11-11-13-KRADIARIO-878
ROXANA MIRANDA: VOZ POPULAR
Por Hugo Latorre Fuenzalida
ROXANA MIRANDA: VOZ POPULAR
Por Hugo Latorre Fuenzalida
Roxana es candidata y enfrenta reciamente los desafíos que
exige tal oficio. Se ve una mujer autóctona y auténtica, de hablar fácil y con
un tono de voz parecido a Violeta Parra. Su discurso es retador y también un
lamento. Son las dos realidades del pueblo más pobre que ella representa. Ese
pueblo está bien representado, pues esta mujer no se arredra, no teme, no se
achica ante las preguntas pseudo-técnicas de los periodistas.
Simplemente les
responde exponiendo la realidad propia de pueblo desatendido. Porque ella no
necesita abarcar el universo de problemas del país, le basta con los problemas
sociales, para eso está en campaña.
.
Roxana desubicó al sistema formal de las candidaturas; ella
dejó perplejos y mudos a los interrogadores y despertó las simpatía de los
demás candidatos. Ella sabe que no va a ganar, pero sabe que es una voz que no
puede seguir ausente en la política nacional. Lo importante es que se atrevió, que encaró, que no se
retractó de nada de lo obrado y dicho a través de su trayectoria de luchadora
social.
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Sabe que los “encapuchados” juveniles producen desmanes en
la propiedad pública y privada; no dice que eso esté bien, pero tampoco los
recrimina; dice que los entiende, pues sus formas de lucha constituyen una
simple respuesta a la violencia que sobre ellos ejercen, y han ejercido
también sobre sus padres. Además señala
que esos que han violentado por generaciones a las familias pobres, se han
puesto la capucha de la institucionalidad represiva o económica. Esos
encapuchados viven felices y con la conciencia cercana a Dios, ese Dios que
establece otra institucionalidad protectora y que les tranquiliza la
conciencia, lo poco que les queda y a los pocos
que la poseen.
Ya, hace unos cuantos siglos y en medio de un clima pre
revolucionario, el Marqués de Sade acusaba a su sociedad de injusta, claro que
lo hacía desde su posición de noble.
Señalaba que debían abrirse las cárceles y dejar en libertad a todos los allí
enclaustrados, pues eran inocentes, víctimas de un nacimiento, de un sistema oprobioso
y de falsas acusaciones. Que los
verdaderos delincuentes estaban en las calles, en los palacios y en todos
aquellos que oprimen a esa pobre gente, a las que se les negó todo, se las
acusa de todo y se les castiga por todo.
Roxana, con su lenguaje popular pero categórico, va
sembrando una conciencia contestataria, desafiante y propositiva, desde su
posición social. No pretende dar cátedra de economía ni de sociología ni de
política internacional. No es su interés ni lo podría hacer, pero es capaz de decir
que sabe arreglárselas en la vida con un presupuesto familiar con el que hasta
el más brillante de los ministros de hacienda o economía caería en la quiebra o
colapsaría.
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No le pueden dar lecciones sobre la salud, pues ella vive
cada día las carencias del sistema; de la ecología pues saben que el medio
ambiente de los sectores populares se deteriora día a día; sobre delincuencia,
qué decir, pues ella sabe que el 40% de los jóvenes que habitan los barrios
periféricos de las grandes ciudades de Chile no trabajan ni estudian. Es decir,
están a merced de la frustración que aprovecha el narcotráfico, la drogadicción
y la delincuencia de todo tipo.
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Roxana tiene conciencia de la ignorancia de su gente, pues
la educación del pueblo no solo es insuficiente, simplemente es una vergüenza
nacional.
.
Roxana sabe que Chile está asentado sobre una plataforma
frágil de injusticias extremas, de inequidad y de indiferencia. Sabe que
nuestra cultura ha derivado hacia el individualismo consumista e insolidario,
que el empresariado dejó de ser productivo e integrador, para convertirse a la
sevicia especulativa y hasta la delincuencialidad operativa de los atajos de la
legalidad. Los escrúpulos y la ética han sido canjeados por la ganancia rápida
y fácil; el esfuerzo no aspira a construir dignidad a través del trabajo, sino
la prepotencia del tener a costa de lo que sea.
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El pobre hombre que habita esta tierra se siente cada vez
más humillado y ofendido por no exhibir los bienes de consumo que se instalan
en reemplazo de la riqueza personal que nos elevan en términos humanos.
Cual autómatas buscamos poder, prestigio y riqueza, pero
ninguno de estos poderes pasa por la prueba de la blancura, y sin embargo todos
van en la pista corriendo hasta desgañitarse y haciéndose toda clase de
trampas, mientras los medios de comunicación de masas acreditan esta “carrera
de los necios” como la gran prueba de la vida, en vez de denunciarla como la
huida suicida de los monstruos.
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Incluso cuando se burlan de su decir y apariencia, Roxana les
espeta a los agresores ilustrados con palabras humildes pero sabias: “Con gusto
les hago el aseo de sus casa, pues lo hacen miles de mujeres de mi clase y con
dignidad y esfuerzo se ganan su salario, que a ustedes sirve, pues les cuidan
sus hogares, les crían a sus hijos y les permiten salir a trabajar y ganar
mucho dinero”.
Si esa no es una gran respuesta, entonces díganme cuál lo
es.
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