“Pertenezco a una generación dispersa, diezmada, y ustedes saben por qué”, dijo con su característica sencillez el poeta y periodista Hernán Miranda, al recibir el Premio Altazor de Poesía que le fue concedido este año en una emocionante noche, como fue la del martes último. Fue la noche en que el arte y la buena literatura fueron nuevamente reconocidos y premiados teniendo como galardonado a un gran poeta con una creación verdaderamente notable y envidiable, y con una prolífera obra que llevará a este autor, seguramente, algún día a ingresar a la honrosa lista de los Premios Nacionales de Literatura.
“Viajes inconclusos” contiene distintos textos poéticos que giran en torno a un personaje central vinculado con la historia pasada y reciente de Chile (secciones “Artificios de la memoria” y “Homenajes”, y en parte “Ceremonias”). En la sección “Asuntos profanos” se suceden textos que apuntan en distintas direcciones como expresión de un personaje que da cuenta de su entorno y de su dramática presencia en el mundo, concluyendo con el extenso poema “Afortunados”, que pareciera querer hacerse cargo poéticamente de los conflictos que atraviesan por distintos estratos de la sociedad chilena.
Los pantalones penden
como el cuerpo de un ahorcado
esperando la llegada del juez.
Observándolos no puedo
dejar de pensar en mi amigo J.
que hizo mutis por el foro (no se
si como parte del libreto)
colgándose de un árbol.
Las prendas mecidas por el viento
ocultan lo que no hay en su interior
y nada adelantan sobre el destino
de quienes se cubren con ellas
en este escenario
donde un dramaturgo loco
hace y deshace de las suyas.
Calzones y calzoncillos y medias de señora
y calcetines de caballero aparecen
mezclados aquí con la ropa de niños y bebés
todos aprontándonos para una jornada más
o la última
igual que hace cien o mil quinientos años.
El poeta y periodista Hernán Miranda nació en Quillota hace 69 años. Es autor de once libros cuya línea poética ha sido comparada con la obra de Vicente Huidobro. Entre ellos figuran “Arte de vaticinar” (1970), “La Moneda y otros poemas” (1976), “Versos para quien conmigo va” (1986), “Trabajos en la vía” (1987), “De este anodino tiempo diurno” (1990), “Sonetos” (1992), “Décimas de nuestra tierra” (1993), “Anna Pink y otros poemas” (2000), “Bar abierto” (2005) , “Rumbo a Corfú” (2007) y “Viajes Inconclusos” (2010).
Al comentar esta última publicación, el crítico Ignacio Gutiérrez escribió en la “Revista de Libros” de “El Mercurio”: “Hernán Miranda es toda una época. Y un sobreviviente de ella. Pertenece a esa generación de los años sesenta que quiso poner a la imaginación en el poder. Un sueño que pronto los burócratas
desbarataron”.
El nombre de la obra se vincula con unos versos del poeta griego, Premio Nobel de Literatura, Yorgos Seferis: “…vemos iluminarse en el crepúsculo/ maderos rotos de viajes inconclusos, / cuerpos que ya no
saben cómo amar”.
Entre otras distinciones, Miranda ha recibido Mención Honrosa en los Juegos Gabriela Mistral (1969), el Premio Casa de las Américas (La Habana, 1976), Segundo Premio en el Concurso de Poesía de “El
Mercurio” (1988) y el Premio Municipal de Santiago en 1991. En 2008, además, fue postulado al Premio Nacional de Literatura.
El periodista
Miranda se tituló de Periodista en la Universidad de Chile y más tarde obtuvo un Magister de Filosofía Política en la Universidad de Santiago. Entre 1970 y 1973 trabajó en la Oficina de Informaciones y
Radiodifusión de la Presidencia de la República (OIR). También se desempeñó en los diarios “La Tercera” y “La Época” y fue comentarista de libros en “La Opinión” de Buenos Aires, donde vivió durante algunos
años. Miranda fue también docente en las universidades Academia de Humanismo Cristiano, Arcis, La República, y la Universidad de Santiago (USACH).
De carácter afable y tranquilo, nunca hace ostentación de sus evidentes méritos y muestra una permanente disposición a colaborar. A veces se distrae, cuando sus inquietudes intelectuales lo hacen evadirse a otras dimensiones en medio de una reunión o una conversación.
Desde hace 10 años es miembro del Directorio del Círculo de Periodistas, donde ha ocupado los cargos de Tesorero y Primer Vicepresidente. También ha sido Director de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH).
Actualmente preside la Comisión de Cultura e integra la Comisión de Teatro de la Institución.
El Premio Altazor
El Premio Altazor busca promover y estimular el trabajo artístico nacional, en sus diversas expresiones. Es entregado en una ceremonia especial que se transmite por televisión abierta, y en la cual se reúnen los creadores de todas las áreas: escritores, músicos, cineastas, pintores, guionistas, bailarines, actores, dramaturgos, fotógrafos y escultores, se juntan una vez al año para premiar lo mejor del arte nacional.
Premio Altazor es único no sólo por lo que premia, sino por la modalidad de premiación: son los propios artistas los que destacan a sus pares, son artistas reconociendo el trabajo de otros creadores. Se otorga desde el año 2000 y consiste en una escultura de fierro fundido, creada por el escultor y Premio Nacional de Arte, Sergio Castillo.
El Premio Altazor es convocado por un Comité Organizador, conformado por los presidentes de cada una de las sociedades de gestión y un miembro de los consejos directivos de cada sociedad: Sociedad Chilena del Derecho de Autor; Sociedad de Autores Nacionales de Teatro; Cine y Audiovisuales; Sociedad de Gestión de los Creadores de Imagen Fija – Creaimagen; Sociedad de Derechos Literarios – Sadel; Corporación de Actores de Chile – Chileactores; Sociedad Chilena de Intérpretes – SCI; y Colegio de Profesionales de la Danza de Chile:
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