La histórica empresa fotográfica Kodak se declaró hoy en suspensión de pagos tras ser incapaz de competir mundialmente con otras firmas en el campo de las cámaras digital.
La compañía basada en Rochester, en el estado estadounidense de Nueva York, trabajo 130 años en el desarrollo de su principal negocio que era la venta de película tradicional y que siempre tuvo miedo de destruir.
“Kodak está dando un importante paso para permitir que la empresa complete su transformación”, dijo hoy jueves el presidente y consejero delegado de la histórica firma, el español Antonio Pérez, quien aseguró que la compañía “ya ha salido de manera eficiente de algunas de sus operaciones tradicionales”.
Desde 2003, Kodak ha cerrado una decena de plantas, un centenar de laboratorios y ha despedido a unos 50.000 empleados. Sin embargo para poder salvarse como firma y continuar en el mercado debería "completar la transformación al solventar aún más la estructura de costos".
El proceso de reestructuración en que entra Kodak cierra una era y una historia, la de la firma que consiguió hacer de la fotografía algo cotidiano gracias a la creación del carrete y, poco después, de la cámara de carrete.
Bajo el eslogan de "usted apriete el botón, nosotros hacemos el resto" la compañía vendió unos 25 millones de cámaras de carrete hasta 1940, mientras que con la llegada de la “Instamatic” en 1963 Kodak consiguió vender más de 50 millones de unidades en tan solo siete años.
Ahora con el proceso de reestructuración que atravesará, con la ayuda de un acuerdo crediticio de 950 millones de dólares con Citigroup, Kodak tratará de reforzar su liquidez, vender sus más de mil patentes tecnológicas y concentrarse en sus negocios más competitivos, como el de la venta de impresoras.
Con activos de US$ 5.100 millones y una deuda que asciende a US$ 6.800 millones, la compañía fundada por George Eastman se ha visto obligada a declararse en suspensión de pagos después de haber anotado tres ejercicios fiscales consecutivos de pérdidas.
En noviembre pasado, la firma reveló que tuvo pérdidas por US$ 647 millones en los primeros nueve meses de 2011, siete veces más que en el mismo periodo de 2010.
La firma perteneció por siete décadas al índice Dow Jones de Industriales, que agrupa a 30 de las mayores empresas cotizadas de Estados Unidos.
Su descenso ha llevado a un desplome en la bolsa del 90% en los últimos 12 meses por el que incluso dejará de cotizar en el mercado de Nueva York (NYSE), al que llegó en 1905, ya que hacía tiempo que sus acciones no lograban cerrar por encima de un dólar, requisito que establece la principal plaza financiera del mundo.
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