EL DIARIO O GLOBO SE ARREPIENTE DE HABER APOYADO EL GOLPE DE
1964 EN BRASIL
¿Podríamos esperar en Chile que El Mercurio y La Tercera
hicieran lo mismo?
O Globo pertenece al Grupo de Diarios de América del que también es miembro El Mercurio de Santiago.
El texto reconoce como "un error histórico" el
amplio soporte mediático que le dio a los militares que gobernaron ese país por
21 años. Reconoce que en recientes manifestaciones la gente gritando contra el
periódico en las calles “La verdad es dura. O Globo apoyó a la dictadura!"
decidió a los directivos del matutino hacer un mea culpa.
Por Alberto López Girondo
A los directivos del
grupo brasileño O Globo, uno de los más grandes del planeta, la idea del
arrepentimiento les resultó ineludible cuando en las marchas que hace algunos
meses asombraron a Brasil, los manifestantes gritaban consignas en las que
recordaban el apoyo del periódico a la dictadura y así lo reconocieron en un
editorial. No se sabe muy bien si el súbito cambio de mirada sobre el período
más oscuro de la historia sudamericana del otro lado de los Andes tendrá que
ver con el futuro aniversario del “pinochetazo”, pero también el presidente
Sebastián Piñera dijo lo suyo el domingo en relación con la participación civil en el
derrocamiento de Salvador Allende.
Lo de O Globo, el multimedios nacido a partir del diario que
Irineu Marinho fundara en 1925 –un gigante ultraconcentrado con ramificaciones
en radio, televisión, cine, empresas discográficas y editoriales que factura
más de 6.200 millones de dólares anuales– supera sin embargo todo caso conocido
en el periodismo internacional. En los principales periódicos estadounidense
surgieron voces autocríticas por el apoyo al gobierno de George W. Bush en la
invasión en busca de armas inexistentes en el Irak de Saddam Hussein. La semana
pasada, el Washington Post presentó incluso un editorial con una fuerte
autocrítica por la cobertura que hace 50 años le había dado al famoso discurso
de Martin Luther King, "Yo tengo un sueño". Admiten no haber sabido
ver el alcance histórico de ese mensaje del reverendo King, y eso que tenían
como 60 periodistas entre la multitud que presenciaba el acto frente al
monumento a Abraham Lincoln en Washington.
En Argentina también hubo "pentitis"
periodísticos. Pero no siempre para el mismo lado, como es el conocido caso de
la revista Gente de abril de 1976, cuando bajo el título "Nos
equivocamos", reconoce como un error haber acompañado el proceso
democrático que había iniciado Juan Domingo Perón en septiembre de 1974.
"Queremos decirles a nuestros lectores y al país. NOS EQUIVOCAMOS ¿Porque
nos equivocamos? Porque también nos dejamos llevar por el impulso de 7 millones
y medio de votos que creían que el peronismo era una solución", decía el
texto, que ignoraba mientras tanto que afuera eran asesinadas miles de personas
por esos militares a los que apoyaban.
El caso de O Globo aparece a casi cinco décadas del golpe
militar y a 30 años del retorno a la democracia en Brasil. "El apoyo
editorial el golpe del '64 fue un error", reza el editorial del grupo
brasileño, para explicar a continuación que tras ingentes discusiones internas
"la Organización Globo concluyó que, a la luz de la historia, ese apoyo
constituye una equivocación."
Más adelante muestra la baraja: "desde las
manifestaciones de junio, un coro recorrió las calles. 'La verdad es dura, la
Globo apoyó la dictadura'. Y de hecho –reconoce el descarnado editorial– se
trata de una verdad y, también de hecho, de una verdad dura". Después
detalla que a la hora de armar la sección Memoria en el portal del multimedios
se dieron cuenta de que deberían fijas posición sobre ese tramo de la historia
del país. Lo que implicaba desnudar la participación del grupo en el golpe
militar.
Más adelante deslizan que si bien no tuvieron la perspicacia
de haber publicado ese arrepentimiento antes de que los manifestantes le
recordaran su pasado, "las calles nos dieron aún más certeza de que la
evaluación que se hacía internamente era correcta y que el reconocimiento del
error, necesario".
A continuación el editorial de O Globo recalca que el medio
"concordó con una intervención de los militares, al lado de otros grandes
diarios, como O Estado de São Paulo, Folha de São Paulo, Jornal do Brasil y
Correio da Manhã. (..) lo mismo que una
parte importante de la población, un apoyo que se expresó en manifestaciones"
en las grandes capitales.
"En aquellos momentos se justificaba la intervención de
los militares ante otro golpe que sería desarrollado por el presidente João
Goulart, con amplio apoyo de los sindicatos –Jango era criticado por querer
instalar una 'república sindical'– y de algunos segmentos de las Fuerzas
Armadas", argumenta el extenso documento.
El diario no se priva de incorporar a su particular
justificación la "división ideológica del mundo en la Guerra Fría, entre
el este y el oeste, comunistas y capitalistas". Pero culpa de agudizar
esas contradicciones a "la radicalización de João Goulart ni bien consiguió
por medio de un plebiscito revocar el parlamentarismo y quedar como presidente
a raíz de la renuncia de Jânio Quadros".
Abunda en increíbles consideraciones históricas el texto.
Como cuando dice que "los cuarteles estaban intoxicados con la lucha
política a izquierda y a derecha", lo que devino en el "movimiento de
los sargentos" que resquebrajó la jerarquía militar "y entonces el
oficialato reaccionó".
"En aquel contexto, el golpe, llamado Revolución por O
Globo durante mucho tiempo, era visto por el diario como la única alternativa
para mantener a Brasil en una democracia", habida cuenta de que los
militares "prometían una intervención pasajera, quirúrgica".
Por supuesto, la historia no fue esa y el propio Goulart
caería víctima de la feroz dictadura militar, que sería un puntal en la
conformación del Plan Cóndor y para todos los golpes militares de la región.
"A la luz de la Historia, no hay razones para no
reconocer explícitamente, que el apoyo a la dictadura fue un error, así como
equivocadas fueron otras decisiones editoriales de ese período", admite el
periódico, para juramentarse finalmente que "la democracia es un valor
absoluto. Y cuando está en riesgo, sólo se puede salvar por sí
misma".
Los cómplices pasivos
en Chile
El presidente chileno, Sebastián Piñera, recordó el
domingo en una entrevista periodística que hay "muchos cómplices pasivos",
como jueces y periodistas (que titularon sabiendo que lo publicado no
correspondía a la verdad), en las graves violaciones a los Derechos Humanos ocurridas
durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990).
El gobierno de los militares "tuvo sombras muy
profundas" como "el atropello reiterado, permanente y sistemático de
los Derechos Humanos", consideró Piñera en una entrevista al diario La
Tercera.
Al cumplirse el próximo 11 de septiembre 40 años del golpe
militar que derrocó al presidente socialista Salvador Allende, Piñera sostuvo
que "hay muchos" responsables en las violaciones a los Derechos
Humanos, entre los cuales están las mismas autoridades castrenses de la época.
Sin embargo, destacó que también "hubo muchos cómplices pasivos",
entre los que mencionó a jueces "que se dejaron someter y que negaron
recursos de amparo que habrían permitido salvar tantas vidas", añadió.
Un hermano del mandatario, Juan Manuel Piñera, fue ministro
de Trabajo y Previsión de Pinochet y es
considerado como el padre del sistema de jubilación privado de Chile. También
de la reforma laboral que quitó muchos de los derechos que los trabajadores
habían ido conquistando hasta la brutal destitución de Allende.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario