Salud y Energía: Prioridad UNO
Como
en todas las cosas en general en la vida, cuando se sobrepasan los limites, se produce daño
y en el caso de la audición se puede llegar a anular la capacidad de oír. Les comparto este articulo que ilustra muy bien el problema de
la audición en el mundo moderno .
Lo mejor que puede hacer por sus oídos:
"¿Es usted músico?"
Así es como empiezo una conversación cuando en
un transporte público tengo cerca a alguien que tiene el volumen de sus
auriculares tan alto que me impide concentrarme o estar tranquilo.
Normalmente tengo que preguntarlo más de una
vez, y con una gran sonrisa, mientras espero a que mi interlocutor se quite los
auriculares.
- Eh...
- ¡Le hago esta pregunta porque parece que le
gusta mucho la música! (gran
sonrisa)
- Eh...
- Sí, porque si realmente usted fuera músico,
debería bajar mucho el volumen de sus auriculares. Con ese volumen puede
dañarse seriamente los tímpanos y arriesgarse a perder el oído. Perdone, simplemente
me preocupo por usted... (sigo
con mi gran sonrisa)
- Eh...
El interlocutor suele mascullar unas palabras,
baja el volumen, se pone los auriculares y vuelve a sumirse en sus cosas. A
veces me gano el derecho a que me sonría. El ambiente se relaja y consigo
retomar la lectura o lo que esté haciendo.
Antes era mucho mejor
La invención del walkman,
del lector MP3 y finalmente el iPod es sin duda una de las mayores catástrofes
para nuestros oídos. En tiempos remotos, especialmente antes de la industrialización,
el oído humano apenas se veía sometido a ruidos ensordecedores. Como mucho
soportaban el sonido de silbatos y tambores en las fiestas populares, o el
ruido de las batallas, aunque con menos frecuencia, o si acaso el de las
herrerías. Cuando tenía 12 años, varios compañeros de clase llevaban
reproductores de música al recreo. Uno de ellos había inventado un
"juego" que consistía en ponerse los auriculares y después subir el
volumen al máximo. "Ganaba" quien conseguía tener los auriculares incrustados
en los tímpanos el mayor tiempo posible.
Se llamaba "dar caña a los oídos".
Tres estudios de cohortes (los que se realizan
sobre una misma población durante varios años), han mostrado un aumento de los
problemas de sordera entre los jóvenes. En 10 años, con la introducción de los
reproductores de música, el número de jóvenes de entre 14 y 15 años que padecen
problemas auditivos se ha multiplicado por 4. (1)
El porcentaje de personas mayores de 45 años
afectadas con esta dolencia en los países occidentales es del 18 %. El 30 % de
las personas de 65 a 74 años y el 47 % de los mayores de 75 años afirman
padecer problemas de audición. Y las tiendas de prótesis auditivas brotan por
todas partes.
La alimentación puede marcar una gran
diferencia
Los omega 3 al rescate
.
Un elevado consumo en
productos alimentarios ricos en ácidos omega 3 (pescados grasos de los mares
fríos, frutos secos, etc.) se ha asociado con una reducción significativa del
riesgo de padecer problemas auditivos en personas mayores de 50 años.
Efectivamente, la
audición no está ligada únicamente al funcionamiento del oído y a problemas
mecánicos en el canal auditivo. Los problemas derivan a menudo de un
tratamiento incorrecto de la información en el cerebro, que debe ejecutar
tareas tremendamente complejas para filtrar, clasificar e interpretar las
señales que le envían los cinco sentidos.
Si no contamos con un
correcto sistema de filtrado nos arriesgamos a sumirnos en una vorágine de
información auditiva.
Y es que los omega 3
contribuyen al correcto funcionamiento del cerebro y, por consiguiente, al
correcto tratamiento de la información auditiva, ya que son materia grasa que
participa en la formación de las paredes de las neuronas. La composición de las
membranas neuronales permite el correcto funcionamiento de la sinapsis (el
sistema que interconecta unas neuronas con otras), las zonas de intercambio de
información. Los omega 3 evitan la rigidez de los elementos que intervienen en
la transmisión auditiva, haciéndolos más flexibles, de forma que se facilita la
transmisión de las señales nerviosas.
Son de alguna manera
el aceite que lubrica los engranajes del cerebro y, sin este lubricante, el
mecanismo corre el riesgo de "griparse". De hecho, los lactantes
cuyas madres han ingerido mucho pescado graso durante el embarazo tienen un
mejor rendimiento cognitivo, según un estudio publicado enThe Lancet.
