MEDICINA
PRIMER TRASPLANTE ÓSEO EN
INSTITUTO ONCOLÓGICO FALP
Esta cirugía permite conservar la extremidad y sus funciones en gran parte
de los casos, evitando una amputación. Una mayor donación de huesos permitiría
extender los beneficios de esta compleja técnica a más pacientes, quienes mantendrían
su calidad de vida.
Cuando los padres de Felipe Bustos, de 23 años, recibieron la noticia de
que su hijo menor tenía cáncer, pensaron en que la quimioterapia era el
tratamiento más adecuado para su Condrosarcoma mesenquimal, un tumor a los huesos
que afecta por lo general a adultos jóvenes, y que se manifiesta con dolor,
aumento de volumen, alteración funcional y eventualmente fractura.
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No sabían, sin embargo, que pese a los avances de las drogas
oncológicas, hay dos caminos ineludibles para atacar el cáncer óseo: la
amputación de la extremidad o el reemplazo del hueso afectado. La opción
dependía del compromiso neurovascular y de si existían estructuras cercanas
para fijar una prótesis o hueso, se informó en un reportaje de El Mercurio de Santiago y también de Valparaíso.
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Las imágenes revelaron que era posible preservar la pierna de Felipe con
la tibia de un donante y así, el viernes pasado, el Dr. Gabriel
García-Huidobro, jefe del equipo de traumatología del Instituto Oncológico
FALP, y el Dr. Lorenzo Borzone, llevaron a cabo el primer trasplante óseo
realizado en la institución, sumándose así a otros centros de salud que ya han
efectuado este tipo de cirugía, entre ellos el hospital Luis Calvo Mackenna y
el Instituto Traumatológico.
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El trasplante óseo masivo con aloinjerto (de donante cadáver) consiste
en sustituir parte del hueso que presenta un tumor, por un hueso de donante
cadáver de medidas similares. Este hueso proviene de un banco de huesos, en
este caso de Estados Unidos, por la escasez de estas estructuras en los bancos
nacionales. Posteriormente se realiza la fijación u osteosíntesis del injerto
al huésped con placas, tornillos o clavo endomedular.
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La operación se realizó con éxito y el paciente ya fue dado de alta, con
indicación de continuar con las sesiones de quimioterapia que se iniciaron unos
meses antes, a cargo del oncólogo médico Christian Caglevic, para eliminar las
micro-metástasis generadas por el tumor.
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"Hace cuatro décadas se amputaba a la mayoría de los pacientes con
cáncer óseo. Gracias al avance de las técnicas quirúrgicas y la terapias
sistémicas, hoy es posible extirpar el tumor y reemplazar el hueso que se
reseca, ya sea con una prótesis, aloinjertos, que son injertos de donante
cadáver, o con aloprótesis, que son aloinjertos más prótesis", indica el
doctor García-Huidobro.´
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Vivian Bello, madre de Felipe, dice que es importante que se conozca que
existe la posibilidad de rescatar las extremidades (brazos y piernas) de niños
y jóvenes, los más afectados por esta patología. Y que también es importante
que existan donantes, ya que hoy día el acceso es restringido a quienes pueden
adquirirlos en el extranjero, pues los bancos nacionales guardan injertos o
pequeños segmentos con mayor frecuencia que estructuras enteras.
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Un cáncer silencioso
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A comienzos de 2015, Felipe Bustos solo sintió dolor al caminar.
Consultó en un centro médico y recibió analgesia. Meses después a la molestia
se sumó una inflamación, que lo llevó a acudir a un especialista.
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Los síntomas de los diferentes tipos de cáncer primario de hueso son muy
parecidos, pero a la vez muy inespecíficos, indica el traumatólogo. "Se
manifiesta principalmente con dolor, aumento de volumen, impotencia funcional
de la extremidad y a veces fractura".
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Como lo habitual es que ese dolor sea generado por un golpe y no por un
tumor, el doctor García-Huidobro señala que es fundamental el control. "El
dolor producido por una contusión se quita entre una semana y 10 días, luego de
un correcto tratamiento. Por ello, si el dolor permanece o hay un aumento de
volumen que va creciendo, la persona tiene que controlarse". En ese
momento se piden otros exámenes que permiten descartar que no tenga una lesión
asociada o la presencia de un tumor.
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La tercera causa en frecuencia de consulta es la "fractura en hueso
patológico". Es decir, el paciente tiene un tumor -nunca hizo caso a los
síntomas recién mencionados- y en un traumatismo, o sin la presencia de este,
se quiebra. Al controlarlo, la radiografía muestra una fractura de un hueso
previamente enfermo.
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En general, no existen factores de riesgo que puedan predisponer al
desarrollo de esta enfermedad. Sin embargo, en algunos casos existe
predisposición genética.
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El diagnóstico se hace en base a cuadro clínico -dolor, aumento de
volumen-, imágenes -radiografía, scanner, resonancia magnética, cintigrafía
ósea- y biopsia.
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Para que la cirugía sea satisfactoria y se pueda decir al paciente, con
cierto grado de seguridad, que probablemente ese tumor no volverá a aparecer en
ese lugar, es fundamental que la cirugía sea realizada en un centro
especialista, con un "margen libre", es decir, que se saque
completamente el sarcoma dejando un espacio de tejido sano a su alrededor. Si
no existe esa posibilidad, ya sea porque el tumor es muy grande, porque invade
los nervios u otras estructuras, se plantean cirugías más agresivas como las
amputaciones.
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