PETRÓLEO
LA ESPIRAL DESCENDENTE DEL PETRÓLEO
Por Martín Poblete
En ese momento bisagra de fin del Siglo XX y comienzos del
Siglo XXI, dos nuevas tecnologías insinuaban cambios a mediano plazo en las
dinámicas de exploración, perforación de pozos, explotación y mercadeo del petróleo
crudo.
Primero fue la posibilidad de
extraer petróleo de las arenas bituminosas en la tundra canadiense, a un costo
razonable, suficiente para justificar el oleoducto de varios miles de
kilómetros hasta las refinerías en el
noreste de los Estados Unidos y mas al sur;
luego vino la fracturación hidráulica,
"shale fracking",
usando agua y aire a muy altas presiones para fracturar formaciones
rocosas bajo las cuales había yacimientos de petróleo y gas.
Hacia fines de la primera década del siglo XXI, la
perspectiva de los Estados Unidos alcanzando auto suficiencia energética, unida
a condición exportadora de petróleo, eran temas de discusión regular en las
universidades y centros de estudios especializados con no poca inclinación
geoestratégica. Si bien al comienzo la
cobertura estuvo en publicaciones científicas especializadas, hacia
2009-2010 empezó a verse en
publicaciones del sector económico y financiero, y luego en los principales
medios impresos y electrónicos. Nadie
puede hoy en día declararse sorprendido.
Sin embargo, las noticias de la drástica espiral descendente
de los precios del petróleo crudo en las dos semanas recientes parecieran haber
sorprendido a muchos. El directorio de
OPEP reunido en Ginebra optó por mantener los niveles de producción, curiosa
decisión, tal vez pensaron que la baja
podría poner en problemas a los nuevos productores americanos y canadienses;
cualesquiera haya sido la motivación,
el resultado fue reforzar la tendencia a la baja estimulada por los elevados niveles de
reservas -oil glut- especialmente en Europa Occidental.
Los estimados son de que los "shale producers",
productores americanos operando con el
sistema de fracturación hidráulica en
Dakota del Norte, cubren costos y empiezan a ganar dinero a US$42 por barril,
los canadienses un poco mas arriba.
De llegar a estabilizarse la
tendencia y proyectarse por lo menos a
mediano plazo, podría tener graves consecuencias para países productores necesitados de precios sobre US$100.00 por
barril para recuperar los costos de producción y equilibrar presupuestos.
A fines de octubre, el Fondo Monetario
Internacional evaluó el precio del crudo que algunos productores exportadores
necesitan para cubrir sus necesidades presupuestarias. Por un lado Kuwait, Qatar y los Emiratos
Arabes Unidos comienzan a ganar dinero con el barril a US$70; por el otro lado y
bastante cerca del infortunio, Rusia necesita US$101 por barril, Venezuela y
Nigeria US$120 con Angola y Argelia en la misma vecindad, Iran US$136; todos estos países perdieron la lectura de
los signos de los tiempos en la industria petrolífera, los gobiernos no diversificaron sus economías, incurrieron en aumentos groseros de sus
burocracias, y engañaron a sus
poblaciones con la falsa ilusión de los subsidios manteniendo la gasolina y derivados a precios
artificialmente bajos.
De los mencionados, Iran y Rusia tienen medios para barajar
la mar gruesa, a los otros se los ve entregados a su miserable suerte. Al parecer, el de mayor riesgo es
Venezuela, sufriendo una sucesión de
malos gobiernos y manejo inepto de su riqueza petrolera, le quedaría la opción colonial de negociar el
futuro de su producción con China a cambio de asistencia financiera.
Ya es posible distinguir algunos netos ganadores del cambio
en el mercado, empezando por las aerolíneas y las empresas ferroviarias
dedicadas al transporte de carga, pero no se ha oído decir de intenciones de
traspasar los beneficios a sus clientes; asimismo, los países consumidores
particularmente aquellos con recursos permitiéndoles aprovechar la bonanza,
debieran poder traspasar los beneficios
a sus pueblos y no solo a los
tecnócratas balanceando presupuestos.
En el escenario humano, vuelve a ocupar espacio un
legendario personaje de tiempos del auge petrolero en Texas a comienzos del
Siglo XX, individuo aventurero, audaz, sin temor a correr riesgos, el
"wildcatter", ahora recorriendo
las formaciones rocosas de las dos Dakotas en busca de fortuna. En aquella película de Gerge Stevens,
Gigante, el personaje interpretado por James Dean, Jett Rink, era un
"wildcatter".
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