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lunes, 26 de mayo de 2014

26-5-2014-KRADIARIO-Nº899

LOS PROYECTOS DE BACHELET TIENEN CORAZONES - PRO Y CONTRAS DE SUS ELEMENTOS CLAVES

Informe especial
Por Walter Krohne


Los proyectos del gobierno tienen ahora corazones que no se pueden tocar porque son indispensables para el funcionamientos de las reformas claves. Si se tocan puede derrumbarse todo el andamiaje que los sostiene y los protege, lo que significaría  poco menos que el hundimiento del elemento esencial -la Biblia- del programa de Michelle Bachelet.

Los senadores de Nueva Mayoría están de acuerdo en que el corazón de la Reforma Tributaria es el alza del impuesto a la renta, el fin del Fondo de Unidades Tributarias (FUT) y darle al  Servicio de Impuestos Internos (SII) facultades especiales para que no haya más evasión ni elusión. Todo esto es para asegurarse que se recolectarán los US$8.200 millones que van a ser invertidos o gastados en educación, salud y bonos sociales a fin de que por esta vía ir resolviendo en Chile la desigualdad económica y social.

Este último fin de semana conocimmos del propio ministro de educación Nicolás Eyzaguirre el corazón de la reforma educacional que a él y a su cartera le competen y que son el fin al lucro, al copago y a la selección de los alumnos que ingresan a los establecimientos. "Cualquier indicación que consagre el lucro, que no lo prohíba o que deje que el copago no se extinga en los 10 años o en un período determinado, o que no ponga fin a la selección, no es aceptable, porque va en contra del corazón de la reforma", declaró el ministro el sábado.

Agregó  que con esto "no pretendo haber encontrado la rueda de la fortuna, pero me he quebrado la cabeza y no veo, de buenas a primeras, que haya fórmulas mucho mejores".

Las críticas y propiedades de los dos corazones

Frente a la primera de estas dos reformas, fue el ex ministro de Hacienda y ex contendor político de Michelle Bachelet, Andrés Velasco, quien habló fuerte en una entrevista con El Mercurio al decir que “el camino que se adoptó no tiene precedente alguno en el planeta Tierra. No hay un país que tenga un sistema de tributación por renta atribuida, en el sentido de que el impuesto se paga cuando la empresa recibe una ganancia, sin que el dueño la haya recibido”.

Es decir, el problema que Velasco indica es que se disocia o se separa el flujo real de ingresos del pago de impuestos. El dueño de la empresa, haya recibido o no ese dinero, deberá declararlo ante el SII.

Velasco menciona tres dificultades que el nuevo sistema ideado por Hacienda puede acarrear. El primero es legal y tiene que ver con que “en Chile se puede cobrar un impuesto cuando la renta es tuya, y no es tuya hasta que la empresa te pasa la plata por la vía del dividendo”. El segundo es práctico y guarda relación con la cantidad de trámites y papeleos que deberá afrontar el SII cuando personas más o menos adineradas pidan la devolución, lo que le significará un peso “tremendo” al Servicio. Y el tercer efecto es la incertidumbre sobre su impacto en el ahorro.

Hay un cuarto efecto que Velasco no menciona y sí está en la mira de los abogados tributarios:   las consecuencias que la atribución de rentas tendrá para las sociedades extranjeras que son dueñas de empresas chilenas. Y este tema no es menor si se piensa que entre 2009 y 2012 ingresaron US$ 81.500 millones en inversión extranjera directa al país, según cifras del Banco Central, principalmente a Minería.

“Cuando el problema se produce entre inversionistas locales, lo arreglas internamente, pero se complica bastante más cuando el problema se traslada fuera de tus fronteras”, dicen algunos analistas según El Mercurio.

Velasco subrayó que las dos características importantes del sistema chileno actual son: las personas pagan cuando reciben la plata y las personas pueden usar como crédito los impuestos que la empresa ya pagó. La primera característica es bastante usada en el mundo, pero es “menos usual el poder descontar lo que la empresa pagó de lo que como persona corresponde pagar”.

Desde esta perspectiva, el economista señala que se puede seguir el modelo australiano que es parecido al chileno y que ha conseguido cerrar los abusos. Pero también se mostró partidario de tomar otro camino, que es el utilizado por países como EE UU y Canadá, donde “los impuestos de las empresas son de las empresas y los de las personas son de las personas. Este sistema tiene ventajas y desventajas, pero es superior al que se está proponiendo en la reforma”.

Junto con señalar que la base atribuida es “innecesaria”, añadió que si se quiere “terminar con la acumulación de ingresos que aún no tributan al interior de la empresa, transitemos a un sistema desintegrado, como tiene el grueso de los países de la OCDE”. La misma posición había sido planteada hace algunas semanas por Manuel Marfán, ex vicepresidente del Banco Central , al diario Pulso.

El corazón de la reforma educacional
  
Por su parte el ministro Nicolás Eyzaguirre defendió a todo dar el corazón de la reforma de su cartera: lucro, copago y selección.

En una entrevista con La Tercera  dijo que no le cabía la menor duda que puede haber colegios con copago y colegios que lucran y que otorguen una buena educación. El tema es si ello se debe al lucro y nuestra postura firme, con evidencia de las prácticas de todos los países desarrollados, es que el lucro no ayuda a la calidad; por el contrario, se opone a la calidad. Ahora bien, a pesar del lucro podrían existir colegios de calidad, pero la pregunta es cómo serían sin lucro: tendrían más calidad aún, porque los recursos que extraen del sistema educacional para satisfacer el lucro se distraen, necesariamente, del sistema educacional.

