EL ATENTADO DE BRUSELAS
Por Claudio
Lomnitz
La Jornada de
México
Ayer una serie de bombas mataron a 32
personas e hirieron a 230 (informe oficial final) en el aeropuerto y en el metro de Bruselas. Algunos
heridos están graves. Solidaridad con
la gente de Bruselas.
Los tiempos del ataque sugieren en
principio que se trata de una respuesta –y una demostración de fuerza– ante la
captura de Sabah Abeslam, organizador de los ataques de noviembre a la ciudad
de París, y a la sazón el criminal más buscado de Europa. En el aspecto
práctico e inmediato, más allá de muertos y heridos, el atentado cerró la
ciudad de Bruselas y su aeropuerto, y tuvo efecto inmediato en los trámites de
seguridad en aeropuertos, estaciones de tren y de metro en toda Europa, cosa
que irritará a la población y tendrá el efecto normal de exacerbar su
conciencia de los actos, y sus implicaciones prácticas e inmediatas en casa.
Alemania selló su frontera con Bélgica, etcétera. Pero, sin duda, el atentado
tendrá otras ramificaciones, que trascenderán con mucho la espiral de atentados
y capturas, acusaciones y contra-acusaciones en que está enfrascado el
radicalismo islámico.
Los efectos políticos de mediano
plazo de este atentado no serán menores. Importa prever algunas de sus
probables ramificaciones, para estar
atentos a lo que se estará jugando en la política internacional en los próximos
meses.
En el plano general, el atentado
acrecentará la negativa migratoria europea a los refugiados de Siria, y a
migrantes musulmanes más en general, sean de Oriente Medio, África o Asia. Se
fortalecerán los partidos ultranacionalistas y también el nacionalismo de
centro, y surgirán nuevas políticas contrarias a los migrantes, o que
acrecienten la vigilancia y el control sobre ellos, como ha sucedido cada vez
que ha habido una de estas atrocidades. Sólo que, más allá de esas
generalidades, hay hoy un par de coyunturas delicadas que se afectarán
inevitablemente.
Así, en Gran Bretaña el atentado en
Bruselas tenderá a engrosar las filas de quienes apoyan la llamada Brexit, es
decir, quienes buscan la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. La
votación será el 23 de junio próximo, y en la actualidad una mayoría quiere que
Gran Bretaña siga en la Unión Europea (52 por ciento frente a 48 por ciento).
Sin embargo, uno de los argumentos de quienes quieren salir de la Unión Europea
es precisamente incrementar la seguridad ante el libre movimiento de migrantes
en Europa. Seguramente el atentado volcará votantes hacia la posición de salir
de la Unión Europea, y vuelve así menos seguro el futuro de ésta.
Segundo, es previsible que el
atentado ponga todavía más a la defensiva a la canciller alemana Angela Merkel,
quien había enarbolado hasta ahora la posición más abierta y generosa frente a
los refugiados sirios. Merkel lleva meses enfrentando una oposición aguda a su
política migratoria, en ocasiones incluso radicalizada, sobre todo después de
las vergonzosas agresiones y acosos de bandas de migrantes árabes a docenas de
mujeres en Colonia y Hamburgo durante los festejos del Año Nuevo de 2016.
Una Angela Merkel debilitada en
Alemania significará un Erdogan fortalecido en Turquía. En lo que va del año,
Ankara y Estambul también han sufrido una serie de atentados, cada uno con una
buena carga de muertos. Erdogan ha respondido a estos atentados reprimiendo a
los kurdos, y silenciando a la prensa y a sectores de la academia. También ha
aprovechado la crisis migratoria en Europa para fortalecer su situación de
negocación: Europa ha ido abandonando su defensa de los derechos humanos y de
libertad de expresión en Turquía a cambio de que Turquía se encargue de más
migrantes sirios. El debilitamiento de Merkel fortalece esta postura de Erdogan,
por lo que podemos prever que las fuerzas de la oposición en Turquía quedarán
debilitadas de nueva cuenta con este nuevo atentado.
Por último, sería raro –muy raro–que
el atentado de Bruselas no fortaleciera todavía más a Donald Trump, tanto en
las elecciones primarias del Partido Republicano como, caso que las gane, en
las elecciones de noviembre. Trump ha sido el único candidato que ha hecho
declaraciones absolutamente contrarias a la migración musulmana a Estados
Unidos. Su respuesta a quienes lo atacan de racista por eso es que, a
diferencia de sus contrincantes, que son unos típicos políticos hipócritas, él
sí se atreve a decir lo que todo el mundo piensa, pero calla. “Lo que todos
piensan”, en este caso, es que aunque pudiera haber una mayoría musulmana
buena, hay una minoría suficientemente grande que simpatiza con el terrorismo
como para justificar una restricción migratoria muy severa. “Lo que todos
piensan” en este caso comparte, además, un importante elemento con la propuesta
de Trump respecto de que México pague el muro fronterizo, y es que los
contribuyentes estadunidenses no tendrían por qué fletar el costo de
investigaciones judiciales dirigidas a discernir entre “musulmanes buenos” y
“musulmanes malos”. Mejor excluirlos a todos y ya.
En resumen, los ataques a Bruselas
ayer tendrán el efecto inmediato de fortalecer a los partidos nacionalistas y
antimigrantes en Europa, contribuirán sensiblemente al resquebrajamiento de
Europa y fortalecerán la consolidación de regímenes autoritario-nacionalistas
estilo Erdogan en Turquía, Orban en Hungría y Putin en Rusia, o candidatos como
Trump en Estados Unidos. También contribuirá a consolidar la postura
antimigrante en ese país. O sea que aunque México no tenga vela demasiado
aparente en ese entierro, terminará siendo uno de los dolientes.
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