un rol clave. Se trata de un contrato privado entre el
empresario Hugo Silva y Mauricio Valero (arriba izquierda), que se firmó el 5 de febrero junto al
compromiso de compraventa que traspasó por $9.500 millones los tres predios de
Machalí adquiridos previamente por Caval tras obtener un crédito de $6.500
millones con el Banco de Chile.
En este segundo -y hasta hoy desconocido contrato- Silva le
entrega a Inmobiliaria e Inversiones FVM, de propiedad de Mauricio Valero, la
atribución exclusiva para que vuelva a vender a un tercero los mismos terrenos.
El documento otorga los derechos para la venta de los predios y sus respectivos
derechos de agua, ya sea a un mismo comprador o a distintos actores en forma
simultánea.
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La condición era concretar la operación dentro de un año y
por un monto no menor a $14.700 millones (600 mil UF). El mayor precio se
explica por el cambio de suelo que se esperaba para la zona, y que en estos
momentos se encuentra paralizado luego que estallara el caso Caval a inicios de
febrero.
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¿Qué ganaba Valero?
El documento de 11 páginas citado por Qué Pasa establece una utilidad de
un 26% para la firma de Valero. En el peor de los casos, la ganancia para el
socio de Compagnon sería de $1.300 millones más en 2015. El documento suscribe
que la firma "sólo podrá ceder el presente contrato a otra sociedad
representada y controlada por Mauricio Guillermo Valero Illanes". La otra
sociedad que posee Valero es Caval.
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Durante ese plazo de un año la empresa de Hugo Silva se
comprometía a "abstenerse" a realizar gestiones tendientes a la venta
de los terrenos. A partir de 2016, el acuerdo permitía al empresario de
O'Higgins gestionar la venta de los terrenos a través de otras empresas o
incluso a través de Valero. En caso de que se concretara esto último, la
comisión bajaba a un 15% sobre la diferencia entre el precio que pagó Silva por
los predios y el monto final de la operación.
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Así, los 2.500 millones de pesos que obtuvo Caval por los
tres terrenos en Machalí eran sólo la primera parte de un negocio mayor que hasta hoy nadie conocía.
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Hoy, después de que el escándalo provocara la renuncia de
Sebastián Dávalos, hijo de la mandataria, a la Dirección Sociocultural de La
Moneda, y cuando los efectos del llamado caso Caval habían causado un fuerte daño
en la imagen de su madre, se siguen conociendo nuevos antecedentes.
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La trama de esta historia comenzó el 16 de diciembre de
2013, cuando un día después del triunfo de Michelle Bachelet en segunda vuelta,
el Banco de Chile informó sobre la aprobación de un crédito por más de US$ 10
millones a la Exportadora y de Gestión Caval Limitada, empresa en la que
Compagnon comparte propiedad en partes iguales con Mauricio Valero, y en la que
entonces trabajaba como gerente de Proyectos su marido, Sebastián Dávalos.
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El préstamo se materializó a mediados de enero de 2014. Era
un crédito bullet, que debía pagarse en un período máximo de un año y en una
sola cuota (con un interés de 3,2%). A punto de vencer ese plazo, Caval recibió un “salvavidas” para
hacer efectivo el pago de $ 6.500 millones que le había prestado el Banco de
Chile: el 21 de enero pasado, la empresa Silca, de Hugo Silva Martínez, firmó
un contrato de compraventa con Caval para comprar los tres predios -Santa
Elena, San Diego y Santa Cecilia- ubicados en la Carretera del Cobre, al
ingreso de la zona urbana de Machalí y frente al club de polo de esa comuna. Un
salvavidas que, para quienes no conocían la totalidad del negocio, parecía casi
milagroso.
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La operación se concretó el 5 de febrero, cuando Silva pagó
por esos terrenos $ 9.500 millones -$ 3.000 millones más que lo desembolsado
por Caval un año antes-, asumiendo que se concretaría el cambio al plan
regulador de la zona (de agrícola a urbano). $ 7.000 millones de esa suma
provienen de un crédito que Silva firmó con el mismo Banco de Chile. Al día
siguiente, un reportaje de revista Qué Pasa desataría el escándalo.
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Hoy la compraventa está en entredicho. Silva presentó una
querella por estafa e inducción a la firma de un contrato en contra de Mauricio
Valero y Natalia Compagnon. El empresario de la VI Región se hizo representar
por Philippi, Prietocarrizosa & Uría, el mismo estudio de abogados que lo
asesoró legalmente para cerrar el negocio con Caval y que hoy pretenden anular.
El argumento de Silva para fundamentar la acción judicial es que cerró un acuerdo
con asimetrías de información. Que nunca se enteró que la operación se haría
pública, lo que terminaría poniendo en duda el cambio al plan regulador.
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