América Latina-Economía
OIT: AMÉRICA LATINA DEBE PREPARARSE PARA EVENTUALES COLETAZOS DEL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO DE EUROPA
La Organización Internacional del Trabajo para América Latina y el Caribe (OIT) dijo que el estancamiento de Europa va a persistir generando incertidumbre en la economía, y planteó la necesidad de fortalecer una serie de instituciones laborales para evitar que esto se refleje en un deterioro de los mercados de trabajo en América Latina.
“Se consolida la perspectiva que la economía mundial deberá convivir con una Europa estancada por varios años”, dijo la Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco,
“Se consolida la perspectiva que la economía mundial deberá convivir con una Europa estancada por varios años”, dijo la Directora Regional de la OIT para América Latina y el Caribe, Elizabeth Tinoco,
en la presentación de una nueva publicación con un análisis de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay.
Destacó que la situación europea ha ido afectando la dinámica económica mundial, en el marco de la cual también hay que considerar “el débil crecimiento en Estados Unidos, una desaceleración del crecimiento en China, mientras que Japón está entrando en una nueva recesión”.
“La persistente incertidumbre hace necesario determinar las políticas que requerirían los países en el campo laboral en el caso de un empeoramiento de la situación”, dijo Tinoco Agregó que en este momento los países de la región pueden hacer esa reflexión sin la urgencia que imponen las crisis, lo cual es positivo considerando que varias de las medidas propuestas “necesitan tiempos relativamente largos para su implementación”.
El análisis recuerda que la crisis internacional de 2008 encontró a la región bien preparada después de un ciclo de crecimiento económico positivo de varios años. En varios países se pudieron adoptar medidas anticíclicas que, combinadas con una reanimación de la demanda externa, principalmente de Asia, permitieron “una breve recesión y una rápida recuperación del crecimiento con creación de empleos”.
Tras la crisis, la situación regional presenta diferencias. El crecimiento se ha mantenido aunque a lo largo del 2012 mostró signos de desaceleración, y además el período de crecimiento desde entonces ha sido “muy corto e insuficiente para reconstruir el margen de acción fiscal” de los países.
Más allá de la situación en Europa, hay factores de riesgo como la posibilidad de una menor demanda de materias primas por parte de China, las dificultades para lograr un acuerdo sobre política fiscal en Estados Unidos, la posibilidad de shocks que deriven en alzas petroleras, las presiones inflacionarias que se registran en precios de los alimentos, o tensiones específicas que afectan a algunos sectores exportadores, de manufacturas o al sector inmobiliario.
Destacó que la situación europea ha ido afectando la dinámica económica mundial, en el marco de la cual también hay que considerar “el débil crecimiento en Estados Unidos, una desaceleración del crecimiento en China, mientras que Japón está entrando en una nueva recesión”.
“La persistente incertidumbre hace necesario determinar las políticas que requerirían los países en el campo laboral en el caso de un empeoramiento de la situación”, dijo Tinoco Agregó que en este momento los países de la región pueden hacer esa reflexión sin la urgencia que imponen las crisis, lo cual es positivo considerando que varias de las medidas propuestas “necesitan tiempos relativamente largos para su implementación”.
El análisis recuerda que la crisis internacional de 2008 encontró a la región bien preparada después de un ciclo de crecimiento económico positivo de varios años. En varios países se pudieron adoptar medidas anticíclicas que, combinadas con una reanimación de la demanda externa, principalmente de Asia, permitieron “una breve recesión y una rápida recuperación del crecimiento con creación de empleos”.
Tras la crisis, la situación regional presenta diferencias. El crecimiento se ha mantenido aunque a lo largo del 2012 mostró signos de desaceleración, y además el período de crecimiento desde entonces ha sido “muy corto e insuficiente para reconstruir el margen de acción fiscal” de los países.
Más allá de la situación en Europa, hay factores de riesgo como la posibilidad de una menor demanda de materias primas por parte de China, las dificultades para lograr un acuerdo sobre política fiscal en Estados Unidos, la posibilidad de shocks que deriven en alzas petroleras, las presiones inflacionarias que se registran en precios de los alimentos, o tensiones específicas que afectan a algunos sectores exportadores, de manufacturas o al sector inmobiliario.
El análisis propone a los países revisar la institucionalidad laboral con la que cuentan para amortiguar el impacto sobre el empleo y los ingresos de las personas, lo cual permitiría considerar medidas como:
• Privilegiar inversiones públicas con más empleos
• Invertir recursos para mantener el crédito a las empresas, en especial a las pequeñas empresas
• Establecer mecanismos de protección del empleo y facilitar la negociación colectiva
• Desarrollar sistemas de protección ante el desempleo
• Contar con una política de salario mínimo para proteger el poder adquisitivo
• Fomentar políticas de capacitación e intermediación laboral
• Mantener los programas de transferencias condicionadas
• Implementar programas de empleos de emergencia ante alzas importantes del desempleo
• Monitorear los derechos básicos en el trabajo y fomentar el diálogo social
Tinoco aclaró que si bien América Latina “está muy lejos de una situación crítica” ya que la tasa de desempleo urbana regional alcanzó un mínimo histórico de 6,4% en 2012, es prudente analizar los refuerzos que necesitan las distintas instituciones laborales para enfrentar eventuales coletazos de la crisis europea.
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