AMPLIA CONSULTA DE LA IGLESIA
PREGUNTAS SOBRE DIVORCIO Y HOMOSEXUALIDAD ENVÍA EL VATICANO A LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES DE TODO EL MUNDO PARA EL SÍNODO 2015
El Vaticano publicó esta semana 46 preguntas que la Secretaría
general del Sínodo de los obispos enviará a todas las conferencias episcopales
para llevar a cabo una «amplia consulta» dirigida a todos los católicos del
mundo en vista del Sínodo ordinario que se llevará a cabo en 2015, el segundo
después del Sínodo extraordinario que concluyó en octubre de este año y que,
por voluntad de Papa Francisco, estuvo dedicado al tema de la familia.
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Las preguntas,
acompañadas por la relación final del encuentro sinodal (la “Relatio synodi”),
son las líneas guía, es decir el documento preparatorio para los trabajos del
año que viene. El objetivo de las nuevas preguntas (el comunicado del ente
vaticano dirigido por el cardenal Lorenzo Baldisseri evitó utilizar el término
“cuestionario” que se usó en noviembre de 2013 para las preguntas enviadas en
vista del primer Sínodo extraordinario) es facilitar la «recepción» de la
“Relatio synodi” y la «profundización de los temas en ella tratados», sin
excluir los que no alcanzaron las dos terceras partes de los votos durante la
votación del s?inodo de octubre (es decir la cuestión de los divorciados que se
han vuelto a casar y el párrafo dedicado a las personas homosexuales).
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Las preguntas «pretenden facilitar el debido realismo en la
reflexión de cada uno de los episcopados –se lee en el documento publicado en italiano y que será enviado en diferentes lenguas a las conferencias
episcopales–, evitando que sus respuestas puedan ser ofrecidas según esquemas y
perspectivas propias de una pastoral meramente aplicativa de la doctrina, que
no respetaría las conclusiones de la Asamblea sinodal extraordinaria, y
alejaría su reflexión del camino ya trazado».
El documento, que cita ampliamente la constitución del
Concilio Vaticano II “Gaudium et Spes” y la exhortación apostólica de Papa
Francisco “Evangelii Gaudium”, parte de una pregunta previa: «¿La descripción
de la realidad de la familia presente en la “Relatio synodi” corresponde a lo
que se identifica en la Iglesia y en la sociedad de hoy? ¿Cuáles aspectos que
faltan pueden ser integrados?».
Las cuestiones van siguiendo el orden de la “Relatio
synodi”, empezando por el «contexto y los desafíos de las familias», para pasar
al «Evangelio de la familia» («¿Cuáles son las iniciativas para dar a
comprender el valor del matrimonio indisoluble y fecundo como camino para la
plena realización personal?»), es la pregunta número 17), sección que concluye
subrayando que «después de haber considerado la belleza de los matrimonios bien
logrados y de las familias sólidas, y de haber apreciado el testimonio generoso
de los que han permanecido fieles al vínculo a pesar de haber sido abandonados
por el cónyuge, los pastores reunidos en Sínodo se preguntaron (abierta y
valientemente, aunque no sin preocupación y cautela) cuál mirada debería tener
la Iglesia sobre los católicos que están unidos solamente por un vínculo civil,
sobre los que todavía conviven y sobre los que después de un válido matrimonio
se divorciaron y se volvieron a casar por lo civil» («¿Cómo ayudar a comprender
que nadie está excluido de la misericordia de Dios y cómo expresar esta verdad
en la acción pastoral de la Iglesia hacia las familias, en particular a las
heridas y frágiles?», es la pregunta 20).
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El documento reflexiona también, en la tercera y última
parte, sobre las «perspectivas pastorales», subrayando que «es importante
dejarse guiar por el cambio pastoral que el Sínodo extraordinario ha comenzado
a delinear, arraigándose en el Vaticano II y en el magisterio de Papa
Francisco. A las Conferencias Episcopales compete continuar y profundizarla,
involucrando de la manera más oportuna a todos los elementos eclesiales,
concretizándola en su contexto específico. Es necesario hacer todo lo posible
para que no se vuelva a empezar desde cero, sino que se asuma el camino ya
emprendido por el Sínodo extraordinario como punto de partida».
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Entre las diferentes preguntas se incluyen también las que
se relacionan con los párrafos 52 (el debate sobre la comunión a los
divorciados que se han vuelto a casar) y 55 (sobre la homosexualidad) que, con
el párrafo 53 (sobre la comunión espiritual), no alcanzaron el quórum de las
dos terceras partes en octubre: «La pastoral sacramental para con los
divorciados que se han vuelto a casar requiere una mayor profundización,
evaluando también la práctica ortodoxa y
teniendo en cuenta la “distinción entre la situación objetiva de pecado y las
circunstancias atenuantes” (n. 52) ¿Cuáles son las perspectivas en las que se podría
actuar? ¿Cuáles serían los posibles pasos? ¿Cuáles sugerencias se podrían hacer
para obviar formas de impedimentos no debidas o innecesarias?», es la pregunta
número 38. «¿De qué manera la comunidad cristiana dirige su atención pastoral
hacia las familias que tienen en su seno personas con tendencia homosexual?
Evitando cualquier discriminación, ¿cómo se puede cuidar a las personas en
tales situaciones a la luz del Evangelio? ¿Cómo proponer sus exigencias de la
voluntad de Dios sobre su situación?», es la pregunta número 40. Entre otras
cuestiones, también figuran las que se relacionan con el tema de la vida,
incluida la interrupción de los embarazos («¿De qué manera la Iglesia combate
la plaga del aborto promoviendo la cultura de la vida?», pregunta 44) y los
anticonceptivos (pregunta 41 sobre la “Humanae vitae” y el diálogo con la
ciencia).
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