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sábado, 8 de agosto de 2015

MUERTE DE MANUEL CONTRERAS-DICTADURA-DINA-KRADIARIO

CON LA DESAPARICIÓN DEL EX MILITAR MANUEL CONTRERAS TERMINA UN DRAMÁTICO CAPÍTULO EN LA HISTORIA CHILENA Y LATINOAMERICANA DE VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS 

Como jefe de la DINA
Dos años antes de morir
Pasada la última media  noche, el Hospital Militar entregó un comunicado oficial sobre el fallecimiento del ex jefe de la DINA, Manuel Contreras, en el que indica que el deceso del oficial en retiro se produjo a las 22:20 horas de anoche en ese establecimiento asistencial ubicado en Santiago.

Previamente, Gendarmería había entregado otra comunicación en la que había fijado como hora del deceso las 22:30 y entregaba un detallado reporte sobre los problemas de salud que sufría el ex jefe del disuelto organismo de inteligencia.

Según el documento, Contreras sufría "enfermedad renal crónica en hemodiálisis, hipertensión arterial etapa II, colostomía en fosa ilíaca izquierda por antecedente de cáncer de recto, diabetes mellitus tipo 2" y "trombosis venosa profunda a repetición en extremidades inferiores".

A dichos problemas se sumaban "enfermedad diverticular del colon, depresión reactiva, síndrome doloroso cervical y lumbar crónico, artrosis de rodilla y mielodisplasia". Este último síndrome afecta a la capacidad de la médula para generar glóbulos rojos normales.

El texto de Gendarmería precisa que el militar en retiro cumplía 40 condenas a presidio en el momento de su fallecimiento, Sin embargo, otras fuentes como emol,com, señalan 59 condenas ejecutoriadas que sumaban 526 años de cárcel por delitos de secuestro, torturas, asociación ilícita y homicidio perpetrados durante la cruenta dictadura mlitar de Augusto Pinochet Ugarte.

El diario electrónico El Mostrador dio a conocer la muerte del ex militar asÍ: "A los 86 años de edad murió esta noche uno de los más salvajes represores de la dictadura del general Pinochet: Manuel Guillermo Contreras Sepúlveda, conocido como "El Mamo", falleció tras estar diez meses internado en el Hospital Militar. Contreras fue condenado por la Corte Suprema a cumplir 526 años de cárcel por 75 secuestros (como se trata de detenidos desaparecidos, no se puede acreditar el homicidio al no estar el cadáver), 3 homicidios, 2 delitos de asociación ilícita y 1 de sustracción de menores y estuvo cumpliendo condena en Punta Peuco, hasta que fue trasladado al Hospital Militar. En cifras, Manuel Contreras fue investigado por 8 jueces en un lapso de 11 años, entre 2004 y 2015. Si se suman todas las condenas, a saber, las que están resueltas en la Corte Suprema más las que están en la Corte de Apelaciones y las que aún se encuentran en primera instancia, el ex general totaliza 1104 años de presidio. Sin considerar, por cierto, las dos condenas a cadena perpetua".

Punta Peuco

El ex director de la Dirección Nacional de Inteligencia –DINA- cumplía sus condenas en el penal de Punta Peuco, en la comuna de Tiltil,  donde pasó 15 años, sumados también  los años que pasó en el penal militar de Cordillera.

Así, el también ex director de la Academia de Guerra lideró la lista de militares con mayor número de sentencias por violaciones a los derechos humanos, seguido por el coronel (r) Marcelo Moren Brito, quien sigue recluido en el penal de Punta Peuco.

La primera sentencia contra Contreras fue dictada en 1993 como autor intelectual del homicidio del ex canciller Orlando Letelier, ocurrido en Washington, Estados Unidos en 1978. En esa oportunidad, el ministro Adolfo Bañados lo condenó –junto al ex brigadier Pedro Espinoza- a siete años de cárcel, fallo que fue ratificado dos años después por la Corte Suprema, obligándolo a ingresar primero al penal Cordillera en Peñalolen, donde permeneció hasta que este recinto fue cerrado por el Presidente Sebastán Piñera el 26 de septiembre de 2013, pasando posteriormente a Punta Peuco junto con los otros presos Miguel Krassnoff, Jorge del Río, Marcelo Moren Brito, José Zara, Pedro Espinoza, César Manríquez, Hugo Salas, David Miranda y Odlanier Mena, este último se suicidó al encontrarse con  permiso de salida en su casa de Santiago el día del traslado de los presos.