De igual forma, los omega 3 reducen la pérdida de coeficiente intelectual (CI)
en personas mayores y contribuyen a un mejor funcionamiento cognitivo. (2) (3)
.
Cabe destacar que un
gran aporte de omega 3 también reduce el riesgo de demencia, de Parkinson y de
Alzheimer. (4) (5)
¡Con el omega 3 el
programa para sus oídos no ha hecho más que empezar!.
Magnesio y antioxidantes beneficiosos para el oído
Un nuevo estudio
dirigido por investigadores americanos y coreanos sugiere que el beta-caroteno,
la vitamina C y el magnesio favorecen una buena audición. El estudio ha sido
publicado en el American
Journal of Clinical Nutrition.
(5)
Estos resultados refuerzan los del estudio
NHANES de 2001-2004, que había hecho un seguimiento a 2.592 personas, tras el
cual se concluyó que quienes contaban con un buen aporte en beta-caroteno,
vitamina C y magnesio gozaban de mejor audición.
Hallamos beta-caroteno en frutas y verduras de
color amarillo-naranja, a las que les da su color: zanahoria, calabaza,
albaricoque, boniato...
La vitamina C se encuentra en multitud de frutas
y verduras, como el kiwi, los cítricos y el aguacate. También es importante que
las frutas y verduras se consuman lo más frescas posible. La vitamina C se
oxida en contacto con el aire y pierde así sus virtudes antioxidantes.
El magnesio, por último, se encuentra en las
aguas minerales ricas en magnesio, las verduras, las nueces, el chocolate y los
cereales integrales.
Si sospecha que su alimentación no le aporta los
nutrientes necesarios, puede comprar fácilmente estos tres componentes y a buen
precio en forma de complemento alimenticio.
Otros estudios han mostrado que el zinc y la
vitamina D también intervienen en la calidad de la audición. Estos elementos
tampoco pueden faltar en nuestra alimentación.
Lo mejor que puede hacer por sus oídos
.
El sonido se crea cuando las vibraciones del
tímpano estimulan los nervios en la parte más profunda del oído interno. En
esta zona hay unos filamentos muy finos, llamados cilios, que convierten las
vibraciones en impulsos nerviosos que se transmiten a su cerebro.
La exposición prolongada a un ruido que supere
los 85 decibelios puede destruir los cilios. Cuanto más alto está el volumen,
más rápida es la pérdida auditiva.
Únicamente con unos cascos de excelente calidad,
y a un volumen moderado, podrá preservar sus tímpanos.
En un concierto de rock a 120 decibelios, la
pérdida auditiva comienza a los 7,5 minutos.
Las percusiones (naturales o electrónicas) que
producen unos sonidos potentes y repetidos, así como los ruidos sobreagudos muy
amplificados (guitarra eléctrica y sintetizador) pueden provocar una pérdida
auditiva irreversible.
Si escucha este tipo de música con cascos, sería
conveniente que no se expusiera a ella más de una hora al día, y a menos de 80
decibelios según la red de ponderación A (80 dBA). Este nivel sonoro equivale
más o menos al grito de una persona o al ruido de los coches cerca de una
carretera.
Estoy seguro de que alguien de su entorno no se
separa de sus cascos, así que hágale un favor y envíele este artículo para que
conozca el riesgo innecesario al que se está exponiendo.
¡A su salud!
JM Dupuis
Estamos autorizados por el editor a publicar este articulo editado en la
revista electrónica especializada en salud …”Tener Salud “ y en las
publicaciones francesas de Sante et Nutrition
Nutriterapia: ¿Sabía que
tomar un plátano (no demasiado maduro) al día puede ayudarle a prevenir la
hipertensión arterial, las arritmias y protegerle contra el infarto?
Fuentes:
Montgomery and Fujikawa, 1992, citado en el informe del Scientific Committee
on Emerging and Newly Identified Health Risks, «Potential health risks of
exposure to noise from personal music players and mobile phones including a
music playing function», 2008.
.
1.
The Lancet 2007; 369: 578–85 .
2. The American Journal of Clinical Nutrition, abril
2007; vol. 85: pág. 1142-7.
3.
The FASEB Journal, noviembre
2007.
4. The Journal of Neuroscience, marzo 2005; vol. 25: pág.
3032-40.
5.
Choi YH,
Miller JM, Tucker KL, Hu H, Park SK. Antioxidant vitamins and magnesium and the risk of
hearing loss in the US general population. The
American Journal of Clinical Nutrition. 2013 Nov 6.
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