De Gramsci A Piketty
Por Martín Poblete
Estas últimas semanas, en círculos intelectuales y en los
medios en sus variadas expresiones, dos
autores europeos de distintas épocas han estado apareciendo con frecuencia,
Gramsci en las discusiones alrededor de la reforma educacional, Piketty
en las relacionadas con la reforma tributaria; corresponde darles una mirada para tener claridad respecto a su presencia
en nuestros debates.
Antonio Gramsci fue un intelectual comunista italiano del
primer tercio del Siglo XX. Naciò en
Cerdeña en 1891, tuvo su educación básica y media en Cagliari, en 1910 una beca
le permitió matricularse en la prestigiosa Universidad de Turìn, en y desde esa
ciudad hizo su marca de intelectual y político.
En mayo de 1919 fundò el diario Ordine Nuovo, sus editoriales dieron las
primeras claves de su pensamiento; junto
a Enzo Bordiga, Luigi Longo y Palmiro Togliatti, fue uno de los fundadores del
Partido Comunista italiano en el Congreso de Livorno en enero de 1921. La llegada al poder de Benito Mussolini en
octubre de 1922 le obligò a cesar la publicación de Ordine Nuovo en medio de la
oleada represiva fascista, en marzo de 1924 fundò un nuevo diario Unità, en
abril de ese mismo año fue elegido diputado en la lista del Partido
Comunista; en 1926 fue arrestado y
condenado a prisión de la cual no volvió a salir vivo falleciendo en 1937.
De los trabajos de Gramsci, tres han estado presente en el
debate sobre reforma educacional selectivamente citados en artículos en
diversos medios; en primer lugar El
Príncipe Moderno, una interpretación marxista de Macchiavelli, bien
escrita, sustituyendo a las figuras
individuales del Duque de Valentinois Cesare Borgia y del Cardenal Julian Della
Rovere, por el Partido: "El
protagonista del nuevo Príncipe en tiempos modernos no puede ser un héroe individual, sino el
partido político, aquel Partido cuya finalidad histórica y racional es fundar
un nuevo tipo de Estado(traducción nuestra)". De mayor presencia en nuestros actuales
debates han sido ideas filtradas desde dos de los ensayos de Gramsci escritos
en la prisión, El Marxismo y la Cultura
Moderna, y La Organización de la Educación y la Cultura.
Distinto es el caso plenamente contemporáneo del libro del
profesor Thomas Piketty, Universidad de Parìs,
Le Capital Au XXIème Siecle, en su versión en inglès Capital in the 21st
Century 696 páginas, Alfred Belknap
Press, Boston 2014. Nada filtrado con
Piketty, el juego es abierto y explìcito, unos mas otros menos todos quieren
usarlo para sustentar sus argumentos; desde la publicación de la traducción al
inglès en Londres y Nueva York se han
sucedido numerosos encuentros en universidades y centros de estudio con salas
repletas, las páginas editoriales y de
opinión ocupadas con largos ensayos a favor y en contra, siguen algunas breves
síntesis de algunas de las ideas fundamentales planteadas por el Profesor
Piketty, las traducciones son nuestras.
Como muy francés orden lógico de los conceptos, Piketty
describe las tendencias de largo plazo en la creación y distribución de
riqueza, un esfuerzo de investigación de
quince años: "El capitalismo occidental no ha cumplido, y probablemente no
puede cumplir, su promesa de bienestar social", pues desde fines de la
década de 1970 se viene experimentando
un agudo aumento de la desigualdad acrecentado por la Globalizaciòn y la
tendencia estructural del capitalismo a la concentración de la riqueza:
" Las ganancias obtenidas por el
capital tienden a superar la tasa de
crecimiento económico ". Como las ganancias del capital
están distribuidas de manera mas desigual que los honorarios, salarios y
sueldos de los trabajadores, la permanencia en el tiempo de esta dinámica
mantendrá el aumento de la tasa de ganancias recibidas por el capital en
desmedro de los demás sectores de la economía, en la lògica del Profesor
Piketty : "La desigualdad en la distribución de la riqueza debilitarà
radicalmente los valores meritocràticos básicos de la sociedad"; siguiendo
esta línea de argumentación, de mantenerse la tendencia creciente de las
ganacias del capital, entendido incluyendo la propiedad inmobiliaria y la
riqueza financiera, podría irse en
camino a desigualdades extremas potencialmente disfuncionales, desestabilizantes al punto de dificultar el
adecuado funcionamiento de las instituciones democráticas; es decir,
cualesquiera sean sus formas, la desigualdad llegó para quedarse.
Para enfrentar la desigualdad y sus consecuencias, el
Profesor Piketty propone un impuesto global a la riqueza, mas precisamente a
quienes la poseen, pues los mecanismos tradicionales no serían eficaces:
"Por cierto se puede estimular el crecimiento mediante inversión en conocimiento,
educación y tecnologías sustentables, pero ninguna de esas estrategias nos hará
llegar a tasas del 4%"; las reacciones han sido variadas, para James
Gailbraith en la University of Texas "la idea es imposible", según
Kenneth Rogoff en Harvard "es una idea plagada de problemas de aplicación
y credibilidad, políticamente inviable",
en Daniel Schumann del Wall Street Journal "ignora las fuentes de
la prosperidad", pero Clive Brook
desde Bloomberg afirma "el impuesto a las fortunas no es un chiste",
mientras Robert Kuttner en The American Prospect dice "Piketty acierta en apuntar al
descontento con la desigualdad, falta de oportunidades y seguridad, pero
refuerza un sentimiento pesimista de resignación ante lo inevitable". El propio Piketty es consciente de las
dificultades: " La solución va mas allá
á del sistema de relaciones internacionales tal cual está estructurado actualmente, de igual modo supera las capacidades de un solo país."
á del sistema de relaciones internacionales tal cual está estructurado actualmente, de igual modo supera las capacidades de un solo país."
El Profesor Piketty no ha trabajado en un vacío, sus investigaciones han estado apoyadas en el
trabajo de su colega de facultad el Profesor Emmanuel Saez, y en algunos
autores abordando aspectos del problema, Edward Chancellor en A History of
Financial Speculation, Strauss Farrar & Giroux New Yorl 1999; David Hackett Fischer con The
Great Wave, Oxford University Press, Londres 1996; y por Lester Thurow en The
Future of Capitalism, William Morrow & Co.
New York 1996. Sin perjuicio del
indudable mèrito de los autores nombrados, Thomas Piketty nos entrega una maciza síntesis del
desarrollo de las ideas económicas en la historia y las proyecta en un libro
importante y valioso, una teoría general del capital en el siglo veintiuno, un
libro que será punto de referencia por el futuro previsible.
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