Verónica Martínez, Presidenta del Círculo de Periodistas de Santiago de Chile |
En consonancia con lo anterior, el Círculo de Periodistas de Santiago se hace un deber señalar la precaria
situación por la que atraviesa este derecho en Chile.
Salvo durante el Gobierno Militar, no ha habido para los periodistas en Chile, una etapa tan oscura como la actual. Tal situación culmina con el despido de profesionales de canales de televisión y la cesantía provocada por el cierre del diario impreso La Nación, único órgano estatal. Como consecuencia, en la actualidad existen unos quinientos trabajadores de la prensa, con sus respectivas familias, obligados a sobrevivir en un paro forzoso.
Fue Unesco la que en su declaración sobre estos derechos sostuvo que: “El acceso del público a la información debe garantizarse mediante la diversidad de las fuentes y de los medios de comunicación de que se disponga, permitiendo así a cada persona verificar la exactitud de los hechos y fundamentar objetivamente su opinión sobre los acontecimientos”.
Lo que acontece en Chile está muy lejos de este anhelo. Dos grandes empresas acaparan el 80% de la industria periodística y concentran la publicidad, incluida la estatal. En tanto la televisión, abrumadoramente privada, se especializa en el campo de la entretención y la farándula. En la mayoría de los noticiarios de este medio
audiovisual la balanza está cargada hacia informaciones sobre delincuencia cotidiana, crónica roja y fútbol. Poco espacio queda para otro tipo de noticias nacionales y menos aún para las internacionales.
En rigor, en Chile no existe una real comunicación pluralista como en el pasado. A modo de ejemplo se puede señalar que hubo épocas en que cada partido político y la Central Única de Trabajadores (CUT) poseían órganos de expresión radial y circulaban diarios, revistas y otros medios de distintas tendencias ideológicas.
Queremos dejar constancia también que, tras el término de la dictadura, desaparecieron ante la indiferencia de las autoridades, los diarios La Época y Fortín Mapocho; periódicos como Siete Días y las revistas Análisis y APSI. También dejaron de circular medios como La Bicicleta, Rocinante y múltiples publicaciones a lo largo y ancho de
todo el país.
Manifestamos, en consecuencia, que los periodistas y el público en general tenemos muy poco que celebrar en Chile este Tres de Mayo.
Santiago de Chile, 3 de mayo de 2011
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