SOCIEDAD-ENCAPUCHADOS
EL ANARCOFASCISMO
Por Camilo Escalona
Una marcha por los Derechos Humanos, realizada en memoria de
las víctimas del régimen dictatorial, entronizado en Chile desde el once de
Setiembre de 1973, en su fase final fue una vez más escenario de la
intervención violenta y brutal de grupos de choque que agreden con
descontrolada odiosidad a pacíficos manifestantes, medios de prensa y efectivos
policiales.
El propósito es evidente, provocar el caos y el desgobierno
en las movilizaciones sociales y fomentar enfrentamientos que impidan su
término en paz y con respeto a la libertad de expresión ciudadana.
La motivación de quienes generan estos hechos desprecia muy
hondamente las marchas y manifestaciones masivas, sólo las utiliza como
instrumento para provocar el caos que subyace en sus propios objetivos. La idea
de la destrucción del Estado es la que alimenta y reproduce tales propósitos.
La misma es la que se pretende alcanzar a punta de bombazos y agresiones a
quienes aparecen como parte o cómplices del sistema.
La pretensión de aquellos que se sienten dueños de la verdad
y que intentan imponerse de esa manera resulta ser profundamente
antidemocrática. De tal magnitud resulta ser ese mesianismo que llega al
extremo de agredir físicamente a quién se llegue a identificar como
"enemigo". Así actuaban las llamadas "camisas pardas" en
Alemania, los grupos de choque con que los nazis en los años treinta atacaron y
silenciaron a las fuerzas opositoras a su designio de guerra, léase liberales,
socialdemócratas o comunistas.
En esa conducta se inspiró el célebre poema de Bertold
Brecht para convocar a la movilización antifascista que salvara la democracia.
En nuestro caso son grupos de choque autodefinidos como
"anarquistas"; sin embargo, este último domingo al agredir a dos
reporteros y rociar a uno de ellos con bencina para dominar la calle de acuerdo
a su exclusiva voluntad, asumen la misma conducta que han tenido grupos
fascistas en otras oportunidades, así como ejecutan la misma brutalidad
irracional con que una patrulla militar quemo a dos jóvenes que demandaban
justicia y libertad en Chile en 1986. Estamos en presencia de un nuevo tipo de
conducta, el anarcofascismo.
Hace ya años, que ocurre este intento de impedir que la
izquierda que participa del gobierno de la nación, pueda manifestarse masivamente
en las calles y ciudades del país. Se quiere impedir el ejercicio de sus
derechos y libertades, acallarla, intimidarla, cercenarla en su convocatoria
popular.
Los llamados "encapuchados" actúan de manera ruin
y cobarde. Con el insulto, la pedrada, la molotov y la agresión física. Esta
situación no debe prolongarse más. El Estado de Derecho democrático debe
asegurar la paz y la tranquilidad del país.
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