El ministro subraya que si creyéramos que el lucro puede ser un buen incentivo para los sostenedores, veríamos también que esa es la fórmula que se usa en los países más avanzados. Pero ¿por qué no se aplica en ninguno de esos países?  La evidencia internacional es demasiado clara y yo podría hacer una larga exposición sobre los problemas de asimetría de información por los cuales, si bien el lucro es algo enteramente deseable como motivación para la iniciativa empresarial en la mayoría de los bienes y servicios, no lo es en la educación. Porque la educación es un sector donde las asimetrías de información son tan grandes que se puede ofrecer calidad cuando los oferentes son movidos por la vocación educacional y no por el lucro.

Si lucro y calidad se oponen, tampoco habría que permitirlo en la educación particular pagada.

El 93% de la matrícula en Chile es subvencionada por el Estado, por tanto, si existe un 7% de familias que tienen suficientes recursos para pagar por sí mismos, aún con la advertencia hecha por el sector público de que no es una buena idea el lucro en la educación, allá ellos. Pero al colectivo de los niños de Chile le estamos dando la oportunidad de que ingresen a un sector educacional sin lucro porque nos asiste el convencimiento de que lucro y calidad se oponen.

Pero los padres eligen esa educación porque sospechan, y los indicadores algo muestran, que les permite acceder a mejor educación para sus hijos. ¿Qué garantía ofrece a esos padres de que tras la reforma habrá mejor educación, además de gratuita?

El ministro señala que lo que pasa es que en el comienzo de la pregunta hay un equívoco: es absolutamente falso que los colegios que cobran copago y seleccionan tengan mayor calidad que los municipales. Lo que ocurre es que, en el caso de los primeros, en virtud de la selección y el copago, se descrema y se atrae a niños que están más dotados de capacidad de aprendizaje y, por lo tanto, naturalmente, se obtienen mejores puntajes Simce, si es que esa es la medida que tenemos de calidad.

Lo que ocurre en educación es que lo que estamos cambiando son las reglas del juego. Cuando se tiene en economía reglas del juego claras, predecibles, con incentivos bien puestos, con fomento a la innovación y creatividad, recién entonces se puede bajar al nivel de cada empresa y evaluar qué se necesita en cada caso. La macro no basta para que funcione bien la micro, pero la micro no funciona bien sin la macro. Primero estamos en la macro en materia de educación y en el segundo semestre abordaremos la micro.

¿Qué elementos son parte de esa micro en educación?

Son, fundamentalmente, dos. La educación no puede funcionar bien si los profesores son malos y no tienen competencias en sus ramos o pedagógicas. Eso nos lleva al tema del Plan Nacional Docente. Abordar este problema es complejo, pero partamos por lo más general, que es dignificar la profesión de profesor, para así atraer a los mejores talentos a estudiar Pedagogía, con una expectativa de mejor carrera profesional, salarios inicialmente más elevados y más posibilidades de ascenso para los buenos profesores. Pero no basta con atraer buenos estudiantes; se necesitan también buenas carreras. Las carreras de Pedagogía dejan todavía que desear. Hay muchas donde entran muchachos con puntajes PSU extremadamente bajos e, incluso, en algunas entran sin PSU. Yo sé las dificultades que tiene la PSU, pero si estamos formando profesores que comienzan con tanto déficit previo, obviamente, la carrera de Pedagogía no los va a llevar el estándar que se necesita. 

Lo mismo con los directores de  colegios. Tenemos que asegurarnos de que son bien elegidos y esa es la segunda gran reforma micro que debemos hacer. En nuestra ley de nueva educación pública o de desmunicipalización, que saldrá en el segundo semestre, tendremos una estructura que tenga los incentivos adecuados para rendición de cuentas y elección de los directores de escuelas con el máximo criterio de eficacia, calidad y de liderazgo. Porque ¿qué incentivo existe hoy en una municipalidad para elegir los mejores directores si, en definitiva, la calidad de la educación en ese municipio no repercute en la evaluación que la gente tiene del alcalde? No digamos cosas al voleo, como que necesitamos buenos profesores y directores. Tengamos un sistema que lo garantice.

Qué pasa si un sostenedor no quiere continuar bajo el modelo de fundación sin lucro y tiene, en cambio, una atractiva oferta inmobiliaria por el terreno. ¿Deberá competir el Estado con esa oferta si es que le interesa mantener el colegio?

Nosotros no podemos ir más adelante que lo establecido en la Constitución, como es obvio. En este rubro, hoy y mañana, si un emprendedor privado invirtió su capital y construyó infraestructura, es libre de cambiar de rubro y transformar las instalaciones en lo que prefiera. Esa libertad está y estará. Pero ocurre que la gran mayoría de los sostenedores con fines de lucro son grupos educativos, cuya vocación era la educación cuando se embarcaron en este proyecto. A ellos les ofrecemos continuar con lo mismo que hacen ahora, con una remuneración por su gestión, pero sin continuar lucrando. Si tienen excedentes, los deben reinvertir en el colegio. 

Con los colegios particulares privados, ¿la reforma se mete en algo?

Eleva el estándar de relación que tienen estos colegios con sus estudiantes, básicamente, a lo que es la defensa de los derechos humanos. No puede haber nada que contradiga el trato propio de los derechos humanos; es decir, discriminación por raza, cultura, sexo, etc.

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