Cuando evoquemos a esta figura histórica tengamos presente que se trata del Presidente Salvador Allende, sin “ex”.
Por Enrique Fernández
Durante los últimos días, con motivo de la exhumación de sus restos, los medios de comunicación y algunos líderes políticos han recordado al “ex” Presidente Salvador Allende.
Y mientras se desarrollen los exámenes en el Instituto Médico Legal, para determinar las causas precisas de su muerte, hace ya casi 38 años, seguiremos escuchando alusiones al “ex” mandatario o al “ex” Jefe de Estado. Lo mismo ocurre con Eduardo Frei Montalva (1964-1970), cuya muerte también investiga la Justicia y a quien se menciona a menudo como “ex” Presidente
¿Y por qué “ex”?
¿Es que acaso José Manuel Balmaceda también es un “ex” Presidente de Chile? Y Bernardo O’Higgins ¿es el “ex” Director Supremo de la nación? O Luis XIV ¿es un ex rey de Francia? Ninguno de ellos, por supuesto, puede ser señalado con un “ex”, porque son figuras que ya no están entre nosotros pero dejaron una huella en la Historia, como el Papa (y no el ex Papa) Juan Pablo II o el Cardenal (y no el ex Cardenal) Raúl Silva Henríquez.
En el lenguaje cotidiano hablamos con frecuencia de “tu ex” o “mi ex”, para referirnos a una “persona que ha dejado de ser cónyuge o pareja sentimental de otra”, según indica el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua (RAE), en su última edición.
-Anoche me encontré con mi ex –le contará una amiga a otra, al evocar la reunión que ha tenido con el hombre de quien se separó hace algún tiempo. Pero si su cónyuge ha muerto, no lo recordará como su ex, sino como su esposo, porque ése era su estado civil cuando falleció y la dejó viuda.
Lo mismo sucede con los presidentes, o los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas, o los rectores de las universidades, o los senadores, diputados y alcaldes. Una vez que han dejado de ejercer sus funciones pero permanecen entre nosotros pasan a ser “ex”. Por eso la Real Academia dice que el adjetivo “ex” se aplica a alguien que “fue y ha dejado de serlo”.
Esa es la denominación que con toda justicia reciben el ex Presidente Ricardo Lagos, el ex Senador Enrique Silva Cimma, el ex astro de Colo Colo Carlos Caszely y la ex Miss Universo Cecilia Bolocco.
Distinto es el caso del doctor Salvador Allende, cuyo nombre ocupa uno de los más dramáticos capítulo de la Historia de Chile. Allende es por lo tanto un personaje histórico, como O’Higgins, Balmaceda o el ministro Portales.
Pero además de esa circunstancia, Salvador Allende murió en plena posesión de su cargo, porque no aceptó renunciar cuando se lo exigieron los militares que se alzaron contra su Gobierno, ese martes 11 de septiembre de 1973.
- ¡Yo no voy a renunciar…! Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo –dijo en su último discurso, antes de cumplir su trágico anuncio en el bombardeado Palacio de La Moneda.
Entonces, cuando evoquemos a esta figura histórica tengamos presente que se trata del Presidente Salvador Allende, sin “ex”. De la misma forma en que evocamos al Presidente Arturo Alessandri, al ministro Diego Portales, al primer rector de la Universidad de Chile, Andrés Bello, o al dictador (y no ex dictador) Augusto Pinochet.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario