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martes, 10 de enero de 2012

CHILE: LOS ARCHIVOS DE LAS MENTIRAS

Por Walter Krohne
Director-Editor de Krohne Archiv

Tantos ex Presidentes que hoy dan consejos y trazan caminos sobre “el Chile que queremos”, tantas opiniones oficialistas y promesas incumplidas, y la pobre clase media, mientras escucha sobre el futuro dorado de Chile, sigue cada día sacando cuentas para ver si puede utilizar el automóvil o mejor dejarlo en casa para juntar la cuota del alquiler o  la del colegio de los niños.

Esta es la realidad más pura y no las conversaciones que tiene el Presidente con su equipo de Gobierno en una casa cómoda y calientita o con aire acondicionado, si es necesario, y cenando ave con salsa de camarones y después un postre de maracuyá y chocolate. ¿Cuántos chilenos dormían en la vía pública en todo Chile en el mismo momento en que el Presidente saboreaba el maracuyá? Es la pobreza que ya ni siquiera se contabiliza ¿No ha pasado usted por el sector de la Asistencia Pública en Santiago  por las noches, donde hay decenas de estos miserables como los descritos por Víctor Hugo, o por Diez de Julio o Avenida Matta?

Hace 22 años, con el Presidente Patricio Aylwin ya se discutían los mismos problemas como ocurrió anoche en el exclusivo barrio de San Damián, donde también vive la diva Cecilia Bolocco. El impuesto que no pagan los ricos, el binominal o el impuesto específico a los combustibles, siempre estuvieron en la misma agenda.

La preocupación social, otro tema, fue también permanente o también se pensaba en una reforma constitucional, pero era entonces imposible de lograr porque los gobernantes de esa época estaban “cautivos” por la derecha “endemoniada” que nos los dejó gobernar como ellos hubiesen querido. Son reflexiones que quedaron dando vueltas tras ser planteadas por los ex Presidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei en sus respectivos pasos por La Moneda para someterse al interrogatorio llamado “diálogo” o “consulta” del Presidente Sebastián Piñera. Michelle Bachelet fue más elegante y diplomática cuando planteó la misma excusa pero con una frase diferente: "Hoy hay condiciones distintas a las que hubo en el pasado”.

“El caso de Aylwin fue diferente porque él se orientó por las fórmulas mágicas de “justicia dentro de lo posible” o “la mejor política de comunicaciones es la que no existe” creada por el “mago” Eugenio Tironi. En el fondo fue muy inteligente porque no se hizo de más problemas. Los diarios independientes o de oposición a la línea mercurial o de La Tercera fueron cayendo uno a uno. Como no había política de comunicaciones tampoco importaba que se derrumbara el pluralismo, porque mientras los diarios del monopolio ideológico de derecha se mantuvieran tranquilos y fueran suaves en sus críticas y escandalosos en los aplausos al Gobierno, todo marcharía bien y seguirían recibiendo toda la publicidad fiscal que fuera necesario.

Esta misma realidad se ve hoy con toda claridad. Krohne Archiv registra todos los días la enorme cantidad de temas espinosos que los medios tradicionales, salvo algunas radioemisoras o medios electrónicos, simplemente ignoran. No damos abasto en nuestra cobertura de todo lo que generalmente se esconde.

Fíjense que si hace 22 años se hubiesen hecho las reformas claves, Chile sería distinto y los que tenían 20 años de edad y también los de 30 y 40, hoy día podrían haber alcanzado a disfrutar de ellas, tener más justicia social, con menos desigualdad y vivir más felices. ¡Qué bueno sería! Hemos perdido 22 años y seguimos igual o peor que antes, con autopistas con elevados e injustos peajes, una libertad de expresión limitada o a medias, con una salud pública que casi no existe, sin un seguro de desempleo en forma, con un mercado libre que tiene el puro nombre porque las casas comerciales y los supermercados se coluden o hacen lo que quieren; con una clase media que la conservan para que pague los impuestos porque a los ricos les incomoda hacerlo, con compañías mineras que actúan como “patrones de fundo” y engañan a Codelco (caso Anglo American) y que tampoco pagan impuestos o muy poco en relación a sus ganancias, ni siquiera el impuesto específico a la bencina (46,6% del precio de mercado del producto) y eso que el 60 por ciento de nuestras exportaciones están compuestas por la minería, principalmente cobre; con sueldos bajos o espantosamente bajos, a pesar que siempre las autoridades comparan todas las cifras con las que registran los países de la OCDE que nada tienen que ver con nuestra propia realidad; precios de los productos alimenticios a veces inalcanzables para la clase media; una inflación en ascenso y si seguimos con esta lista caeremos otra vez en la educación que ya da pena.

Al acabarse anoche el maracuyá y el chocolate, vino el gran anuncio: El gobierno enviará en marzo al Congreso el proyecto de reforma tributaria, que en realidad estará lejos de ser una reforma, sino apenas un cambio cosmético que en el fondo mantendrá el impuesto a las empresas en un 20% lo que en los países de la OCDE es del 40 o más por ciento.

Los temerosos timoneles de Renovación Nacional y la UDI, Carlos Larraín y Juan Antonio Coloma, respectivamente, le pidieron al Presidente que ante cualquier reforma, ellos fueran consultados en primer lugar, y el senador UDI Hernán Larraín planteó que si el tema no se socializaba bien con la Alianza, él pediría libertad de acción a la hora de votar. Es decir, todos terriblemente asustados con lo que se viene, como si estuvieran siendo invadidos en sus intereses personales por una especie de “comunismo internacional” que les va a quitar todo lo que tienen, como pensaban en épocas pasadas.

Lo peor de todo es que lo mismo ocurrirá con el binominal (que tampoco será prioridad en la agenda de 2012) y la reforma educacional, lo que significa que la sociedad entera tendrá que ponerse “las pilas” a partir de marzo y estar atentos, rechazando cualquier intento que nos vuelva a esclavizar por otros 22 años como consecuencia de leyes mal hechas o protectoras de los intereses y placeres de los másd ricos.

1 comentario:

  1. Hasta cuando nos mienten y nos cuentan "cuentos", pienso que las autoridades deben creer que somos todos "tontos". Reformas ya tanto políticas como tributarias. Muy buen artículo.

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