A 40 AÑOS DEL GOLPE MILITAR EN ARGENTINA
Por Rafael Luis Gumucio Rivas
Este aniversario del golpe militar argentino se
conmemoró el pasado jueves bajo la presidencia de un gobierno de derecha, Mauricio Macri, y la
visita del Presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
.
El imperio, responsable
principal de la instalación de los regímenes de facto en América Latina, en los
años 70 del siglo pasado, a pesar de que reconocen su intervención directa y su
complicidad en crímenes de lesa humanidad, sólo se limita a la promesa - en
este caso del Presidente actual – de abrir los archivos aún bajo
confidencialidad.
.
La visita de Obama a Cuba y luego a Argentina no tiene nada
de espontaneidad y filantropía, se trata más bien de recuperar la hegemonía
norteamericana en América Latina, que estaba siendo disputada por China, en el
plano económico, y por la Alianza Bolivariana para los pueblos de América
Latina (ALBA) y la Unión de Naciones Sudamericanas, (UNASUR) en el plano
político. Ya no es posible revivir la “doctrina Monroe, América para los
americanos”, ni menos “el patio trasero, de Roosevelt”, por consiguiente, el
gobierno de Obama es más hábil al promover la desestabilización de los
gobiernos progresistas de Ecuador, Bolivia, Brasil y antes en Argentina. La
visita a Cuba se reduce a una estrategia para penetrar en América Latina,
continente muy olvidado - y hasta ignorado – según expresiones de la candidata
demócrata a la presidencia, Hillary Clinton.
.
Frente a esta faramalla del poder hemos podido observar cómo
el pueblo argentino se ha manifestado, especialmente en la Plaza de Mayo, en
Buenos Aires, rechazando la política reaccionaria del gobierno de Macri, que
incluso, está dispuesta a pagar a los especuladores, poseedores de los “Fondos
Buitres”.
.
La dictadura argentina tuvo características distintas a la
chilena: en primer lugar, en ese país los militares se constituyeron en un
verdadero partido político, por el cual se repartían el poder entre los
caudillos militares – Videla, Galtieri, Menéndez -; en
Chile, el tirano Augusto Pinochet y su mujer
se apropiaron del poder y, además se robaron el dinero del Estado sin
ningún contrapeso, con el silencio de la justicia y de un pueblo consumido por
el miedo y con altas dosis de estupidez – hay que pensar que Pinochet, ya en
democracia, tuvo el 40% de apoyo popular y, hasta hoy, el Estado no ha podido
recuperar los bienes robados por los Pinochet-Hiriart, especialmente a través
de CEMA-Chile.
.
En Argentina, al menos, las principales alimañas militares
fueron juzgados durante el gobierno de Raúl Alfonsín, mientras que en Chile
Pinochet y el Presidente Aylwin practicaban “la amistad cívico-militar”, sobre
la base del lema “la justicia en la medida de los posible”, es decir, cero
justicia.
.
En Argentina, el Presidente neoliberal Carlos Saúl Menem
amnistiaba a los criminales de lesa humanidad e imponía la ley de punto final.
A los Presidentes Néstor y Cristina Kirchner Argentina les debe el hecho de que
los militares no hubieran terminado impunes. En Chile, a los traidores de la
Concertación les debemos el que Pinochet hubiera sido declarado demente y muerto en su cama, rodeado de sus familiares,
y en la actualidad, su conyugue goce del
botín legado por su marido, a vista y paciencia del gobierno y de la justicia –
es inaudito que la fundaciones de Lucía Hiriart sean dueñas de plazas comunales
y múltiples propiedades que aún regenta -.
.
Los gestos en política son muy importantes, pero la frase
“nunca más” me parece una simple expresión de buenos deseos si no va acompañada
de la proscripción de todos los responsables y colaboradores “pasivos” de las
dictaduras de seguridad nacional, tal cual se hace en Alemania con los nazis.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario