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viernes, 6 de mayo de 2011

Los entretelones de la renuncia de Arturo Valenzuela como subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de EE UU

Diversos problemas personales y relacionados con las funciones de su cargo se dan como razones para explicar el alejamiento del  chileno Arturo Valenzuela del gobierno del presidente Barack Obama, a fines del verano que ya casi comienza en el norte de América,  donde ocupa la importante posición de subsecretario de Estado para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos.

El alto funcionario anunció que dejará su puesto en el Departamento de Estado para regresar a sus tareas académicas en la Universidad de Georgetown, precisamente en un momento en que el presidente Obama está muy interesado en reafirmar las relaciones estadounidenses con sus vecinos.

En un mensaje electrónico enviado a los miembros de su equipo, Valenzuela escribió que “como ustedes saben, la universidad me dio un permiso de dos años para trabajar en el gobierno y esos dos años se terminan esta primavera. Todavía no se ha determinado la fecha exacta de mi partida, pero ocurrirá a más tardar este verano”.

“He participado en asuntos hemisféricos durante toda mi carrera profesional  y estoy seguro que nuestros caminos volverán a cruzarse en los próximos años”, agregó en su mensaje.

Las reacciones contradictorias del Departamento de Estado al golpe de estado del 2009 en Honduras y su imposibilidad para lidiar efectivamente con el presidente venezolano Hugo Chávez han generado críticas de la derecha estadounidense, escribió hoy El Nuevo Herald de Miami, buscando razones más precisas para saber el porqué de la decisión de Valenzuela de abandonar el cargo.

Agrega el comentario que "los esfuerzos iniciales por tender puentes con los nuevos gobiernos izquierdistas de América Latina no han dado fruto. De hecho, Washington no tiene en estos momentos embajadores en tres países miembros del ALBA (Alianza Bolivariana para las Américas): Venezuela, Bolivia y Ecuador, señaló El Nuevo Herald.

En Ecuador, el gobierno de Rafael Correa expulsó a la embajadora estadounidense en Quito, Heather Hodges, a comienzos de abril,  tras revelarse un cable diplomático divulgado por la red WikiLeaks en el que ella  se refiirió a la corrupción que existía en la policía ecuatoriana.  En represalia, el Departamento de Estado, desde donde opera Valenzuela, resolvió declarar persona non grata al embajador ecuatoriano en Washington  Luis Gallegos, justificando así lo que el Departamento de Estado califica de “injustificada" decisión del Ejecutivo ecuatoriano de expulsar a su embajadora. Esta solución complicó más las relaciones entre ambos países en lugar de mejorarlas. Fue precisamente Arturo Valenzuela quien le comunicó la decisión al embajador Gallegos, invitándolo a abandonar el país de inmediato. Igualmente Washington decidió suspender una importante reunión bilateral que estaba prevista para junio, señaló un comunicado enviado por el portavoz del Departamento de Estado, Charles Luoma-Overstreet.

El conflicto con Quito se suma a otros que EE UU ha tenido en la región, como con Bolivia y Venezuela.  En ninguno de ellos Washington tiene actualmente embajador. En 2008 Bolivia expulsó al embajador estadounidense en La Paz Philip Goldberg y Venezuela hizo un día después lo mismo con el jefe de la legación estadounidense en Caracas Patrick Duddy. Washington reaccionó con igual dureza y expulsó a los embajadores Gustavo Guzmán, de Bolivia, y Bernardo Alvarez, de Venezuela.

El Gobierno estadounidense restableció en 2009 las relaciones diplomáticas plenas con Venezuela, pero con Bolivia no consiguió hacer lo mismo. Tras negarse Caracas el año pasado a aceptar a Larry Palmer como nuevo embajador estadounidense, Washington actúa diplomáticamente en ambos países a nivel de encargado de negocios, como oportunamente informó Krohne Archiv.

Valenzuela fue designado para el cargo por el Presidente Barack Obama el 12 de mayo de 2009, en reemplazo de Thomas Shannon. Sin embargo, su confirmación por el Senado se vio demorada tras el veto impuesto por el senador republicano Jim DeMint, quien frenó el proceso en protesta por la postura estadounidense sobre Honduras, recordó El Mercurio de Santiago de Chile.

El presidente Obama, recién electo prometió renovar los lazos con América Latina. Pero la crisis financiera en los Estados Unidos y guerras paralelas en Irak y en Afganistán mantuvieron  a Washington distraído en otros asuntos. Sin embargo, este año logró efectuar una exitosa gira por América Latina que incluyó Brasil, Chile y El Salvador, en cuya organización Valenzuela jugó un importante papel, aunque la visita se vio opacada por la guerra interna en Libia.

Valenzuela, además de profesor de Ciencias Políticas, fue director hasta 2009 del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown.

Sobre América Latina, el personero declaró en enero de 2010 que "la política del gobierno de Estados Unidos es tener y buscar una relación de cooperación, un diálogo más fluido con los países de la región, donde se puedan plantear las cosas y donde nosotros como país podamos ser un mejor socio para poder colaborar sin imponer criterios".

Valenzuela ha sido un defensor de la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión en la región, y no ha dudado en criticar a países antagonistas como Venezuela, con quien ha admitido que Estados Unidos mantiene las relaciones más difíciles del continente, señaló El Mercurio.

Sin embargo, sus cuestionamientos a cierta "debilidad institucional" y presiones contra la libertad de prensa tensaron las relaciones de Washington con Buenos Aires. A diferencia de sus antecesores, la Presidenta Cristina Fernández nunca lo quiso recibir en audiencia, destacó el diario La Nación de Buenos Aires.

El comienzo del proceso de excarcelaciones de presos políticos en Cuba en julio del año pasado coincidió con una visita del alto personero a Chile, refiriéndose en Santiago, según recordó hoy El Mercurio, a su deseo de que "la libertad de los prisioneros marque el comienzo de mayor libertad y respeto por los derechos humanos" en la isla y elogió los buenos oficios de la Iglesia Católica en esas negociaciones.

Sobre las filtraciones de documentos del Departamento de Estado por WikiLeaks, el funcionario declaró en diciembre del año pasado que en este caso "estuvo en juego una violación a la privacidad de los cables".

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