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miércoles, 28 de julio de 2010

Página Editorial Latinoamericana


Diario "La Tercera" de Santiago de Chile

La Concertación no debe seguir postergando su autocrítica

La oposición necesita ahondar en los problemas que explican su derrota: en los últimos 10 años Chile tuvo bajo crecimiento económico, desempleo sostenidamente alto, caída en la productividad, corrupción, gestión ineficiente, problemas crónicos en educación y delincuencia.

La publicación de los resultados de la encuesta Casen 2009 ha generado inmediatas reacciones en la oposición y sin duda revivirá las diferencias que ya se advirtieron al interior de ella, cuando una primera entrega reveló, hace unas semanas, un crecimiento en el número de pobres.

Los expertos aún no consiguen ponerse de acuerdo respecto de cuáles son las razones que explican la ampliación de la brecha de ingresos entre los sectores con mayores y menores ingresos y el aumento de la pobreza. Sin embargo, más allá de la discusión técnica sobre el deterioro en las cifras sociales, la Encuesta Casen 2009 tendrá un impacto político de proporciones.

La Concertación ha obviado hasta ahora un análisis profundo de las razones que la condujeron a la derrota, en enero pasado, sobre la base de que tal ejercicio puede ahondar diferencias visibles en el último tiempo entre y al interior de sus partidos. En nombre de la unidad, se ha preferido no realizar una autocrítica.

Ello no ha impedido que las distintas sensibilidades que coexisten en ella expresen sus posturas, haciéndose patentes visiones encontradas, incluso, al interior del que fuera el último gabinete de ministros.

La controversia se ha planteado entre quienes señalan que la Concertación pecó de falta de audacia para llevar adelante un programa de cambios agresivos al modelo económico y en aspectos políticos y valóricos, y quienes sostienen que la coalición lideró con éxito una profunda tarea transformadora que hizo que el país progresara hasta llegar a ubicarse en las puertas del desarrollo.

En el caso de los desfavorables resultados de la encuesta Casen, la discusión entre los dos sectores mencionados se ha centrado, de manera un tanto simplista, en torno a si hubo o no suficiente gasto para financiar la red de protección social que el gobierno de entonces utilizó como principal herramienta para encarar la crisis de 2008 y sus consecuencias.

Enfrentando a sus críticos, la ex Presidenta Michelle Bachelet y varios de sus ex ministros han señalado que el apoyo que recibieron los sectores de mayor riesgo sirvió para que los efectos de la crisis se vieran atenuados.

Esto, probablemente, es cierto, aunque es necesario considerar que, pese a que el gasto público creció con fuerza en los últimos años, hay cuestionamientos fundados acerca de la eficiencia con que se utilizaron esos mayores recursos. Además, debe recordarse que el anterior gobierno señaló repetidamente que, gracias a su política de protección social, el país había sido resguardado de los efectos de la crisis, relato que no se condice con la actual explicación de que los aumentos de la pobreza y la desigualdad se explican, precisamente, por dicha crisis.

La ex Mandataria ha señalado que está abierta a la autocrítica y que espera convocar a un seminario para debatir las causas de los resultados de la Casen 2009. La realización de dicho encuentro debería constituirse en un buen primer paso.

Es necesario que la Concertación comprenda que para que el país avance como conjunto son importantes el funcionamiento de la economía y la política social. En ese sentido, es muy probable que la crisis de 2008-2009 haya deteriorado la situación de los más pobres, a pesar de que haya existido más gasto social.

Pero la oposición debe ir más allá y ahondar en los problemas de fondo que probablemente explican su derrota. En contraste con el avance experimentado por el país durante su primera década en el poder, en los últimos 10 años Chile enfrentó obstáculos -bajo crecimiento económico, desempleo a niveles sostenidamente altos, caída en la productividad, corrupción, gestión ineficiente, problemas crónicos en áreas sensibles como educación y delincuencia- que la Concertación no fue capaz de superar. La forma como enfrentó estos asuntos es la que llevó al resultado electoral de enero. Por lo mismo, en torno a estos temas debiera darse la reflexión opositora.

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