Cecilia Fontana de Heber |
En otro de los documentos de mayo de 2008, el entonces embajador estadounidense en Uruguay, Frank E. Baxter entrega la respuesta del entonces presidente de EEUU, George W. Bush, y señala: "Mantenemos los dedos cruzados para que el caso del vino envenenado sea definitivamente enterrado".
La respuesta de Bush al petitorio uruguayo fue que Washington “no posee información adicional que pueda ser útil para identificar a los responsables del asesinato de la señora Heber”.
En agosto de 1978 Luis Alberto Heber, Carlos Julio Pereyra y el también dirigente nacionalista Luis Alberto Lacalle recibieron sendas botellas de vino enviadas por un desconocido que firmaba únicamente "M.D.N.", y que invitaba a "brindar por la Patria en su nueva etapa". Los receptores lo atribuyeron a rumores de que en los próximos días iba a producirse un golpe militar aperturista dentro del propio régimen. Sin embargo, cuando la esposa de Heber, Cecilia Fontana, probó el contenido de la botella, murió inmediatamente: el vino estaba mezclado con un veneno muy potente. El crimen nunca se aclaró, y la investigación realizada por las autoridades militares de la época fue muy cuestionada en los años posteriores a la caída del régimen. La conexión norteamericana con la muerte de Cecilia Fontana de Heber no es descartada por el abogado Javier Barrios Bove, quien solicitó al Departamento de Estado abrir todos los archivos secretos que puedan tener información sobre el caso. Ningún documento desclasificado hasta hoy menciona el tema.
A instancias del dirigente nacionalista, Carlos Julio Pereyra, la causa judicial sobre la muerte de Fontana de Heber fue reabierta y el último episodio del caso fue la liberación de la ex policía María Lemos, a la que inicialmente se había atribuido la nota manuscrita que acompañó las botellas.
Dan Mitrione |
Baxter advirtió al gobierno de Tabaré Vázquez que sería “desafortunado” que concedieran un cargo oficial al médico Henry Engler, ex integrante del MLN a quien se le atribuye el haber dado, presuntamente, la orden de matar a Mitrione.
"Complicaría inevitablemente las relaciones bilaterales", señaló Baxter. Engler, que trabaja en la Universidad sueca de Uppsala, fue designado como director del Centro Uruguayo de Imagenología Molecular (Cudim) en Montevideo.
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