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viernes, 16 de mayo de 2014

16-5-2014-KRADIARIO-N°897
De Gramsci  A  Piketty
Por Martín Poblete 

Estas últimas semanas, en círculos intelectuales y en los medios en sus variadas expresiones,  dos autores europeos de distintas épocas han estado apareciendo con frecuencia, Gramsci en las discusiones alrededor de la reforma educacional,  Piketty  en las relacionadas con la reforma tributaria;  corresponde darles una mirada  para tener claridad respecto a su presencia en nuestros debates. 

Antonio Gramsci fue un intelectual comunista italiano del primer tercio del Siglo XX.   Naciò en Cerdeña en 1891, tuvo su educación básica y media en Cagliari, en 1910 una beca le permitió matricularse en la prestigiosa Universidad de Turìn, en y desde esa ciudad hizo su marca de intelectual y político.  En mayo de 1919 fundò el diario Ordine Nuovo, sus editoriales dieron las primeras claves de su pensamiento;  junto a Enzo Bordiga, Luigi Longo y Palmiro Togliatti, fue uno de los fundadores del Partido Comunista italiano en el Congreso de Livorno en enero de 1921.  La llegada al poder de Benito Mussolini en octubre de 1922 le obligò a cesar la publicación de Ordine Nuovo en medio de la oleada represiva fascista, en marzo de 1924 fundò un nuevo diario Unità, en abril de ese mismo año fue elegido diputado en la lista del Partido Comunista;  en 1926 fue arrestado y condenado a prisión de la cual no volvió a salir vivo falleciendo en 1937.

De los trabajos de Gramsci, tres han estado presente en el debate sobre reforma educacional selectivamente citados en artículos en diversos medios;  en primer lugar El Príncipe Moderno, una interpretación marxista de Macchiavelli, bien escrita,  sustituyendo a las figuras individuales del Duque de Valentinois Cesare Borgia y del Cardenal Julian Della Rovere, por el Partido: "El  protagonista del nuevo Príncipe en tiempos modernos  no puede ser un héroe individual, sino el partido político, aquel Partido cuya finalidad histórica y racional es fundar un nuevo tipo de Estado(traducción nuestra)".   De mayor presencia en nuestros actuales debates han sido ideas filtradas desde dos de los ensayos de Gramsci escritos en la prisión,  El Marxismo y la Cultura Moderna, y La Organización de la Educación y la Cultura.
Distinto es el caso plenamente contemporáneo del libro del profesor Thomas Piketty, Universidad de Parìs,  Le Capital Au XXIème Siecle, en su versión en inglès Capital in the 21st Century  696 páginas, Alfred Belknap Press, Boston 2014.  Nada filtrado con Piketty, el juego es abierto y explìcito, unos mas otros menos todos quieren usarlo para sustentar sus argumentos; desde la publicación de la traducción al inglès en Londres y Nueva York  se han sucedido numerosos encuentros en universidades y centros de estudio con salas repletas,   las páginas editoriales y de opinión ocupadas con largos ensayos a favor y en contra, siguen algunas breves síntesis de algunas de las ideas fundamentales planteadas por el Profesor Piketty, las traducciones son nuestras.
Como muy francés orden lógico de los conceptos, Piketty describe las tendencias de largo plazo en la creación y distribución de riqueza,  un esfuerzo de investigación de quince años: "El capitalismo occidental no ha cumplido, y probablemente no puede cumplir, su promesa de bienestar social", pues desde fines de la década de 1970  se viene experimentando un agudo aumento de la desigualdad acrecentado por la Globalizaciòn y la tendencia estructural del capitalismo a la concentración de la riqueza: "  Las ganancias obtenidas por el capital  tienden a superar la tasa de crecimiento económico ".   Como las ganancias del capital están distribuidas de manera mas desigual que los honorarios, salarios y sueldos de los trabajadores, la permanencia en el tiempo de esta dinámica mantendrá el aumento de la tasa de ganancias recibidas por el capital en desmedro de los demás sectores de la economía, en la lògica del Profesor Piketty : "La desigualdad en la distribución de la riqueza debilitarà radicalmente los valores meritocràticos básicos de la sociedad"; siguiendo esta línea de argumentación, de mantenerse la tendencia creciente de las ganacias del capital, entendido incluyendo la propiedad inmobiliaria y la riqueza financiera,   podría irse en camino a desigualdades extremas potencialmente disfuncionales,  desestabilizantes al punto de dificultar el adecuado funcionamiento de las instituciones democráticas; es decir, cualesquiera sean sus formas, la desigualdad llegó para quedarse.
Para enfrentar la desigualdad y sus consecuencias, el Profesor Piketty propone un impuesto global a la riqueza, mas precisamente a quienes la poseen, pues los mecanismos tradicionales no serían eficaces: "Por cierto se puede estimular el crecimiento mediante inversión en conocimiento, educación y tecnologías sustentables, pero ninguna de esas estrategias nos hará llegar a tasas del 4%"; las reacciones han sido variadas, para James Gailbraith en la University of Texas "la idea es imposible", según Kenneth Rogoff en Harvard "es una idea plagada de problemas de aplicación y credibilidad, políticamente inviable",  en Daniel Schumann del Wall Street Journal "ignora las fuentes de la prosperidad",  pero Clive Brook desde Bloomberg afirma "el impuesto a las fortunas no es un chiste", mientras Robert Kuttner en The American Prospect  dice "Piketty acierta en apuntar al descontento con la desigualdad, falta de oportunidades y seguridad, pero refuerza un sentimiento pesimista de resignación ante lo inevitable".   El propio Piketty es consciente de las dificultades: " La solución va mas allá
á del sistema de relaciones internacionales tal cual está estructurado actualmente, de igual modo supera las capacidades de un solo país."
El Profesor Piketty no ha trabajado en un vacío,  sus investigaciones han estado apoyadas en el trabajo de su colega de facultad el Profesor Emmanuel Saez, y en algunos autores abordando aspectos del problema, Edward Chancellor en A History of Financial Speculation, Strauss Farrar & Giroux  New Yorl 1999; David Hackett Fischer con The Great Wave, Oxford University Press, Londres 1996; y por Lester Thurow en The Future of Capitalism, William Morrow & Co.  New York 1996.  Sin perjuicio del indudable mèrito de los autores nombrados, Thomas Piketty  nos entrega una maciza síntesis del desarrollo de las ideas económicas en la historia y las proyecta en un libro importante y valioso, una teoría general del capital en el siglo veintiuno, un libro que será punto de referencia por el futuro previsible.  

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