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viernes, 5 de diciembre de 2014

PETRÓLEO

LA ESPIRAL DESCENDENTE DEL PETRÓLEO


Por Martín Poblete

En ese momento bisagra de fin del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI, dos nuevas tecnologías insinuaban cambios a mediano plazo en las dinámicas de exploración, perforación de pozos, explotación y mercadeo del petróleo crudo.

Primero fue la posibilidad de extraer petróleo de las arenas bituminosas en la tundra canadiense, a un costo razonable, suficiente para justificar el oleoducto de varios miles de kilómetros  hasta las refinerías en el noreste de los Estados Unidos y mas al sur;  luego vino la fracturación hidráulica,   "shale fracking",  usando agua y aire a muy altas presiones para fracturar formaciones rocosas bajo las cuales había yacimientos de petróleo y gas.

Hacia fines de la primera década del siglo XXI, la perspectiva de los Estados Unidos alcanzando auto suficiencia energética, unida a condición exportadora de petróleo, eran temas de discusión regular en las universidades y centros de estudios especializados con no poca inclinación geoestratégica.   Si bien al comienzo la cobertura estuvo en publicaciones científicas especializadas, hacia 2009-2010  empezó a verse en publicaciones del sector económico y financiero, y luego en los principales medios impresos y electrónicos.   Nadie puede hoy en día declararse sorprendido.

Sin embargo, las noticias de la drástica espiral descendente de los precios del petróleo crudo en las dos semanas recientes parecieran haber sorprendido a muchos.   El directorio de OPEP reunido en Ginebra optó por mantener los niveles de producción, curiosa decisión, tal vez  pensaron que la baja podría poner en problemas a los nuevos productores americanos y canadienses; cualesquiera haya sido la motivación,   el resultado fue reforzar la tendencia a la baja  estimulada por los elevados niveles de reservas -oil glut- especialmente en Europa Occidental.

Los estimados son de que los "shale producers", productores americanos  operando con el sistema de fracturación hidráulica  en Dakota del Norte, cubren costos y empiezan a ganar dinero a US$42 por barril, los canadienses un poco mas arriba.  De  llegar a estabilizarse la tendencia  y proyectarse por lo menos a mediano plazo, podría tener graves consecuencias para  países productores  necesitados de precios sobre US$100.00 por barril para recuperar los costos de producción y equilibrar presupuestos. 

A fines de octubre, el Fondo Monetario Internacional evaluó el precio del crudo que algunos productores exportadores necesitan para cubrir sus necesidades presupuestarias. Por un lado Kuwait, Qatar y los Emiratos Arabes Unidos comienzan a ganar dinero con el barril a US$70; por el otro lado y bastante cerca del infortunio, Rusia necesita US$101 por barril, Venezuela y Nigeria US$120 con Angola y Argelia en la misma vecindad, Iran US$136;  todos estos países perdieron la lectura de los signos de los tiempos en la industria petrolífera, los gobiernos  no diversificaron sus economías,  incurrieron en aumentos groseros de sus burocracias,  y engañaron a sus poblaciones con la falsa ilusión de los subsidios  manteniendo la gasolina y derivados a precios artificialmente bajos.

De los mencionados, Iran y Rusia tienen medios para barajar la mar gruesa, a los otros se los ve entregados a su miserable suerte.   Al parecer, el de mayor riesgo es Venezuela,  sufriendo una sucesión de malos gobiernos y manejo inepto de su riqueza petrolera,  le quedaría la opción colonial de negociar el futuro de su producción con China a cambio de asistencia financiera.

Ya es posible distinguir algunos netos ganadores del cambio en el mercado, empezando por las aerolíneas y las empresas ferroviarias dedicadas al transporte de carga, pero no se ha oído decir de intenciones de traspasar los beneficios a sus clientes; asimismo, los países consumidores particularmente aquellos con recursos permitiéndoles aprovechar la bonanza, debieran poder traspasar los beneficios  a sus pueblos y no  solo a los tecnócratas balanceando presupuestos.

En el escenario humano, vuelve a ocupar espacio un legendario personaje de tiempos del auge petrolero en Texas a comienzos del Siglo XX, individuo aventurero, audaz, sin temor a correr riesgos, el "wildcatter", ahora recorriendo  las formaciones rocosas de las dos Dakotas en busca de fortuna.  En aquella película de Gerge Stevens, Gigante, el personaje interpretado por James Dean,  Jett Rink, era un "wildcatter".  

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