Previo a esta decisión presidencial, la fiscal judicial de la Corte de Apelaciones de Santiago María Loreto Gutiérrez dio a conocer el informe de visita semestral al Penal Cordillera que estaba ubicado en Peñalolen, en el cual se reveló que los diez ex uniformados condenados por violaciones a los DD.HH. vivían en condiciones óptimas y lejos de una situación de condenados por graves delitos en cinco cabañas individuales "bien equipadas, que contaban con servicios higiénicos, duchas, agua caliente, luz natural y buena ventilación". Además los criminales tenían acceso a radio, música, televisión, lectura, actividades deportivas, estaban en contacto permanente con sus familias y asistidos por médicos, psicólogos, asistente social, tres paramédicos y un kinesiólogo. En caso de emergencia eran trasladados de inmediato al Hospital Militar".


Al comenzar los procesos en su contra Contreras, tras completar su condena por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier –luego de cinco años y tres meses en la cárcel, ya que se le computaron los meses que estuvo detenido en el proceso- en enero de 2001 abandonó el penal de Punta Peuco, pero pese a salir en libertad, debió permanecer con arresto domiciliario por su responsabilidad en el secuestro de David Silberman, hecho por el cual recibió una pena de 7 años en 2009.

En enero de 2005 -después que opusiera resistencia para acudir al Palacio de Tribunales a notificarse de su condena- fue obligado a ingresar al Penal de Punta Peuco a cumplir la sentencia de 12 años y un día por la desaparición del mirista Miguel Ángel Sandoval. Desde entonces, no volvió a salir de la cárcel y solamente lo hacía para acudir al Hospital Militar.

Contreras fue también condenado a 20 años de presidio por el crimen del ex comandante en Jefe del Ejército Carlos Prats y de su esposa Sofía Cuthbert -ocurrido en Buenos Aires en 1974- , y por las torturas perpetradas en el centro de detención ilegal Tejas Verdes.

La última pena que recibió fue el pasado 30 de julio, cuando el máximo tribunal ratificó los trece años de cárcel por el homicidio de Víctor Villarroel Ganga en junio de 1974 y que forma parte de la denominada "Operación Colombo".

Sin embargo, el ex militar no alcanzó a ser condenado por otras 46 causas que están en instancias menores y por las cuales arriesgaba otros 578 años de cárcel.

Reacciones

Imagen foto_00000004El abogado Roberto Garretón, quien fuera jefe del área jurídica de la Vicaría de la Solidaridad durante la dictadura: "El legado que él deja es de un asesino cruel, sanguinario, odioso, mafioso, de primer nivel. No veo que homenaje se le podría dar (...) Cualquier gesto que demuestre un acto de solidaridad a un individuo como Manuel Contreras significa que no es un demócrata y que es un enemigo del pueblo chileno", dijo el jurista en El Diario de Cooperativa. Además, sostuvo que se trataba de un sujeto lleno de odio por haber llevado adelante la política represiva del dictador Augusto Pinochet. "Haber sido ejecutor de las políticas de Pinochet refleja a un tipo de muy mala calidad de vida, un tipo enfermo mental y moral lleno de odio. En Alemania nunca nadie le rindió homenajes cuando se suicidó el criminal Adolfo Hitler y nadie les ha rendido nunca más homenajes y los que intentan hacerlos son marginados de toda consideración pública", añadió.

Imagen foto_00000003La abogada Pamela Pereira, defensora de numerosas causas de víctimas de violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura: "Es uno de los personajes más nefastos de la historia de Chile que ha tenido la sociedad chilena y creo que el impacto que produce la noticia dice relación con su historia, con su quehacer, con el daño que produjo en esta sociedad y por eso creo que también provoca esta tensión pública. Todas las familias que tienen a uno de los suyos como detenidos desaparecidos o aquellos que fueron asesinados, también toda la gente que fue víctima de la tortura, yo creo que va a ser importante para las nuevas generaciones no solo conocer el episodio que está ocurriendo ahora, si no que preguntarse cual es la historia y la trayectoria de los acontecimientos que ocurrieron, de tal manera que esta realidad no vuelva a ocurrir nunca más en la sociedad chilena", resaltó.

Héctor Salazar, otro abogado de casos de DD HH:  "En la persona de Manuel Contreras se resume un poco lo que fue esa etapa negra de la dictadura militar en términos de represión y de violación a los derechos humanos". Además, planteó interrogantes sobre el actuar del Ejército en el sentido de cómo esta institución "pudo formar a uno de sus miembros, hasta llegar al generalato, que pudiera llegar a cometer todos los delitos que se le imputaron y por los cuales se le condenó". "¿Como se forman nuestros oficiales? Eso es algo que en la sociedad chilena no sabemos, no sabemos esos jóvenes que entran para ser cadetes como se les forma y como se les educa. Lo que tenemos claro es que muchos de los que pasaron por ahí se vieron involucrados en tremendos delitos y uno tiene derecho a formularse esa pregunta", concluyó.

