KRADIARIO

Columna del Editor

SOLAMENTE UN OCCIDENTE UNIDO DETENDRÁ LA SANGRE DEL TERRORISMO ISLÁMICO

Por Walter Krohne

La dominación de uno o más pueblos a través del terror es el tema que hoy día preocupa preferentemente al mundo. El fin último  del terrorismo es infundir miedo a la población  causando hechos sangrientos en  lugares de concentración humana y, por lo tanto, es un arma ofensiva muy injusta porque las víctimas fatales son generalmente personas inocentes, niños y mujeres entre ellos, que nada o poco tienen que ver con las medidas políticas que adoptan las autoridades centrales contra el enemigo Nº1 que es el terrorismo.

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Los  actos violentos de esta mañana en Bruselas fueron atentados que estuvieron dirigidos contra la Unión Europea, porque es precisamente en esa ciudad donde está la sede, la capital  de la hoy controvertida unión de 28 países del viejo mundo. Es decir fue un golpe o señal “política” al corazón mismo de Europa que los terroristas islámicos quisieron dejar archivada para la historia. No dejaron ninguna duda que era una represalia  contra las reacciones bélicas de Europa Occidental  tras los atentados de París  de noviembre, como también las muertes que soldados de Occidente han causado en “territorio” del Estados Islámico. "La guerra es guerra y esta sigue", expresan algunos líderes islamistas del también llamado ISIS por su sigla en inglés.

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Pero el punto más grave es que Europa con toda su técnica y su desarrollo en temas de seguridad no ha podido llegar a controlar o a aminorar la intensidad de estos ataques. Y es justamente esto lo que más preocupa, porque además de París y Bruselas hay varias otras ciudades amenazadas  por los terroristas islámicos, como Londres, y varias otras en Alemania, incluyendo también a algunas de EE UU,

Y la falla más grande está precisamente en la política de los europeos, que es deficiente, muy confiada, mala y sin la adopción de medidas inmediatas que regulen el tránsito inter europeo. Lo peor ha sido el ingreso a Europa de miles y miles de inmigrantes procedentes de Siria e Irak, porque un buen número de ellos, como se sabe hoy, son eventuales "terroristas" islámicos que recibieron la orden de instalarse en distintos países con la misión de crear células terroristas a vista y paciencia de los italianos, griegos, alemanes, ingleses, franceses, españoles y belgas.

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La guerra siria que fue degenerando con el tiempo en un conflicto sangriento de proporciones y que terminó convirtiéndose en un escenario ideal para el surgimiento y la ocupación de territorios por parte de movimientos islámicos fanáticos dispuestos a cualquier tipo de asesinatos masivos o de destrucción para lograr sus fines en una sola dirección, la consolidación de un Califato establecido entre Siria e Irak.

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París, el 13 de noviembre pasado,  fue un ejemplo claro de cómo este fanatismo con “soldados” dispuestos a autoinmolarse, paralizaron totalmente la ciudad, la vida deportiva, la vida nocturna, la vida estudiantil, la vida teatral y comercial, todo. Algo similar ha ocurrido hoy  en Bruselas.

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Primero fue Al Qaeda, que debilitado tras la captura y muerte de su líder Osama Bin Laden en Paqkistán,   surgieron otros grupos islámicos fanáticos como es el Estado Islámico (EI)  el cual sorprendió por su salvajismo mostrándole al mundo con videos la forma de como asesinaban a sus opositores y también a los prisioneros, simplemente degollándolos con toda frialdad ante las cámaras. El EI, por ejemplo es un grupo terrorista  insurgente fundamentalista calificado de yihadista wahabita. Este grupo que hace temblar ahora al mundo es controlado por radicales fieles a Abu Bakr al-Baghdadi, el autoproclamado “califa de todos los musulmanes”. Sin ser un estado reconocido oficialmente, actúa como tal tras mantener bajo control varias ciudades o regiones sirias como Mosul, Faluya, o Al Raga, que es su ciudad capital. Conocida originalmente como Organización para el Monoteísmo y la Yihad  surgió como una organización terrorista próxima a Al Qaeda para hacer frente a la invasión de Irak en 2003.

La característica de esta organización es en primer lugar “la muerte” y luego el reclutamiento internacional de fanáticos como “carne” de reemplazo de aquellos que diariamente mueren por ataques o porque se inmolan. Así el EI es responsable de la  muerte de miles de civiles iraquíes y ahora de sirios.

El califato reclama la autoridad religiosa sobre todos los musulmanes del mundo, y tiene como objetivo declarado unir todas las regiones habitadas por musulmanes bajo su control, comenzando con Irak y la región del Levante mediterráneo que cubre aproximadamente los actuales Estados de Siria, Jordania, Israel, Palestina, Líbano, Chipre  y parte del sur de Turquía.

El terrorismo no puede ser comprendido tan fácilmente porque se da cuando el ser humano atraviesa la línea de la razón, de la compasión por los demás, cuando cree que su causa es más valiosa que la vida ajena o la vida misma. El fin de la violencia vivida por parisinos y belgas no debería repetirse por ningún motivo en ningún lugar del mundo. Esto indica que la inteligencia de los estadistas occidentales debe ser hoy muy potente y aguda  para trazar estrategias adecuadas y precisas a fin de negociar (lo que aparece muy difícil) o de eliminar al enemigo. Para ello la unidad de Occidente debería ser total.