COLUMNA DEL PERIODISTA FERNÁNDEZ
UN ERROR INVOLUNTARIO
Por Enrique Fernández
Sin sonrojarse ni ofrecer disculpas. Sin que se le quebrase
la voz ni le temblara la conciencia. Así reapareció en la escena pública la
senadora Ena von Baer, para explicar que cometió “un error involuntario” cuando
negó haber pedido dinero al Grupo Penta,
que efectuaba pagos irregulares a líderes políticos de la UDI.
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Fue un error, según afirmó, cuando el pasado 27 de octubre
en una entrevista con CNN Chile respondió que no había pedido ni había recibido
aportes de esa sociedad financiera. Ella no quería aparecer manchada, como lo
están otros dirigentes de colectividad, incluidos el senador Iván Moreira y el
ex senador Jovino Novoa.
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-Yo no tengo por qué
hacerme cargo de rumores-, agregó entonces con energía, descartando cualquier
relación con el escándalo del “Caso Penta”.
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-¿De dónde usted saca
que estoy metida en este problema? –preguntó, indignada, a la periodista que la
interrogaba en el canal 24 horas, también a fines de octubre.
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Pero un correo electrónico que envió a Carlos Alberto
Délano, uno de los controladores del grupo, donde le solicitaba 100 millones de
pesos para pagar deudas de la campaña que la convirtió en senadora elegida, echó por
tierra su versión.
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.“Espero que me puedas ayudar, espero con ansias la
respuesta”, clamaba el mensaje, fechado el miércoles 18 de diciembre de 2013,
un mes después de la elección.
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“Como es difícil poder lograr una reunión contigo, opté por
escribirte”, decía la senadora electa, a modo de justificación de su correo
electrónico. Por su tono coloquial, no es difícil comprender el grado de
amistad entre la parlamentaria y Délano, que en sociedad con Carlos Eugenio
Lavín es dueño de un banco, una universidad, una isapre y otros negocios por
varios millones de dólares.
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Ambos están procesados por fraude tributario y fue en el
curso de esta investigación que surgió el tema de los pagos irregulares a
políticos de la derecha. Cuando las aristas del escándalo llegaron hasta el
Centro de Justicia, la senadora desapareció de la circulación por más de una
semana. Pero el lunes pasado, a diferencia del senador Iván Moreira que
reconoció haber recibido aportes irregulares y ofreció disculpas, ella
reapareció en el escenario, altiva, soberbia, desafiante, como una virgen
ofendida.
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“Siempre actúo con la verdad y se debió exclusivamente a un
error involuntario”, dijo ahora ante las cámaras, sin aceptar preguntas,
refiriéndose a la entrevista de octubre con CNN donde negó haber pedido apoyo
al grupo Penta.
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Pero de su declaración no queda tan claro que actúe
“siempre” con la verdad. Cualquier observador medianamente conocedor de la
lógica, puede formularse una pregunta esencial: Si en octubre pasado mintió,
¿quién garantiza que hoy, completamente salpicada por el escándalo, esté
diciendo la verdad?
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¿Error involuntario? Afirmar esto es otro profundo error.
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Es una redundancia como “salir para afuera” o “entrar para
adentro”, “subir para arriba” o “bajar para abajo”, porque no existen los
errores “voluntarios”. Todos son “involuntarios”. Las metidas de pata que puede
cometer un ciudadano común y corriente o una distinguida parlamentaria son
equivocaciones ajenas a la voluntad de quien incurre en ellas. No hay errores
cometidos de manera consciente, con premeditación.
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Si hoy decimos que fue error del pasado un acto que
ejecutamos en forma voluntaria, deliberada y premeditada, entonces estamos en
presencia de un delito o una falta. Si es un delito, como la evasión de
impuestos en que incurrió el Grupo Penta, merece la sanción de los tribunales
de justicia, que puede significar penas de cárcel para los señores Lavín,
Délano y otros.
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Pero si no fue un error ni un delito sino una falta ética,
entonces queda en tela de juicio la legitimidad de los dirigentes políticos de
un partido que se llama Unión Demócrata… Independiente. ¿Puede ser
independiente esta UDI cuando los hechos la muestran como una dependencia o
sucursal de un grupo financiero? ¿Con qué autonomía pueden actuar sus senadores
en la discusión de la reforma educacional, si ese grupo es dueño de la
Universidad del Desarrollo, por ejemplo?
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Por cierto, el desliz de la distinguida senadora y los otros
dirigentes, manchados con el dinero de un grupo que evadió el pago de
impuestos, no fue “un error involuntario”.
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