La oscura vida del ex militar

El principio del fin de Contreras al mando de la organización represiva DINA fue en septiembre de 1976, cuando una enorme detonación sacudió el área de Sheridan Circle, en Washington. El atentado que causó la muerte del ex canciller Letelier y su secretaria, Ronni Moffitt, fue una de las consecuencias de los contactos internacionales que el ex militar estableció en el exterior. Estos incluían organizaciones de cubanos anticastristas, grupos neofascistas de Italia -donde se cometió el grave ataque contra el dirigente DC Bernardo Leighton- y órganos de inteligencia latinoamericanos, estos últimos encuadrados en la llamada "Operación Cóndor".

El doble homicidio en Washington abrió una investigación liderada por el FBI y el fiscal Eugene Propper llevó a descubrir la implicación del ex agente Michael Townley. En 1978, tras tensas jornadas señaladas por la presión estadounidense en torno al caso, Contreras debió dejar su cargo en la DINA -organismo que luego fue sustituido por la Central Nacional de Informaciones (CNI)- y salió del Ejército en abril de 1980, ascendido a brigadier general.

El ahora oficial en retiro organizó empresas de seguridad y adquirió el fundo "Viejo Roble" en la zona de Fresia, en la Región de Los Lagos. Paralelamente, publicó textos en los que intentó justificar sus acciones en el clima de enfrentamiento y subversión que vivía Chile desde la década de 1970.

Sin embargo, la investigación por el caso Letelier, esta vez en Chile, siguió rondando al general (R). El 12 de noviembre de 1993, el ministro Adolfo Bañados lo condenó a siete años de cárcel por el homicidio del ex canciller, sentencia confirmada en mayo de 1995 por la Cuarta Sala de la Corte Suprema.

Tras mantenerse prácticamente "atrincherado" en su fundo, en medio de gran tensión política -"no voy a ir a ninguna cárcel", desafió Contreras -, finalmente fue trasladado al Hospital Naval de Talcahuano, un mes después de la decisión del máximo tribunal. Allí se le practicaron exámenes debido al cáncer que lo aquejaba.

Contreras, tras completar su condena por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier –luego de cinco años y tres meses en la cárcel, ya que se le computaron los meses que estuvo detenido en el proceso- en enero de 2001 abandonó el penal Cordillera, pero pese a salir en libertad, debió permanecer con arresto domiciliario por su responsabilidad en el secuestro de David Silberman, hecho por el cual recibió una pena de 7 años en 2009.

Instrucción militar

Tras realizar sus estudios primarios en Santiago y Osorno, Contreras ingresó a la Escuela Militar en 1944. En 1960 ingresó a la Academia de Guerra, donde tuvo buena relación con el joven capitán Augusto Pinochet. El contacto lo ayudaría a cimentar su carrera posterior.

Siete años más tarde, Contreras partió a Estados Unidos para recibir instrucción en Fort Benning, en Virginia. Eran los años en los que ardía la guerra en el Sudeste Asiático, y el oficial chileno se impregnó allí de los nuevos conceptos sobre "guerra irregular" y la acción antisubversiva.

De vuelta en el país, en 1969, se integró a la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, unidad que terminaría por comandar y que cuatro años más tarde se transformó en el embrión de la principal organización de inteligencia y represión bajo el régimen militar.

El 11 de septiembre de 1973, Contreras puso en marcha un plan cuidadosamente preparado que llevó a los militares a tomar el completo control de San Antonio. Siete campos de prisioneros fueron organizados en esa zona, donde se registraron numerosos casos de tortura.

No terminaban ahí los planes del entonces coronel, quien en noviembre de ese año quedó al frente de la DINA. Desde su cuartel general situado en calle Belgrado, en Vicuña Mackenna -donde hoy se encuentra la sede de la FECh-, el oficial desencadenó una extensa y brutal represión contra partidos de izquierda que dejó como saldo más de 1.000 desaparecidos, según antecedentes recopilados más tarde por el Informe Rettig y la Vicaría de la Solidaridad.

El reporte de la Comisión Verdad y Reconciliación atribuye a ese organismo al menos 1.500 ejecuciones. Los cadáveres de las víctimas fueron sepultados clandestinamente o arrojados al mar desde helicópteros "Puma" del Ejército, amarrados a rieles.

Las unidades bajo el mando de la DINA llevaron a cabo cientos de secuestros y mantuvieron varios centros de detención en Santiago y distintos puntos del país, donde los prisioneros eran sometidos a crueles torturas y abusos.

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